Lionel Messi puso con su talento a Rosario en la elite mundial del fútbol. Y, ahora, después de los 14 tiros al supermercado Único, propiedad de la familia de su compañera, Antonella Roccuzzo, también en el mapa mundial de la mancha “Narco”. En esa hermosa, pasional y controvertida ciudad que se levanta a orillas del río Paraná, se dibuja un anticipo de un país en el que nadie quiere vivir.
“Messi te estamos esperando. Javkin es Narco. No te va a cuidar”, dice el mensaje escrito con birome y una letra clara y tranquila. Se puede advertir que quien lo hizo no es mujer, ni un hombre joven. Su trazo revela seguridad y educación.
Todos los días, la ciudad donde Messi vio el mundo, los titulares de los medios dan cuenta de asesinatos, ajustes de cuentas, o enfrentamientos armados entre bandas narcos. De tan habitual puede parecer normal, pero no lo es.
Según los datos del Observatorio Provincial de Seguridad, del Gobierno de Santa Fe, Rosario quintuplica la cantidad de homicidios cada 100 mil habitantes respecto de la media nacional: 22 contra 4. Dicho al revés: cada vez que matan a una persona en otro lugar del país, en Rosario ya murieron 5.
Desde principios de 2023 se ha producido casi un crimen diario. Las estadísticas señalan que la tasa de asesinatos en Rosario duplica los de la capital santafesina, que también es más elevada que las del resto de Argentina. A su vez, la principal ciudad de esa Provincia tiene la tasa de asesinatos de varones más elevada del país con 30 cada 100 mil habitantes y de mujeres, con 9,51 cada 100 mil habitantes. En tanto, la mayoría de las víctimas son varones y pobres de entre 18 y 29 años de edad.
Respecto del lugar, 8 de cada 10 hechos se producen en la vía pública o en lugares con acceso público y 8 de cada 10 suceden en horario nocturno. Sobre los motivos, surge que siete de cada 10 están vinculados al narcotráfico o a disputas entre grupos.
Se trata de datos que revelan la fisonomía del escenario: Las víctimas son la “mano de obra” de los grupos narcos (la mayoría varones jóvenes y pobres); la acción es en la calle; y el momento, la noche. El primer punto indica un problema de dos cabezas: económico y sociológico. Pobreza, marginación y falta de futuro para traducirlo. El segundo y el tercero, que el Estado (la Policía de Santa Fe y la Gendarmería Nacional) liberan el territorio “privatizando” el uso de la violencia. Es evidente, también, que política y justicia exhiben algún nivel de connivencia.
El fenómeno del narcotráfico es complejo porque expone el cinismo político, económico y humano. Es complejo también, porque es una actividad económica altamente redituable por su ilegalidad y mercado disponible. Y es complejo porque aprovecha cualquier ventaja sistémica o geográfica.
La tragedia que dispara el “Narco” no puede ser abordada con distraídos, soluciones simplistas y marketineras, o con declaraciones altisonantes y oportunistas. No es sólo un problema punitivo como pretende la pre-candidata presidencial de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, que propone, incluso, apelar a las Fuerzas Armadas para resolver el drama. Cuando fue ministra caminó por Rosario al frente de decenas gendarmes y prometió “mano dura” para resolver el problema. La escala de la situación ha crecido hasta límites insospechados y el punto de partida sigue siendo el mismo. Quizá el aprendizaje de esa experiencia sea que no es sólo un problema de seguridad, aunque esa sea la cuestión que surge primero. Tampoco puede ser visto como lo hace el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, que afirmó este jueves, muy suelto de cuerpo teniendo en cuenta la función que cumple, que “el narco nos ganó”.
A partir de Messi, el problema “Narco” se convirtió en una bomba hacia el interior del sistema político. Requiere soluciones excepcionales. Esto es, esfuerzos fuera de lo habitual. Decisiones importantes. Compromisos profundos entre los distintos actores del sistema social y democrático. También esfuerzos de rango nacional, no local.
Es probable, como señala una fuente experta en seguridad, que lo de Messi sea una acción de “servicios de inteligencia” autónomos que aprovechan el problema “narco” en Rosario para sembrar inestabilidad política. “Llama la atención que el narcotráfico se exponga a un enfrentamiento abierto con el Estado como puede ocurrir con un acto como la amenaza a Messi. La experiencia de Colombia indicó que no les fue bien. La de México lo mismo. Por eso, en general, se mueven en las sombras, comprando voluntades, amenazando en el territorio privado, extorsionando, pero sin incurrir en episodios violentos contra el Estado. El ejemplo extremo de ese accionar, es Genaro García Luna, el encargado de combatir el narcotráfico (en el Gobierno de Felipe Calderón) y que era socio del Cártel de Sinaloa”. La misma fuente advierte que pueden ser integrantes de la Policía santafesina en conjunto con “Narcos” que ven un riesgo para su negocio principal y disparan una amenaza contra el intendente Pablo Javkin (Frente Progresista), quien desde hace meses denuncia (y visibiliza) su impotencia y la complicidad entre las bandas y las fuerzas de seguridad. Y por último, y entre otras opciones, señala que pueden ser extorsionadores que aprovechan el río revuelto del narcotráfico y lo que buscan es “extorsionar” a Messi o los Roccuzzo.
Tanto las autoridades judiciales como de Seguridad del Gobierno de Santa Fe, dijeron que no tienen aún una hipótesis firme sobre lo que ocurrió. Están recabando datos y pruebas. Hasta el cierre de este artículo, existían tres elementos concretos:
-La imagen de las cámaras de vídeo muestran a dos hombres jóvenes en moto. Uno de ellos se baja y efectúa 14 disparos. Están cubiertos con barbijos y capuchas y el que dejó el mensaje, utilizaba guantes.
-El arma utilizada es una 9 milímetros como las que dispone la Policía, pero a las que también acceden los delincuentes.
-El episodio ocurrió de noche y no hubo ningún tipo de persecución o acción policial. Se puede inferir, en principio, como en tantas otras oportunidades, que hubo “zona liberada”.
LA RESPUESTA EXCEPCIONAL
Ningún político es comentarista. Ese papel es de los periodistas. La Política es un actor directo de la acción o de la inacción.
Santa Fe tiene una Policía “filtrada” por el narcotráfico como señalan distintos especialistas, eso ha hecho que se “privatice” el uso de la fuerza. La participación policial puede ser activa o de liberación de territorios. Por eso, la violencia ocurre, sobre todo, en barrios empobrecidos, de noche y con la participación de las bandas narcos. Por herencia de la Dictadura cívico-militar de 1976-1983, la organización del aparato de seguridad se sostiene -en diferentes grados- en un doble comando: el del Estado y el de la “asociación” con la delincuencia. Por eso, aparecen policías involucrados en diferentes negocios ilegales (robos, juego ilegal, drogas, contrabando, etc.). Este modo organizativo no es un fenómeno exclusivo de la provincia litoraleña, funciona con una lógica similar en otros distritos como, por ejemplo, Buenos Aires o Córdoba.
A su vez, Rosario se levanta sobre el litoral del río Paraná y es territorio de numerosos puertos, la mayoría privados, sin control estatal. El río y los puertos son centrales para explicar el volumen del negocio “Narco”, que excede al “mercado” rosarino y se extendería a Paraguay y Brasil, manejado por “mafias” de esos países. También es punto de tránsito al mercado europeo y como en el caso de los 1650 kilos de cocaína incautados en agosto del año pasado, en un galpón en el barrio empalme Graneros, también a Dubai, en Medio Oriente.
VER Detienen en Paraguay a pareja de la “boda narco” de Ibarlucea, que estaba prófuga por narcotráfico.
Mientras que en términos económicos es un espacio donde la renta agraria se convierte con la velocidad de la luz en renta inmobiliaria y de su prima mayor, la financiera. Una fuente política rosarina relata que en las “cuevas financieras” de la ciudad se entremezclan empresarios, narcos y banqueros. Es decir, convergen las “rentas”, borrando las fronteras del dinero conseguido de modo legal e ilegal. Lo mismo sucede en la “noche” rosarina, donde los hijos de unos y otros van a los mismos lugares a disfrutar de la miel del dinero. Es hipocresía a full.
El debate político parece poner el ojo sólo en el “pozo negro” de la casa. No quiere ni pisar el baño de la mansión. Y menos, todavía, a la cocina o el comedor. Para enfrentar el drama que dispara el “Narco” se hace necesario hacerle frente en todas las dimensiones, las de seguridad, las judiciales, las políticas, las económicas y las sociales. Es obvio, que hay decisiones y acciones que son urgentes -como controlar la calle- y otras de mediano y largo plazo -como construir “futuros” para los jóvenes empobrecidos o enfrentar el lavado de activos-. Lo que es seguro, que son excepcionales, porque el problema no puede reducirse a los pibes que son la mano de obra del negocio. Sería ir directo al fracaso. En una crisis como esta, la sociedad puede perder un brazo, un pie o un ojo, lo que no puede perder es su enfrentamiento con las mafias, porque “el día después” es peor que todo lo conocido antes.
Artículo corregido el viernes 3/3/2023 a las 17:55.