Es la teoría de la negociación permanente: cada proyecto de ley implica una extensión del acuerdo original. De este modo, los gobernadores del PJ dialoguista -incluido Córdoba- obtuvieron financiamiento extra para nuevas obras públicas por un monto de 10 mil millones de pesos y los giros mensuales sin armonización para las 13 cajas previsionales que se mantienen en manos de las provincias, y luego ordenaron a sus diputados votar el Presupuesto 2018 que había elevado el gobierno nacional. Ahora, la iniciativa deberá ser considerada por el Senado.
Una vez completada la extensión del acuerdo, el bloque de Cambiemos, más los diputados del PJ dialoguista y los peronistas del Frente Renovador, reunieron una holgada mayoría de 165 votos que permitió sancionar el presupuesto 2018.
Se opusieron el bloque de diputados de San Luis, el kirchnerismo disminuido porque varios de sus miembros se ausentaron, en su mayoría ligados a los gobernadores -como los formoseños o los sanjuaninos (José Luis Gioja no estuvo y Sandra Castro se abstuvo)- y la izquierda.
El debate duró 10 horas y se dio en medio de negociaciones entre el macrismo y los diputados del interbloque federal para aumentar la planilla de obras; y peleas por fondos a las universidades con los kirchneristas Daniel Filmus y Axel Kicillof, que de todos modos votarían en contra.
El presupuesto 2018 fija un gasto de $ 2.904.414.117.468 con un déficit financiero de $ 678.869.874.391, un 5.5% del PBI. El primario (sin intereses de deuda) llegaría a 3.2%, siempre según los pronósticos de Nicolás Dujovne.
Se financiará con la baja de subsidios y sobre todo con deuda externa, un riesgo reconocido hasta por los diputados de Cambiemos.
“Aún tenemos un nivel de deuda bajo en comparación de la región, pero no podemos darnos el lujo de equivocarnos nuevamente y de volver a depender del ánimo o desánimo de los inversores externos”, admitió Luciano Laspina, el referente de Cambiemos en temas económicos.
El santafesino elogió la baja reasignación de partidas que hubo este año y el crecimiento de 3.5% previsto para 2018, “liderado por la inversión, a diferencia de otras épocas”.
Laspina también celebró los 30 mil millones de dólares previstos para programas de participación pública privada, muy cuestionados por toda la oposición.
Para el kirchnerismo la metodología agrega endeudamiento sin resultados previsibles y para el bloque de los gobernadores (interbloque federal) se concentrarán en inversiones rentables que no promueven desarrollo.
Pero la ley de presupuesto pone muchas expectativas a los PPP. Crea fondos fiduciarios y promueve exenciones tributarias, aunque no está del todo claro a qué proyectos se dedicarán. La oposición exigió crear cuanto antes la bicameral para chequear esas inversiones, cuando lleguen.
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