En los humanos, el llanto infantil es la forma de comunicación pre-verbal más temprana. Un equipo internacional de investigadores, liderado por expertos del Instituto de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver de EE UU, ha descrito la base neurobiológica de las respuestas de las madres humanas a esos sonidos.
Hasta ahora, no existía consenso sobre el grado en que los cuidadores humanos están programados biológicamente para responder a la angustia vocal de los más pequeños. Lo que parecía claro es que la capacidad de respuesta del cuidador es vital para la supervivencia del bebé y, por lo tanto, la continuación de la especie.
La capacidad de respuesta del cuidador es vital para la supervivencia del bebé y, por lo tanto, la continuación de la especie
El nuevo trabajo, publicado en la revista PNAS, analiza el comportamiento de 684 madres de 11 países que tenían hijos de unos 5 meses de media. En todas las culturas analizadas, las madres respondían al llanto levantando y sosteniendo al niño, además de hablar con él.
CEREBRO ACTIVADO
Los expertos tenían la hipótesis de que los sollozos de los bebés provocarían respuestas comunes en los cerebros de las nuevas madres, independientemente de su cultura. Para comprobarlo, examinaron con resonancia magnética funcional a 43 madres que vivían en Estados Unidos y a 44 madres en China.
En ambos grupos, el sonido del llanto provocó una reacción dinámica: activó el área motora suplementaria del cerebro, asociada con la intención de moverse y hablar; el área de Broca y las regiones temporales superiores, ambas relacionadas con el procesamiento del habla y los sonidos complejos; así como las regiones del mesencéfalo y del cuerpo estriado, asociadas con el cuidado del niño.
Tras el análisis, los autores concluyen que existe una base neurobiológica y evolutiva para la respuesta materna humana al llanto de los bebés.
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