“Vos sabes lo que vinimos a buscar”. Esa fue una de las frases que escuchó el empresario Javier Francucci, cuando cuatro hombres armados hasta los dientes lo despertaron la madrugada del 31 de octubre de 2016, en su casa de Leones. Exigían un millón de pesos y, como no los consiguieron, se llevaron secuestrada a su pareja, María Gabriela Oliveto, de 52 años. La mujer estuvo cautiva durante dos días hasta que, sin logística para prolongar la negociación, la banda decidió liberarla a la vera de una ruta cerca de Pilar Buenos Aires.
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Pero a Javier Francucci -que ahora está preso en Buenos Aires por sus vínculos con una banda que robaba camiones- la voz que le exigía el millón de pesos, le sonaba familiar. Y esa fue la pista que llevó a los investigadores a detener ayer a cuatro de los cinco implicados en el secuestro extorsivo. Tres de ellos fueron arrestados en Pilar, y el cuarto en Marcos Juárez.
Francucci, dueño de la empresa de reparación de camiones ”Servicio Mecánico Diesel SRL”, había “jetoneado” que tenía esa importante suma de dinero en su poder, gracias a un negocio que acababa de cerrar. El dato llegó a los oídos del hijo de un reconocido comerciante de Marcos Juárez, empresario del transporte, que en el pasado fue socio de Francucci. “Juntos habían tenido un taller mecánico muy grande, pero la sociedad se disolvió en malos términos”, dijo a ENREDACCIÓN el director de Delitos Complejos de la Policía, Juan Díaz.
Francucci creía reconocer la voz del hijo de su ex socio, comandando el asalto esa noche. Era el hombre que exigía el millón de pesos. Así fue que la investigación se fue cerrando a su alrededor, hasta que la Fiscalía de Bell Ville pudo establecer -mediante testimonios y sabanas telefónicas- que el hijo del comerciante estuvo esa noche en el lugar del hecho.
De acuerdo con fuentes de la investigación que lleva adelante el fiscal Federal José María Uriarte, de Belle Ville, el autor intelectual es Alan González, de 23 años. Ayer, una comitiva de Delitos Complejos y miembros del Éter llegó a su casa de la calle San Juan 1250, barrio Sur, Marcos Juárez. Conjuntamente, en Pilar, otros tres sujetos fueron detenidos. Una quinta persona, de Marcos Juárez, está prófuga.
La principal hipótesis es que Alan escuchó el rumor de que había un millón de pesos en la casa del ex socio de su padre, y contrató a una banda de ladrones pesados, con causas por robos calificados, que operaba en Buenos Aires y Córdoba. Juntos prepararon el golpe. Pero la banda iba a robar, no a cometer un secuestro. El botín que buscaban era el dinero que Javier alardeaba tener.
“El secuestro no era el plan inicial de la banda, pero terminaron llevándose a la mujer, lo que fue un error, porque no estaban preparados para sostener el secuestro”, dijo Díaz. Uno de sus integrantes, ya se encontraba detenido por otro hecho. Una vez que fue liberada, la mujer contó que la trataron bien. “No eran malas personas”, dijo.
TRIGO NO TAN LIMPIO
Una de las primeras líneas de investigación que siguió la causa fueron los negocios del Francucci. Al tiempo, el fiscal dijo que el empresario no tuvo nada que ver con el secuestro de su esposa.
Actualmente, Oliveto y Francucci están separados. El hombre está preso en Lomas de Zamora imputado por estar presuntamente vinculado con una banda que robaba camiones en la zona sur del conurbano para luego ocultarlos y venderlos en la provincia de Córdoba.
Dos empresarios, un policía bonaerense y otros nueve sospechosos fueron los detenidos semanas atrás por la Justicia de Lomas de Zamora. Además de Francucci, en Córdoba capital cayó el transportista Nicolás Nogueira (44).
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