Víctor Saldaño sufre desde ahora una doble condena. No sólo está condenado a muerte y espera la ejecución de la sentencia en el llamado “Corredor de la Muerte” de una prisión en Texas, sino que, además, la Cancillería Argentina convalidó la posición de la Justicia de Estados Unidos, al presentarse frente a ella como “amigo del tribunal (amicus curiae)”.
Esto es así, porque la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió la resolución 76/2016 que anula las dos condenas a muerte que pesan sobre este ciudadano argentino, por “estar impregnadas de racismo”. De este modo, como dice su abogado Juan Carlos Vega, “Saldaño es técnicamente inocente”. En el mismo fallo, la CIDH reclamó al presidente Donald Trump que elimine el corredor de la muerte por ser un sitio de tortura, y ordenó “liberar a Saldaño”.
El canciller Jorge Faurie al reconocer a la Justicia de Estados Unidos con su presentación, eludió exigir el cumplimiento de esta resolución, que, por otro lado, es obligatoria. Se trata. además, de una muestra de alineamiento de la política internacional local con la del gobierno de Trump.
¿Por qué es obligatoria la resolución 76/2016 de la CIDH? Porque el Senado de Estados Unidos ratificó en 1948 la carta constitutiva de la Organización de Estados Americanos (OEA), que incluye la Declaración Americana de Derechos Humanos. En consecuencia, está obligado a cumplir las disposiciones de la CIDH, que es el órgano supranacional encargado de velar por el cumplimiento de la normativa de derechos humanos en el Continente americano.
Además, es exigible al país de Saldaño, ya que Argentina también ratificó el mismo tratado que Estados Unidos, y debe velar por el cumplimiento de esta sentencia. En el caso de nuestro país, debe exigir que se cumpla.
Justamente, Vega, en comunicación telefónica con ENREDACCIÓN dijo que “nosotros hicimos una presentación al canciller Jorge Faurie para que haga cumplir la resolución 76/2016 y advertimos qué, de no hacerlo, lo demandaríamos por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Estimo que Cancillería efectuó esta presentación como ‘Amicus Curiae’ para intentar evitar esa amenaza”. El abogado adelantó que estudia efectuar la denuncia judicial correspondiente.
Faurie utilizó su cuenta de Twitter para dar a conocer la información. “Presentamos un recurso amicus curiae ante la Corte Suprema de Estados Unidos para solicitarle que trate el caso Saldaño, único argentino condenado a pena de muerte. Argentina cuenta con el apoyo de varios países latinoamericanos y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), a quienes agradecemos profundamente”, escribió.
Agregó que “esto se suma a las múltiples acciones realizadas por nuestro país en defensa de la vida de nuestro ciudadano desde hace más de 20 años y responde a la tradicional posición argentina de lucha contra la pena de muerte”.
Puntualmente, Argentina se sumó al pedido que realizaron los defensores de Texas con los que cuenta Saldaño, hace dos semanas atrás.
Vega reveló además que “no hemos sido consultados” y es una acción que además va en contra de la posición de la madre de Saldaño, Lidia Guerrero.
“Son inútiles estas presentaciones, Argentina tiene que exigirle que cumpla con un mandato internacional como cualquier otro país. Es el fundamento de la CIDH por la violación a la Declaración Americana de Derechos Humanos”, explicó el abogado.
“Nunca hubo una condena tan dura contra Estados Unidos como en el caso Saldaño. Incluso por encima del caso Guantánamo, dado que aquí también son declarados nulos los actos judiciales del sistema judicial más avanzado que tiene el mundo”, detalló.
“Esta resolución está fechada el 10 de diciembre de 2016 y el presidente Trump no la ha cumplido a pesar de estar notificado y firme, y la Cancillería argentina mantiene un silencio cómplice. Con esta medida, el país ha salido por una diagonal que es inútil. Nosotros no queremos ningún perdón, queremos que Estados Unidos cumpla con la ley”, reclamó.
EL CASO SALDAÑO
Saldaño tiene 46 años, 24 de los cuales ha estado encarcelado, la mayor parte en el “Corredor de la Muerte”, a la espera de su ejecución, por lo que su estado psicológico es grave.
El argentino fue acusado del asesinato del comerciante estadounidense Paul Ray King en 1995, dos veces condenado a muerte, y dos veces anuladas esas sentencias por la CIDH, por las concepciones racistas de la Justicia estadounidense.
Para la CIDH no hay dudas de que Estados Unidos concretó múltiples violaciones a los Derechos Humanos. Por eso, declaró nulas las dos condenas contra el argentino, ya que los fallos judiciales estuvieron viciados de racismo. Esto es, que a Saldaño lo condenaron por ser latino.
La cuestión es crucial, porque la Justicia estadounidense desestimó todas las instancias judiciales internas y ratificó la ejecución del argentino en el mes de noviembre próximo. La única posibilidad de salvar la vida de Saldaño pasa porque Estados Unidos acepte la condena de la CIDH.