En el mundo se realizan unos 25 millones de abortos considerados no seguros, esto es, que ponen en riesgo la vida de las mujeres. Esta cantidad, significa un 45 por ciento de los 55,7 millones de abortos realizados. Así lo señalaron investigadores dirigidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Guttmacher en la ciudad de Nueva York.
La inmensa mayoría de los abortos no seguros se producen en África, Asia y América Latina.
Al analizar los registros de los abortos globales, el equipo de investigación consideró que un 55 por ciento de todas las interrupciones del embarazo entre 2010 y 2014 fueron “seguras”. Eso significa que se realizaron mediante un método recomendado por la OMS (aborto médico, aspiración al vacío, o dilatación y evacuación), y que en ellas participó al menos una persona entrenada.
“Las proporciones más altas de abortos seguros se observaron en los países con las leyes menos restrictivas, un alto desarrollo económico, e infraestructuras de salud bien desarrolladas, lo que sugiere que tanto el marco legal como el desarrollo general de un país tienen un rol en la seguridad de los abortos”, señaló la autora principal del trabajo, Bela Ganatra, científica de la OMS.
Casi un 31 por ciento de todos los abortos (unos 17 millones) se clasificaron como “menos seguros”. Éstos incluían abortos realizados por un proveedor entrenado pero con un método anticuado, como un legrado con cureta, o un aborto realizado mediante un método seguro como el fármaco misoprostol, pero sin el respaldo de una persona capacitada.
Unos 8 millones de abortos, o un 14 por ciento, se clasificaron como los “menos seguros”. Fueron realizados por una persona sin entrenamiento usando un método peligroso o invasivo, como la ingesta de sustancias cáusticas, la inserción de cuerpos extraños o el uso de “brebajes tradicionales”.
En África, los abortos menos seguros se asociaron con unas tasas más altas de muerte, probablemente debido a complicaciones graves y unos sistemas de salud pobres, señalaron los investigadores.
El estudio fue publicado el 27 de septiembre en la revista The Lancet.
“Nuestros hallazgos plantean la necesidad de garantizar el acceso a los abortos seguros hasta donde la ley lo permita, sobre todo en las regiones de ingresos bajos del mundo, y que se necesitan esfuerzos por reemplazar el uso de métodos inseguros por métodos seguros”, comentó Ganatra en un comunicado de prensa de la revista.
“Aumentar la disponibilidad, accesibilidad y asequibilidad de los métodos anticonceptivos puede reducir la incidencia de los embarazos accidentales, y por tanto de los abortos, pero es esencial combinar esta estrategia con intervenciones que garanticen el acceso a unos abortos seguros”, concluyó.
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