Luego de 16 años de dilaciones, la Cámara 1° del Crimen dictará este mediodía la sentencia por el crimen de David Moreno, el chico de 13 años asesinado de un escopetazo por la Policía de Córdoba, durante la represión a los reclamos sociales del 20 de diciembre de 2001, que le costaron el cargo al presidente Fernando De la Rúa.
El único acusado del homicidio es el oficial Hugo Cánovas Badra, por quien la fiscal Dolores Romero Díaz pidió una condena de 16 años de cárcel efectiva por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por su condición de policía. Tras haber pasado tres años en prisión preventiva, el policía recuperó la libertad y aún continúa en actividad. Otras dos mujeres ex policías llegaron a juicio acusadas de falso testimonio: Daniela Adán, para quien la fiscal solicitó 3 años de prisión en suspenso, y Laura Freire, quien durante el juicio no fue acusada y se irá absuelta.
David Moreno recibió un escopetazo desde atrás mientras corría junto con otros vecinos que intentaban saquear un supermercado en barrio 9 de julio. Un escuadrón de 70 policías reprimió, con balas de goma y plomo. Pese a las demoras en la investigación, ningún responsable institucional llegó a juicio.
Hoy al mediodía, luego de que los acusados digan sus últimas palabras, la presidenta del tribunal, Susana Beatriz Cordi Moreno junto con los vocales, Eduardo Valdés y Mario Capdevila, leerán el veredicto de uno de las causas más controvertidas y esperadas de la justicia cordobesa.
Desde que comenzó, a mediados de abril, por el juicio pasaron 130 testigos, entre ellos varios policías que ese día participaron del mismo operativo que culminó con la muerte de David y con otras personas heridas de gravedad por balas de plomo.
Durante la instrucción la causa cambio de fiscal cuatro veces y otro tanto fue modificada su carátula. En el operativo participaron más de 70 policías y en el juicio quedó establecido que hubo más de un potencial tirador que usó cartuchos Propósitos Generales (PG) cargados con postas de plomo. Por el tiempo transcurrido, las pruebas documentales (pericias balísticas y planimétricas) fueron muy discutidas y controvertidas por las partes. Incluso hubo algunos documentos que se perdieron durante la instrucción.
Por eso, la prueba testimonial será clave para que el Tribunal defina si fue Cánovas quien efectuó el disparo que dio en la nuca de David Moreno. Sus propios colegas lo ubicaron en el lugar desde dónde salió el disparo, pero sucede que junto a él había otros efectivos, entre ellos Juan Pablo Dragonetti, ya fallecido.
Badra, que por entonces tenía 26 años, siempre sostuvo que es inocente y, mientras estuvo detenido, se definió como “un preso político”. Sostiene que los jefes de por entonces lo eligieron, “por ser joven y no tener hijos”. Desde un principio, la familia de David afirmó que sólo se centró la investigación en los rangos más bajo de una larga cadena de responsabilidades.
Quedaron afuera del proceso Luis Omar Farías (comisario Inspector) a cargo del operativo, el Jefe de la Patrulla Preventiva Norte, Juan Antonio Pesci, y el Sub Comisario Pucheta. En 2010, tras pagar una multa de 750 pesos, Farías, el jefe del operativo quedó sobreseído en una causa por “violación de los medios de prueba”, es decir por dañar la escena del crimen.
Rosa, la madre de David, se mostró conforme con las penas solicitadas por la fiscalía. En diálogo con ENREDACCIÓN, recuerda a su hijo en la cocina de su casa de barrio 9 de Julio, vestido con un shorcito oscuro y zapatillas, arrancando las mangas de una remera azul con una tijera. Ese 20 de diciembre de 2001, hacía calor en Córdoba. Cuando terminó, David Moreno se puso la remera ya sin mangas y salió con sus amigos. Había pedido permiso para ir a la sala de videojuegos.
Unas horas después, frente a un supermercado ubicado a tres cuadras de su casa dónde la gente se agolpaba para pedir bolsones de comida, fue alcanzado por cinco perdigones de plomo, disparados por la Policía de Córdoba.
“Yo estaba mirando la tele, miraba lo que pasaba en Buenos Aires, como la Policía metía palos y balas a la gente. Afuera de mi casa se escuchaban tiros. Uno de esos le pegó a mi hijo ¿Que loco, no?”, dijo la mujer de 67 años, el día de la primer audiencia. David era el menor de sus cuatro hijos, y fue la única víctima fatal de la represión policial ocurrida en Córdoba, en las vísperas de la renuncia del presidente Fernando de la Rúa. En todo el país, ese día murieron 39 personas.
waldo.cebrero@enredacción.com.ar
Cómo comunicarse:
Redacción: [email protected]
Lectores: [email protected]
Equipo de Investigación: [email protected]