El pasado 30 de octubre se cumplieron 40 años de Democracia que se mantienen ininterrumpidamente desde 1983, año en que las y los argentinos dieron el primer paso con el voto popular para dejar atrás una de las noches más oscuras de la historia de nuestro país. Allí el flamante presidente electo Raúl Alfonsín dijo que no había derrotado a nadie, porque todas y todos comenzamos a recuperar la paz, la libertad y la defensa de la vida.
La última dictadura cívico, militar, eclesiástica, se llevó a 30 mil compañeros y compañeras, trabajadores y trabajadoras, estudiantes, profesionales, empresarios, cooperativistas, toda una generación antineoliberal que levantaban en su mayoría las banderas de la libertad colectiva, la igualdad y la justicia social, la soberanía política, la independencia económica y la democracia participativa.
Memoria, Verdad y Justicia
Fueron los organismos de DD.HH., los sindicatos, los movimientos sociales, los partidos políticos y miles de organizaciones de base que movilizados lucharon por traer el pasado al presente y fue un Estado que hizo de la memoria, la verdad y la justicia una bandera en y de la democracia, conducido por Néstor Kirchner y Cristina Fernández, después de aquellas leyes de obediencia debida, punto final y el indulto a los responsables del terrorismo de Estado, que intentaron debilitarla.
19-11-2023, inicio de una nueva etapa
No es menor la elección nacional que tenemos por delante, más bien podemos tomarla como el inicio de una nueva etapa y no creer que el derecho a la participación es algo natural y que ya está dado, al contrario, está en constante construcción, por lo que a la democracia debemos darle un nuevo impulso, militarla e intentar llegar a las nuevas generaciones, a las y los hijos que nacieron después de la golpe, quienes hoy en gran parte elijen a quienes reivindican la dictadura, a quienes niegan el genocidio de una generación que por el sólo hecho de pensar distinto se la borró del mapa bajo un Estado gendarme, represor y terrorista que cuidaba los intereses de unos pocos poderosos, de una casta económica y política nacional e internacional.
Recordar siempre que la democracia se sienta sobre los pilares de la libertad, la igualdad y la solidaridad, mientras más sólidos estén, más fuerte será, pues es el bienestar colectivo en la Casa Común lo que genera condiciones para una participación plena y pertinente, es decir, para una democracia fuerte y soberana, eso sí, en el marco de un Estado presente y activo que intervenga y priorice los intereses de las mayorías populares.
Unidad nacional
Estamos en un momento bisagra, que requiere de todas y todos, de mucho diálogo y acuerdos transversales. Nunca antes existió una fuerza política anarco capitalista de ultra derecha con reales opciones de llegar a gobernar nuestra Nación que ponga en juego la democracia desde una mirada neoliberal, basada en el odio y la violencia hacia el o la otra, que quiere destruir el Estado pues sólo le importa dejar en manos del Mercado y el sistema de precios la vida de cada una y uno de los argentinos.
Es tiempo de hablar con cada vecino y vecina, con cada joven, con las y los jubilados para dejar en claro que lo que está en juego este 19 de noviembre es la salud y la educación pública y gratuita, el sistema previsional de reparto basado en la solidaridad, el trabajo y la producción nacional.
Hoy más que nunca debemos acompañar la iniciativa de convocar a un gobierno de unidad nacional a la que nos convoca nuestro candidato a presidente de la Nación Sergio Massa. Unión por la Patria tiene la vocación de que es con todos y todas juntas, haciendo memoria, rescatando lo bueno y aprendiendo de los errores, así es como sacaremos el país adelante.
*Pablo Tissera es dirigente cooperativista y presidente del Partido Solidario Córdoba.
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