El gobierno cordobés parece tener una particular puntería y persistencia para que las nuevas rutas que proyecta pasen por zonas con bosque nativo que está protegido por ley. Pasó con la iniciativa de la autovía de Punilla, que fue suspendida por la resistencia de las comunidades que atravesaba entre San Roque y Cosquín, un camino que además “cortaba al medio” un yacimiento de uranio. Pasa ahora con la futura E-34, que debería unir Mina Clavero con Villa Dolores, y que recorre zonas de bosque nativo protegido.
Como sucedió en Punilla, los vecinos de Traslasierra están movilizados. El sábado último, rechazaron la iniciativa oficial con un festival realizado en San Huberto, denominado “Sí a la ruta, No por el monte”.
Justamente, plantean una alternativa, que es avanzar con la obra, utilizando una ruta de tierra ya existente y de una extensión similar a la proyectada (42 kilómetros), denominada S307 (Ruta por Altautina, como se la conoce en Traslasierra).
Señalan que una eventual traza por la S307 tiene “un trayecto similar al de la Traza en estudio y estudiada, (…) con la salvedad de que la misma es sobre caminos consolidados y de trazado centenario (la usaba el cura Brochero), con el consiguiente bajo impacto ambiental y paisajístico”.
Y denuncian que la iniciativa “es funcional a distintos proyectos empresariales” y señalan que “creemos que el interés detrás de la nueva traza se basa en el desarrollo de negocios de capitales privados antes que en el bienestar socioeconómico de las personas que habitamos el valle, para quienes dicha traza no representa ningún beneficio en particular”.
ENREDACCIÓN accedió a un informe técnico del Foro Ambiental de Traslasierra, donde enumera las razones medioambientales y legales por las que cuestiona la traza que el gobernador Juan Schiaretti intenta concretar.
Allí indican que la traza que impulsa el gobierno provincial, “atraviesa en más del 90% de su recorrido áreas de máximo estado de conservación, de Categoría I ROJO según las Leyes de Bosques nacional 26.331 y provincial 9.814, zonas que poco tiempo atrás fueran declaradas Áreas Protegidas por la Municipalidad de Nono, y que fueron avaladas en un estudio desarrollado por el INTA – Estación Experimental Agropecuaria Manfredi – Centro Regional Córdoba”. Dicho trabajo se titula Ordenamiento Ambiental de Bosques y Ecosistemas Asociados para el Desarrollo Sustentable en el ejido del Municipio de Nono, Valle Traslasierra, Córdoba, Argentina, y fue realizado en 2009 por Laura Cavallero, Nicolás Mari y Carlos Carranza.
En la página 26 del estudio, los especialistas afirman: “Según la información analizada, en el año 2009 el bosque nativo del territorio bajo jurisdicción de Nono se encontraba fragmentado. De las 3200 hectáreas de bosque que el municipio tenía en el año 2009, cuando se reglamentó la ley nacional 26.331 y su correspondiente ley provincial 9.814, aproximadamente la mitad se encontraba fragmentada en relictos con una superficie menor a 50 hectáreas. Más aún, todos los relictos de bosque del territorio analizados registraron superficies menores a 1000 hectáreas. En el suroeste del ejido municipal se detectó el relicto de bosque nativo de mayor superficie (810 ha.). Por lo tanto, se recomienda la conservación del mismo”.
Se entiende, explica el informe del INTA, por “bosque relicto a aquel que resulta un remanente de otro mucho más amplio que ha perdido gran parte de su superficie. Para ser calificado como relicto se traza una comparación con algún momento del pasado, que permite determinar que el bosque en cuestión ha retrocedido”.
Ese trabajo del INTA específica, además, distintos niveles de restricción al uso del suelo, en “base al riesgo de degradación ambiental (por ejemplo, por pendiente, donde se requiere la presencia de vegetación nativa para evitar, entre otros fenómenos, inundaciones) y/o al valor ecológico asociado a la capacidad de provisión de servicios ecosistémicos (como, por ejemplo: conservación de la biodiversidad de flora y fauna nativa, incluidas la diversidad de especies y la diversidad genética; provisión de especies medicinales y de otros productos naturales beneficiosos para el mantenimiento de la salud, el combate de enfermedades y otros usos; conservación del suelo y de la capacidad del bosque nativo para producir suelo, etc.)”.
Indica el Foro Ambiental, que “la superposición de la pretendida “Nueva Traza”, sobre estos mapas muestra sin lugar a dudas que serán afectadas múltiples áreas de vulnerabilidad ambiental, sobre las cuales se realiza la expresa recomendación de que “…No se debería admitir cambio de usos de suelo…”, una ruta completamente nueva implicara sin lugar a dudas cambios e impactos sobre el ambiente y su biodiversidad”. Dice, en ese sentido, el trabajo del INTA y que toma el Foro, que “según el modelo multicriterio, el 80% del ejido de Nono tiene niveles de restricción ambiental alta, muy alta o extrema. Por otro lado, el 16 % y el 4 % del ejido municipal poseen niveles de restricción ambiental media y baja, respectivamente”.
También explica que “el mapa de la ley de bosques provincial señala una importante área de Traslasierra en categorías de máxima conservación: a) Categoría I (rojo) con sectores de bosques nativos de muy alto valor de conservación que no deben transformarse. Se incluyen áreas que, por sus ubicaciones relativas a reservas, su valor de conectividad, la presencia de valores biológicos sobresalientes y/o la protección de cuencas que ejercen, ameritan su persistencia como bosque a perpetuidad; y b) Categoría II (amarillo): sectores de bosques nativos de mediano valor de conservación que pueden estar degradados o en recuperación, pero que con la implementación de actividades de restauración pueden tener un valor alto de conservación”.
MAPA 1: EL PROYECTO OFICIAL ATRAVIESA ZONAS DE BOSQUE NATIVO DE CATEGORÍA ROJA Y AMARILLA, PROTEGIDOS POR LA LEY 9814.
Los vecinos superponen el estudio preliminar de la traza que propone el gobierno provincial con el mapa vectorizado de la Ley de Bosques Provincial 9.814 (Ver Mapa 1), “resultando que la misma impacta en su totalidad sobre áreas en Categoría Roja y Amarilla”.
Finalmente, apuntan que “uno de los problemas que se genera y/o se incrementa con la construcción de una nueva ruta en lugares que conservan vegetación nativa, más allá del impacto directo que significa el cambio de uso del suelo por la ruta misma, es que promueve y facilita el desarrollo inmobiliario y de otras actividades relacionadas. Esta situación, que muchas veces se presenta como positiva y beneficiosa para el “progreso” de la región, debería considerar, sin embargo, la categoría de bosque según la Ley 9814 (Ley de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos de la Provincia de Córdoba) en que se produce, ya que las obras o actividades que están permitidas dependen de dicha categoría (y no a la inversa)”.
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