Australia se convertirá la próxima semana en el primer país del mundo en vetar el acceso a las principales redes sociales a los menores de 16 años. La medida, aprobada a finales de noviembre de 2024 mediante el Proyecto de Ley de Enmienda de Seguridad Online (Edad Mínima para Redes Sociales), responde a la alarma por el impacto que estas plataformas tienen en la salud mental de niños y adolescentes.

Los datos que maneja el Gobierno australiano son demoledores: el 96 % de los menores de entre 10 y 15 años utiliza redes sociales y siete de cada diez han estado expuestos a contenidos dañinos, desde mensajes misóginos y vídeos violentos hasta material que promueve trastornos alimentarios o el suicidio. Según el informe encargado por la administración estatal australiana, este daño proviene del propio diseño de las plataformas, que “incita a pasar más tiempo frente a las pantallas, a la vez que ofrece contenido que puede perjudicar su salud y bienestar”.
El primer ministro laborista, Anthony Albanese, ya advertía el año pasado durante el debate parlamentario que el uso excesivo de redes sociales supone “un riesgo para la salud física y mental de los menores, en particular para las niñas”, por la difusión masiva de representaciones nocivas de la imagen corporal y contenidos misóginos.
¿QUÉ PLATAFORMAS QUEDAN AFECTADAS?
La prohibición afecta de momento a diez servicios considerados “redes sociales” según tres criterios: que su propósito principal sea la interacción social entre usuarios, que permitan comunicarse entre sí y que faciliten la publicación de contenido. La lista incluye:
-Snapchat
-Threads
-TikTok
-X (antes Twitter)
-YouTube
-Kick
-Twitch
Quedan fuera, al menos por ahora, aplicaciones como WhatsApp, Messenger Kids, YouTube Kids o Google Classroom, al entenderse que no cumplen estrictamente esos requisitos. Los menores de 16 años seguirán pudiendo ver contenido en plataformas que no exijan cuenta (por ejemplo, vídeos públicos de YouTube).
Algunas voces críticas reclaman que se incluyan también plataformas de videojuegos como Roblox o aplicaciones de citas y herramientas de IA generativa.
MULTAS A LAS EMPRESAS, NO A LAS FAMILIAS
La norma no sancionará ni a los menores ni a sus padres si incumplen la prohibición. Las multas –que pueden llegar a 50 millones de dólares australianos (unos 30 millones de euros)– recaerán exclusivamente sobre las empresas si no implantan sistemas eficaces de verificación de edad. El Gobierno prohíbe expresamente la autocertificación (“soy mayor de 16”) y el consentimiento parental como métodos válidos.
Las tecnológicas deberán recurrir a identificaciones oficiales, reconocimiento facial o de voz, o a la llamada “inferencia de edad” basada en patrones de comportamiento.
META YA EMPEZÓ A BLOQUEAR CUENTAS
Este mismo 4 de diciembre, Meta (Facebook, Instagram y Threads) anunció que comenzará a restringir el acceso a usuarios menores de 16 años en Australia y completará el proceso antes del 10 de diciembre. Los adolescentes afectados podrán descargar su historial y recuperarán automáticamente la cuenta –con todo su contenido intacto– cuando cumplan los 16 años.
Un portavoz de la compañía afirmó que, aunque cumplirán la ley, “consideramos necesario un enfoque más estandarizado y respetuoso con la privacidad”. Meta propone que sean las tiendas de aplicaciones (App Store y Google Play) las que verifiquen la edad y obtengan el permiso parental en el momento de la descarga, evitando que cada plataforma tenga que pedir datos biométricos o documentos oficiales.
EL MOVIMIENTO SE EXTIENDE
La Unión Europea aprobó a finales de noviembre (aunque aún no es vinculante) una propuesta para fijar la edad mínima en 13 años en todo el bloque, o en 16 sin consentimiento parental, y trabaja en una cartera de identidad digital europea (eID) y una app común de verificación de edad.
En tanto, España tramita actualmente una ley para elevar también de 14 a 16 años la edad mínima para crear perfiles en redes sociales.
Por su parte, Francia y Dinamarca avanzan en medidas similares.
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