Talleres se parece mucho la Increíble Hulk, aquel personaje de la TV de los ’80, que se agigantaba cuando se enojaba o estaba en peligro. “La T” también crece cuando se enoja. Tan así es, que en una abrir y cerrar de ojos, el “Matador” ganó tres partidos al hilo (dos de ellos de visitante: Godoy Cruz y Unión en Santa Fe) y se metió en la discusión por el título de la Liga Profesional de Fútbol. Es de no creer, porque Talleres fue ambivalente y, por ahí, un equipo sin timón.
Pero al hincha poco le importa si juega bien o mal. Al hincha dale resultados, no espejitos. Ahora, ya nadie se acuerda de los cuestionamientos al presidente del club, Andrés Fassi, sobre si trajo o no refuerzos. Los tres triunfos le devolvieron el alma al cuerpo a la parcialidad albiazul.
Ahora, está a un paso de las Libertadores y deberá jugar con River, en febrero, para ver quién es el mejor de la temporada 2023. El lunes recibe a Huracán, que es el segundo de Vélez, y de ganar ese lugar será de Talleres. Por eso el hincha sueña con la cuarta victoria con goles de cualquiera, porque lo importante es el resultado. El hincha es así.
Con Unión, el equipo de Medina sufrió más de la cuenta porque después del 3 a 1 no supo defenderse con la pelota. Había que sacarla de al lado de Herrera y otra vez atacaba y llegó el descuento. Eso no puede suceder. Si Talleres no hubiese regalado tantos puntos de local estaría por arriba de Vélez. ¿O no?
Entonces, el lunes, en el Kempes, frente a Huracán, tiene una prueba de fuego. Ganando vuelve a ser el Increíble Hulk y la gente, que solo ama los resultados favorables, será otra vez feliz… Ahhh, y Fassi también.
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