El presidente ultraderechista, Javier Milei, anunció este viernes en cadena nacional dos medidas destinadas a “blindar” el equilibrio fiscal y evitar el aumento del gasto público, a la par que atacó al Congreso nacional, pidió más sacrificios (“no se puede arreglar en dos años lo que se destruyó en casi un siglo”) y defendió el veto a varias leyes y la aprobación de proyectos que chocan con su agenda económica.
Las medidas incluyen una resolución para prohibir al Tesoro financiar el gasto primario con emisión monetaria y un proyecto de ley que penalizará los presupuestos nacionales con déficit fiscal.

Milei detalló que el próximo lunes firmará una instrucción al Ministerio de Economía que impedirá al Tesoro financiar el gasto primario mediante préstamos del Banco Central, cortando así la posibilidad de recurrir a la emisión monetaria. “No podrá solicitar dinero prestado al BCRA para financiar su gasto”, afirmó el mandatario, subrayando que esta medida busca evitar la inflación, a la que calificó como “el gran impuesto no legislado” impulsado por el Congreso.
La segunda medida será el envío al Congreso de un proyecto de ley que establecerá una regla fiscal estricta, exigiendo que los presupuestos nacionales mantengan equilibrio o superávit. Según Milei, cualquier nuevo gasto o recorte de ingresos deberá ir acompañado de una reducción equivalente en otras partidas, para no comprometer el resultado financiero.
El anuncio se dio en el marco de la defensa de los vetos presidenciales a leyes aprobadas por el Congreso, como las de emergencia en discapacidad, aumento de jubilaciones y moratoria previsional, así como la reciente aprobación de proyectos como el Financiamiento Universitario y el apoyo al Hospital Garrahan. Milei argumentó que estas iniciativas solo podrían sostenerse con emisión monetaria, lo que generaría mayor inflación. “Aumentar el gasto público es un acto destructivo”, sentenció.
El Presidente acusó al Congreso de impulsar “un conjunto de leyes dirigidas a destruir el superávit fiscal”, que consideró “la piedra angular” para una recuperación económica sostenible. Además, señaló que Argentina aún no tiene acceso a mercados internacionales de crédito, lo que hace inviable financiar estos gastos con deuda. “Parece una intención noble, pero cuando no hay plata no se trata más que de un engaño demagógico”, afirmó, calificando a la oposición de tomar a los ciudadanos “como idiotas”.
Acompañado por su equipo económico, Milei reafirmó los objetivos de su gestión: “Terminar con la inflación y generar las condiciones para que la Argentina crezca de forma sostenida”. Reconoció la dificultad del camino, admitiendo que “no se puede arreglar en dos años lo que se destruyó en casi un siglo”, pero insistió en su compromiso de evitar “atajos” que comprometan el futuro del país. “No hay ninguna posibilidad de que yo permita que esto suceda: no vamos a volver atrás”, enfatizó, y lanzó un desafío al Congreso: “Me van a tener que sacar con los pies para adelante”.
El mandatario también aludió a los reveses legislativos de los últimos seis meses, describiéndolos como un “choque” entre su gestión, a la que calificó de “fuerza imparable”, y la oposición, un “objeto inamovible”. Con la mirada puesta en las elecciones legislativas de octubre, Milei expresó optimismo: “Por suerte para los argentinos, las elecciones van a dirimir esta paradoja de una vez por todas y se podrá elegir un nuevo Congreso que nos permita avanzar hacia los cambios que el país necesita”.
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