Susana es Susana. ¿Está claro? Es como el famoso Diego es Diego; o Boca es Boca. Puede decir casi cualquier cosa, como si fuera un Papa con polleras, y nadie levanta un dedo para advertir sobre sus planteos. Tampoco habla todo el tiempo, pero cuando lo hace… mamita. Como si tuviera un salvoconducto en la cartera que la protegiera de cualquier límite, sus dichos son palabra santa (No me quiero olvidar, que por suerte está Jorge Rial para contradecirla). La verdad, es que Susana Giménez, cada vez que se va de vacaciones a Punta del Este, se saca el maquillaje y se olvida el cassette con el que responde en Argentina, y ¡pum!, habla como el dirigente piquetero Luis D’Elía: sin filtro. También hay que decir, para no quedar como una desubicada, que Susana y “el piquetero” más famoso, comparten apenas una palabra: extremo. Sí, los dos se sientan en las puntas contrarias de la fila.
Ya sabemos bastante de ambos. Susana empezó con una publicidad de jabón que la llevó a la tele, el cine y el teatro. Filmó “La Mary”, se enamoró de Carlos Monzón, en el romance más teatral y caliente de la historia del jet set local, tuvo otras relaciones memorables como con mi admirado Ricardo Darín (cuando era un nene) y es la reina de la TV argentina desde hace casi tres décadas con su clásico… “Hola Susana…” y otras creaciones varias. Una religión argentina, pese a las macanas en las que se metió. Luis, que es maestro, ha sido dirigente de la CTA, concejal, diputado y piquetero. Fue uno de los “piqueteros” del 2001, que lideró a desocupados del conurbano, frente a Fernando De la Rúa, en aquella tremenda crisis del “que se vayan todos”. Se hizo kirchnerista, fue funcionario y un día se acercó a Irán y los ayatolás y lo eyectaron del gabinete. Desde entonces, vaga por el firmamento a fuerza de sus frases de colección.
Dicho esto, el contexto de la última “frase” de Susana fue el incidente de su nieta Lucía Celasco con una vecina cuando salía del boliche Tequila, en La Barra.
Hablando de vecinas, la mía del 2°C, es una francesa que se parece a Catherine Deneuve cuando tenía 40. Con ella, tomamos un café todas las semanas desde hace una década, hablamos de actualidad y moda (ella es “jefa” de una casa de “alta costura”, como todavía le llaman a las firmas de moda en esta ciudad). Obviamente, que está al tanto de la realidad argentina. De toda. Lo primero que me dijo ayer, apenas me vio, fue esto: “Lo de Susana Giménez fue para tapar lo de la nieta”. Me dejó muda.
Para mí, lo de Susana no fue para tapar lo de “la pequeña” Lucía. Viene juntando bronca desde octubre y encontró la oportunidad para hablar sin ninguna mediación. “Esa que escuchaste, es la Susana auténtica”, le dije a mi vecina con un tono casi porteño, en medio del barrio Saint-Germain.
Como tampoco puedo esconder mi lado periodístico, arranqué un monólogo para explicar por qué no era humo, que Susana expresa el pensamiento de amplios sectores del país, que consideran a la pobreza como la consecuencia de una incapacidad individual, alimentada por el Estado populista. Mi vecina que es, sobre todo, muy educada, me escuchó hasta el final. Cuando puse el punto final a mis palabras, me preguntó: “¿Vos crees que Irán puede tomar represalias reales contra Estados Unidos?”
…
La diva argentina se paró del costado macrista de la grieta cuando dijo dijo que “mis deseos para el 2020 son para la Argentina. Quiero que se arregle todo de una vez. Que dejen de hablar de la pobreza, y si hay mucha pobreza que la gente vaya al campo. Nosotros fuimos siempre el granero del mundo y hay que enseñarle a la gente, por ejemplo, del Norte a plantar, a tener gallinas en el gallinero. Qué sé yo, cosas…”.
La entrevista de Teleshow tuvo otras tres preguntas “full”:
¿Qué opinás de la medida del 30%?
Un espanto. ¿Qué voy a opinar? Encima, con lo caro que está todo me parece que es injusto, es una medida injusta.
Se lo llama dólar solidario. ¿No estás de acuerdo?
Que pongan la guita de ellos si es solidario.
¿Cómo ves la situación del país?
Tengo tantas cosas para pedir. No para mí, of course, pero para el país… mucho. Pero bueno, vamos a ver. Por ahora lo del 30% me parece una locura. Acá todo el mundo está pagando en cash, con pesos uruguayos.
…
El 5 de diciembre de 2018, otra vez en Punta del Este, Susana había tenido otro “día de furia” contra los pobres: “No tienen tanto derecho como creen. Les hicieron creer que debían gastar mucha luz y gas y eso va en detrimento del país”, dijo en defensa de los tarifazos que venía instrumentando el ex presidente Mauricio Macri.
Y en 2016 había manifestado su apoyo a Mauricio Macri en una entrevista en el diario La Nación:
– “Peor no se podía estar. Más corrupto no se podía ser. Aunque trates, ¿eh? (Carlos) Menem es Heidi al lado de la gente que nos gobernó en los últimos años (en alusión al kirchnerismo)”.
-“No me sorprende saber que antes robaban, eso lo sabíamos todos. Pero lo de las bolsas sí, me impactó muchísimo. Es cinematográfico. No sé qué le pasó al hombre este José López para hacer lo que hizo”.
-“Yo sigo creyendo en Macri: él está bien rodeado, no sólo de gente correcta y honesta, que debería ser lo normal, sino de gente que sabe, que estudió, que está preparada. Es gente valiosa, no como esos poligriyos que de un día para el otro llegan al poder soñando nada más que con la casa y el auto de alta gama”.
-“Si antes llevaba un político a mi programa que no fuese candidato a presidente, la gente ni lo miraba. Si no es un chorro con nueve palos, la gente no se vuelve loca por ver lo que pasa. Ahora, la gente ve los noticieros a full. Yo me muero si no los veo. Eso nunca me había pasado”.
-Jorge Lanata tiene una información increíble, recibió el Martín Fierro de Oro y tendría que haber ganado el oro, el platino, todo junto. Le cambió la cabeza a mucha gente. Prácticamente ayudó a que cambiara el gobierno.
-Macri es el presidente y sobre todo es mi amigo de toda la vida. La última vez que hablé con él le mandé un mensaje cuando tuvo el episodio de la arritmia. Me contestó muy rápido y me agradeció, como siempre hace”.
…
Sólo para recordar algunas de las frases de Luis, que es la antítesis de Susana en sus ideas, pero igual de extremista, me metí en el archivo. Hay que reconocer que posee una prosa salvaje, fuera de todo protocolo. Debo confesarles también, que a medida que escribo esta columna y anotó lo que ha dicho, me doy cuenta, de que hay otra diferencia con Susana: Nunca tiene el cassette puesto.
Una de sus definiciones, que no necesita archivo, que viene sola a mi memoria, fue lanzada en aquellos días de locura de la Resolución 125 (la de las retenciones móviles a la soja): “odio a la puta oligarquía” solía repetir, además de pelearse con un manifestante contrario a las retenciones en la Plaza de Mayo.
Cuando el Movimiento Evita se fue del kirchnerismo apuntó: “Siempre fui ácido con el PJ, ese partido de mierda, conservador y de derechas. Un partido de mierda que cada vez que puede se va a la derecha más recalcitrante, en nombre de no sé qué bandera”.
En esa misma ocasión disparó contra el actual vice jefe de Gabinete de Alberto Fernández, Fernando “Chino” Navarro: “Darle la espalda a Cristina hoy, que está al borde de que la metan presa la Embajada, la oligarquía argentina y los medios hegemónicos es de traidor, de hijo de puta y de sorete. (…) Seis diputados nacionales tienen ustedes, que se los dio Cristina, porque son diputados gracias a Cristina. Váyanse, pero devuelvan la banca, turros. ¿Ahora se van, en este momento?”.
Y cuando nadie imaginaría que alguna vez criticaría a Cristina, sobre todo después de aquella frase contra este señor que le dicen “Chino”, lanzó en otra entrevista: “En 2017 hubo cosas que se hicieron definitivamente mal. No estoy de acuerdo con que Cristina haya renunciado a la identidad kirchnerista. Es más: el kirchnerismo es un nuevo sujeto histórico. Ella y el marido construyeron un nuevo sujeto histórico que debían haber asumido más allá del PJ. Negar la identidad kirchnerista es un grosero error. Lo digo acá porque no hay dónde debatir. No hay ámbito de discusión política. Deberíamos estar en una cancha discutiendo cómo mierda pasó esto. Resolvimos mal la interna. Randazzo es un empleado de Magnetto, pero tendríamos que haberlo dejado adentro. CFK tendría que haber sido la candidata de todos, de diez listas distintas, no de una sola”.
…
Lo bueno de tomar café en Paris es que te das cuenta que los franceses creen que son el ombligo del mundo. Para ellos, todos les deben algo y, por supuesto, están arriba de cualquiera. Mi vecina y amiga, criticó al estadounidense Donald Trump, al inglés Boris Johnson (tienen una fija con los ingleses) y 10 líderes mundiales más, aparte de sus “competidores” italianos de la moda. A esa altura, ya nos habíamos olvidado de Susana y Luis (a quien ella no conocía hasta ayer). Cuando llegó el momento de pedir la cuenta, me preguntó: ¿Y ese señor D´Elía, del que estás hablando, de dónde es?
-De La Matanza, le contesté.
-¿La ciudad más peronista de la Argentina?, la siguió.
-Sí, así dicen, respondí sorprendida. No recordaba haberle contado alguna vez sobre eso.
Su pregunta apuntó al corazón de la grieta. La línea que une las dos ciudades, la uruguaya donde vacaciona Susana, y la bonaerense de donde proviene Luis, podría transformarse en una pintura geográfica de los contrastes sociológicos y políticos nacionales. Realmente, no se me había ocurrido. Punta del Este versus La Matanza.
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