El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, afirmó ayer que “sin justicia no hay paz”, bregó por crear “las condiciones para una sociedad más justa” y sostuvo que esta ciudad santafesina “está partida entre el centro y las avenidas, pero hay muchos barrios postergados, con mucha pobreza y el factor del narcotráfico”.
“Rosario es una gran ciudad, muy hermosa y vital, pero también tiene la otra cara”, advirtió el sacerdote en el Día de la Inmaculada Concepción, en varias entrevistas que brindó a radios locales.
Consideró que Rosario “está partida entre el centro y las avenidas, pero hay muchos barrios postergados, con mucha pobreza y el factor del narcotráfico, que genera muchas muertes de gente inocente”.
De acuerdo con las cifras oficiales, en lo que va del año se registraron más de 230 homicidios dolosos en el departamento Rosario, que concentra más del 65% de los crímenes intencionales ocurridos en la provincia de Santa Fe.
Según el Observatorio de Seguridad Pública provincial, casi el 60% de los asesinatos ocurridos en el departamento Rosario obedecen a disputas entre “organizaciones criminales” vinculadas a la “economía ilegal”.
Martín dijo que “la sociedad debe hacer una autocrítica porque, además del narcotráfico, también está el consumo” de drogas.
“Se habla de consumo recreativo, pero se hace a costa de tanta sangre derramada”, alertó en declaraciones a la radio LT8 de Rosario y agregó: “La política tiene que cortar los canales de lavado de dinero, el tráfico de armas y la droga, que son los puntos neurálgicos”.
El arzobispo de Rosario también vinculó los niveles de violencia que registra la ciudad con la necesidad de “crear las condiciones para una sociedad más justa”.
“La paz es fruto de la justicia. Sin justicia no hay paz. Y la «paz es la tranquilidad en el orden», decía San Agustín”, dijo monseñor Martin en diálogo con Radio Dos de Rosario.
“El corazón, la voluntad y la mente tienen que estar alineados. No puede prevalecer la venganza”, completó.
También pidió un mayor esfuerzo a los poderes públicos porque, remarcó, “ellos son lo que tienen la fuerza pública para poner orden”.
El referente zonal de la iglesia católica pidió también que los “niños y adolescentes tengan continuidad en el proceso educativo”, convencido que “hay que seguir trabajando por la paz y educar a los jóvenes. Se necesita trabajo y compromiso. Tenemos que rezar, mendigar a Dios su gracia. Tenemos que trabajar como si todo dependiera de nosotros, sabiendo que todo depende de Dios”.
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