El economista Ricardo Arriazu, uno de los más escuchados por el presidente Javier Milei y el establishment argentino, dijo este miércoles en un almuerzo del Rotary Club que “la mayoría de los economistas creen que hay que devaluar. Yo creo que no. Yo creo que, si devaluamos, chau, se acabó todo el programa, se acabó (Javier) Milei, se acabó todo”.
Las definiciones del economista se producen en medio de las tensiones producidas por el plan económico y la demanda de distintos sectores económicos de que se lleve adelante una devaluación. Arriazu advirtió, en ese sentido, que “hay que estar seguros de que no le puedan doblar la mano al Gobierno. Mi cálculo dice que, si se hacen las cosas bien, no le pueden doblar la mano”.
Llamativamente para el credo ortodoxo, dijo que la inflación no es sólo un problema de gasto público o emisión y que hay que poner la “estabilidad” del dólar en la balanza. Señaló que “Argentina tiene una economía bimonetaria en donde el peso se usa para pequeñas transacciones (pago impuestos, salarios y medir la inflación) y todo el resto se rige por el dólar que es la verdadera unidad de cuenta en la mayoría de las transacciones”.
Agregó que “para combatir la inflación no es suficiente con dejar de emitir pesos. Es necesario estabilizar el dólar”. En esa línea justificó la intervención del Gobierno comprando y vendiendo divisas.
Luego, precisó que el programa económico se parece al que aplicó el ex ministro de Economía de la dictadura de Juan Carlos Onganía, Adalbert Krieger Vasena, que dispuso un salto cambiario y luego el dólar se mantuvo relativamente estable. “Y ese relativamente estable es la clave del programa, eso es de lo que todo el mundo se queja, pero esa es la clave del programa, porque si yo muevo ese 2% (de devaluación mensual) todos los precios suben. Las tarifas que están en dólares automáticamente suben y después las empresas van a decir me subieron los costos e inmediatamente suben, entrando en lo que yo llamo la calesita de los precios relativos”.
Apuntó que el año pasado existía la percepción que el tipo de cambio oficial estaba atrasado y otro tanto con las tarifas y los salarios. Pero como la economía sólo fija precios relativos, preguntó “si está todo atrasado, ¿cuál (es el precio) que está adelantado?”. Explicó que lo que la gente llama atraso es con relación “a su aspiración que es su máximo precio relativo histórico, pero la suma de las aspiraciones da tres veces el PBI, lo cual es una imposibilidad”.
Explicó que el programa actual es del tipo de los años sesenta, cuando el exministro Adalbert Krieger Vasena dispuso un salto cambiario y luego el dólar se mantuvo relativamente estable. “Y ese relativamente estable es la clave del programa, eso es de lo que todo el mundo se queja, pero esa es la clave del programa, porque si yo muevo ese 2% (del “crawling” oficial) todos los precios suben. Las tarifas que están en dólares automáticamente suben y después las empresas van a decir me subieron los costos e inmediatamente suben, entrando en lo que yo llamo la calesita de los precios relativos”.
Inmediatamente agregó “pero lo intentan, todo el mundo intenta tener ese precio relativo, entonces comienza con el tipo de cambio, luego vienen las tarifas, después vienen los salarios, después vienen las empresas y ahí aparece el economista y dice: ¡atrasaron el tipo de cambio! Hay que volver a devaluar y si hacemos eso van a volver a subir todos a la calesita de los precios relativos”.
—
SUSCRIBITE A DOSSIER360.
HACETE SOCIO DE ENREDACCIÓN.
RECIBÍ EL NEWSLETTER DE ENREDACCIÓN EN TU E-MAIL.
CONTACTO CON LA REDACCIÓN DE ENREDACCIÓN.