Las estaciones de servicio sin marca tienen dificultades de abastecimiento.
Según los estudios de la Federación de Expendedores de Combustible y Afines (FECAC), el retraso del precio de los combustibles se sitúa entre el 20 y 22%. Ese es el motivo por el que las petroleras han comenzado a restringir la provisión de naftas y gasoíl al sistema de distribución y de hecho han logrado modificar, al menos en un primer momento, la idea del gobierno de pactar los aumentos para no seguir el precio del dólar. “No quieren vender su producto barato, a precio desactualizado. Entiendo que hasta que no lleguemos otra vez al precio internacional, va a haber desabastecimiento”, le dijo anoche a ENREDACCIÓN el titular de la FECAC, Gabriel Bornorini.
Bornorini describió, además, el escenario existente en Córdoba:
-La situación es crítica para las estaciones de servicio. Las petroleras han impuesto cupos a las estaciones de marca y han restringido a cero al canal mayorista (ventas directas a campos, industria, estaciones blancas, etc.). Las estaciones de servicio blancas no tienen provisión. Hace una semana que están con las mangueras colgadas. Está sucediendo en todo el país.
-De acuerdo al precio del crudo, el dólar y los biocombustibles, las tres variables que inciden en el precio de los combustibles, el retraso es de entre 20 y 22%. Por esa razón, las petroleras no quieren vender sus productos.
-En Córdoba hay 120 estaciones de servicios de marca blanca sobre un total de 604. Esto es, el 19,8% del total de empresas, pero manejan el 6% del volumen total. Se trata de estaciones de servicio que están en los pueblos y localidades pequeñas, son estaciones que tienen pocos empleados. El problema, es que dejás sin combustible a toda la zona que abastecen.
-El cupo del diesel es más restringido. A las estaciones oficiales no están dando la misma cantidad que el mes pasado (junio). Con las naftas hay más flexibilidad.
¿Cómo se comporta la venta de combustibles en este escenario de aumentos y restricciones en la provisión?, preguntó ENREDACCIÓN.
El consumo interanual se ha reducido un 15%. La principal razón es que las petroleras han restringido los canales mayoristas.
YPF incrementó 5% sus combustibles el fin de semana y el resto de las marcas (Shell, Axion y Puma lo han hecho entre 8 y 12% en todo el país. De este modo, los incrementos en 2018 se ubican entre el 20 y 25% según las marcas. Esto implica, de hecho, que se ha roto el acuerdo de precios que se había negociado antes de la salida de Juan José Aranguren del Ministerio de Energía y Minería. Ese convenio, establecía incrementos de 3% mensuales de acá a fin de año.
Concretamente, el ex ministro había frenado la quita de subsidios negociando dos acuerdos con el sector: el primero un techo escalonado de 66 dólares para el barril de crudo en junio, 67 en julio y 68 en agosto y un esquema de suba del precio de las naftas del 3% por mes hasta diciembre.
El gobierno comunicó al sector petrolero que la decisión es sostener la liberación del mercado de combustibles. Ambito.com reveló que “un alto funcionario del Ministerio de Energía se lo confirmó a los principales despachantes de naftas y gasoíl del país”.
El diario señala también que “se ratificó la liberación del mercado implementada desde octubre pasado, cuando el dólar cotizaba $ 17,36 y el barril de Brent u$s 57,69. Con un dólar que rozó los $ 30 el último viernes de junio y el crudo internacional por encima de los u$s 77, se estima que el atraso de los precios ya se acerca al 45%. Las petroleras hablan de un rezago de solo 20% en los surtidores para no asustar a los conductores y factores productivos, fundamentalmente del campo”, explica el artículo.
Por el momento, el escenario indica que las petroleras presionan reteniendo combustible para mejorar el precio de sus productos.
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