Si alguien creyó que en las Primarias del 12 de septiembre había visto todo, parece que se equivocó. Para la elección del 14 de noviembre, según una encuesta conocida esta semana, la candidata de Juntos por el Cambio (JxC), con buldog incluido (Ricardo López Murphy), cosecharía un menor porcentaje de los votos que consiguió en septiembre (45,1 versus 48,2 por ciento, -3,1 pp.). El gran beneficiado del doble clima, anti-gobierno y anti-clase política, es Javier Milei (Avanza Libertad, ultraliberal) que pasaría del 13,66% de las PASO a 20,4% en noviembre, un salto de casi 7 pp. Queda, de ese modo, en zona de empate técnico con el candidato del oficialismo nacional, Leandro Santoro (Frente de Todos), que alcanzaría según el informe de opinión pública, 23,6 por ciento, 1 pp. menos que en las internas abiertas. Por lo tanto, entre Santoro y Milei hay una diferencia estadísticamente no significativa, aunque favorable –al menos por ahora- al representante del presidente Alberto Fernández en el distrito.
Así surge de una encuesta online realizada por Federico González & Asociados en CABA, con 1.000 casos, entre el 9 y el 11 de octubre último. El nivel de error es de + / – 3,16% y el nivel de confianza de 95,5%.
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Impacta porque muestra la consolidación y profundización de la tendencia emergente de las PASO, esto es un voto anti-gobierno y, aquí, también anti-clase política. Es decir, se produce un castigo al oficialismo nacional por la crisis económica y el manejo de la pandemia, y se canaliza a través de un candidato y una fuerza política pro-mercado y anti-sistema político dominante, en este caso golpeando más al FdT y menos a JxC.
Parece significar, además, que habría un doble entramado en el voto, uno económico y otro ideológico, este último de “castigo” o “rechazo” a la ineficacia de la clase política para encontrar soluciones a la doble crisis, económica y sanitaria. Esa sería la razón por la que Santoro se estabiliza en la misma performance que hace un mes y medio atrás y con tendencia al decrecimiento; pero también la reducción del universo de votantes que se expresa por JxC pese a llevar en su interior a las tres corrientes principales de esa alianza: el Pro centrista de María Eugenia Vidal; la UCR “modernizada” con Martín Tetaz (del sector de Martín Lousteau); y la UCR liberal representada por el buldog López Murphy.
El fenómeno Milei y su discurso “anti-casta” como eje, se estarían confirmando por el crecimiento de otro dirigente anti-sistema histórico, pero en este caso de izquierda, como Luis Zamora, que pasa de 2,65% a 4%, saltando 1,35%. Es evidente la existencia de un grupo social, de derecha y de izquierda, que rechaza con convicción a la actual dirigencia política.
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En cambio, Myriam Bregman se quedaría con la misma adhesión que en las PASO (6,5% ahora versus 6,23% en septiembre). Simbólicamente, se puede decir que el intento de Bregman de polemizar con Milei en el debate de TN fue una especie de “abrazo del oso”, en el que salió perdiendo y en el que quedó del lado de la “casta”, ya que quien sumó apoyo por izquierda fue Zamora y no ella.
Llamativamente, en la ciudad con más ingresos per cápita del país, entre Milei y las versiones de izquierda, casi un tercio del electorado (31,3%) descree de la clase política. Es un caso único en el país.
También muestra que 6,5 electores porteños votan por derecha, 45,1% a JxC y 20,4% a Milei y sus libertarios. El peronismo y sus aliados de centro izquierda quedan en 23,6% y la izquierda trotskista reúne 10,9%.
Milei es una aparición que trastoca el escenario nacional y que habrá que ver si se expande a otras regiones para 2023 o confluye con JxC. Pero su sola aparición y consolidación, indican que en Argentina, como alguna vez surgió la Unión de Centro Democrático (UCeDe) de Álvaro Alsogaray, se ha conformado una corriente de opinión pública anti-populista, extrema y por derecha de JxC, de significación. En el corto plazo, habrá que esperar mayor radicalización de todos los actores políticos.
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