Luego de que fracasara esta mañana, el que aparece como un último intento de acuerdo ente Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey, el gobernador cordobés Juan Schiaretti anunció que Hacemos por Córdoba se inscribirá como alianza electoral para los comicios nacionales. Es casi un acto reflejo para sostener la negociación política, que no necesariamente puede llegar a agosto u octubre. Se trata de una película con final abierto por estas horas.
“Hacemos por Córdoba inscribirá la alianza para participar de las elecciones con candidatos a diputados nacionales propios que defiendan los intereses de nuestra provincia. Además, ratificamos nuestra pertenencia a Alternativa Federal, coalición que se inscribirá nacionalmente”, plantea oficialmente el tuit de la alianza provincial que triunfó el pasado 12 de mayo.
“La decisión de inscribir Hacemos Por Córdoba responde al compromiso asumido con los miles de cordobeses que confiaron en nuestra fuerza política recientemente, de trabajar fundamentalmente por el bienestar y el progreso de nuestra provincia”, afirma en un segundo mensaje.
Se trata de una jugada al límite de Schiaretti, ya que el peronismo provincial está en ebullición desde que Cristina Fernández de Kirchner decidió jugar a Alberto Fernández como candidato a presidente. El posterior alineamiento de los gobernadores peronistas de todo el país, salvo Schiaretti y Urtubey, con esta fórmula abrió paso al debate sobre el cambio de estrategia; esto es, salir de la tercera posición y unirse al resto de los peronistas. En esa posición se ubican Carlos Caserio, numerosos intendentes -por ejemplo, el de Villa María, Martín Gill-, y el delasotismo como sector interno.
De hecho, Gill presentará mañana un libro, a las 18:30, en la Ciudad Universitaria. Estará con el diputado nacional Pablo Carro presentando el libro de Alejandro Grinsom, “¿Qué es el peronismo? De Perón al kirchnerismo, el movimiento no deja de conmover a la política argentina”. Ambos estuvieron reunidos hace un par de semanas en Villa María y “coincidieron sobre la crisis que atraviesa el país y la necesidad de construir una unidad amplia para recuperar la patria en octubre”.
Ayer, Urtubey recibió de parte de Lavagna la oferta de que lo acompañe como candidato a vicepresidente y sea quien estructure las listas de diputados, pero el salteño rechazó el convite y decidió seguir su recorrido junto al cordobés Schiaretti. Lo cierto, es que sin gobernadores y sin dirigentes de peso en la enorme mayoría de los distritos del país, la empresa de Urtubey se convierte casi en una quimera. Por lo pronto, el PJ cordobés queda atado a esa compleja realidad y habrá que ver si el vértigo de pasar del 57 por ciento en mayo, a un valor muy menor en las PASO de agosto, no le genera una poderosa fuerza centrífuga.
