La Semana Santa mostró una foto nítida de la desigualdad en Argentina. Según los datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), viajaron por todo el país unos 2,6 millones de turistas, un 37% por encima de 2021. Sin embargo, esa enorme cantidad de viajeros representa sólo un 5,73 por ciento de los 45,38 millones de habitantes que se estima viven en nuestro territorio.
No es una cifra casual, ya que revela con toda crudeza la injusta estructura económica existente. Más allá de su potencia como “industria sin chimeneas”, la observación de quiénes puede viajar y conocer otros lugares diferentes al propio, y quiénes no, es una foto extra sobre la desigualdad.
En Semana Santa, según la CAME, los turistas argentinos tuvieron una estadía media de 3,3 días y un gasto diario per cápita de $4.610. De este modo, los 2,6 millones de turistas desembolsaron $39.736 millones el fin de semana, incluyendo hospedaje, transporte, comida y otros gastos. Frente a 2021, el consumo a precios constantes subió 107,7%.
Por lo tanto, una familia de cuatro personas gastó 60852 pesos en las mini-vacaciones. Esa suma representa a 1,62 Canastas Básicas Alimentarias; a 0,72 Canastas Básicas Totales; y a 1,84 Salarios Mínimos. De acuerdo a la información oficial, para que un hogar no sea pobre debía alcanzar una Canasta Básica Total (CBT) de 83807 pesos en febrero 2022. Mientras que para no ser indigente debía completar una Canasta Básica Alimentaria que tiene un monto de 37413 pesos. Y un Salario Mínimo Vital y Móvil era en marzo de 2022, de 33 mil pesos.
Al cruzar los 60852 pesos que necesitaron los viajeros para el descanso de Semana Santa con los ingresos individuales totales, surge que el 70% de los argentinos tiene ingresos mensuales por debajo de esa suma. Sólo el 30% la superan, son los que se encuentran en los deciles 8, 9 y 10. De ellos, el decil 10 es el único que supera los 100 mil pesos mensuales de ingresos.
De acuerdo al informe del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) sobre ingresos individuales totales del cuarto trimestre de 2021, el 10% más acomodado de la población argentina, se quedaba con el 30% de la torta nacional.
En tanto, según el mismo informe, el 10% más pobre se quedaba con apenas el 1,5% de la Renta nacional. Se trata de una diferencia de 20,12 veces entre ambos extremos de la pirámide.
Si bien hay una evolución en la medición de desigualdad respecto a 2017, cuando la diferencia era de 23,30 veces (30,3% versus 1,3%), mantiene distancias siderales en la distribución de recursos entre sectores sociales.
El análisis se realiza sobre el ingreso total individual, que incluye las diversas fuentes de ingreso individual, tanto las laborales como las no laborales. Es decir, comprende los ingresos provenientes del trabajo y de otras fuentes, por ejemplo, jubilaciones y pensiones, subsidios o rentas.
Otra dimensión comparativa de la situación, se obtiene al observar que el 10% más rico obtiene la misma porción de renta que el 60% de la población: 30% contra 30,6%.
Por último, si se hace un ejercicio sobre la dimensión que tiene el movimiento turístico en la economía, se puede establecer que los 39736 millones de pesos que gastó el 5,73% de los argentinos en las mini-vacaciones de Semana Santa, permiten, por ejemplo, adquirir 15.045 Renault Sandero base (a $2,641 millones de pesos por unidad) o construir 12.041 viviendas de 50 metros cuadrados en Córdoba (3,3 millones de pesos por casa, según los valores de la Dirección Provincial de Estadísticas y Censos).
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