Resulta extraño: en un escenario donde los dos principales actores políticos de Argentina aumentan su imagen negativa y suman altísimos niveles de voto anti (Macri 52% y CFK 40,8%), son sólo ellos los que tienen posibilidades de disputar el ballotage (segunda vuelta electoral). Ninguno de los peronistas neoliberales (Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey), ni otras opciones políticas (Ricardo Alfonsín, el diputado salteño Alfredo Olmedo, el izquierdista Néstor Pitrola o el economista José Luis Espert, todos medidos en la encuesta de Gustavo Córdoba & Asociados) logran volumen suficiente para tomar parte de esta instancia. Este escenario aparece, a esta altura, como muy difícil de modificar.
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Sin embargo aparece un factor hasta ahora ausente: la degradación del capital político presidencial y la persistencia del núcleo de votantes de la ex presidenta dibujan una potencial alternativa de definición en primera vuelta. Según la encuesta (en uno de los escenarios consultados, con Sergio Massa como candidato del PJ Federal), Cristina con 38,6% de intención de voto contra 30,9% de Macri, queda a sólo 1,4% de llegar al 40% (piso mínimo para triunfar en el primer turno) y a 2,3 puntos porcentuales de superar por 10 o más puntos al segundo, en este caso Mauricio Macri. Se trata de una imagen impensada a principios de este año.
¿Qué situaciones pueden incidir para qué esto suceda?
-La crisis económica: el 65,5% de los consultados por Gustavo Córdoba & Asociados creen que “estarán peor económicamente el año que viene”. Se trata de un valor que comenzó a crecer desde la devaluación de abril-mayo de este año (59,8% en abril), llegó a un pico de 69,4% en mayo, pero como se ve -todavía- no ha vuelto a caer por debajo de los 60 puntos. A su vez, los temas económicos preocupan al 60% de los encuestados. “La inflación sigue siendo por séptimo mes consecutivo el principal problema del país. (…) En segundo lugar se instala el endeudamiento externo”, señala el informe de Gustavo Córdoba & Asociados. Desempleo y pobreza son los otros dos que superan el 10% de preocupación. El único tema ajeno a la economía dentro de los cinco primeros, es el de la corrupción (tercero con 16,2% de prioridad). En estos nueve meses, el contexto de la economía deterioró fuertemente la potencia electoral del presidente. Habrá que ver si el pronóstico de estabilización a partir del segundo semestre se cumple y si eso luego alcanza para alterar este escenario.
-El voto anti: El 52,5% de los encuestados afirma que se siente “anti-cambiemos” contra un 30,7% que afirma su pertenencia a ese espacio. A su vez, el 41,4% asegura que es “anti-peronista”, y un 33,5% “peronista”.
-El electorado de la provincia de Buenos Aires y del “Resto del Interior”. Tanto el presidente como la gobernadora María Eugenia Vidal poseen elevada imagen negativa en el distrito bonaerense: 64,2% y 56%, respectivamente. Luego, en el “Resto del Interior”, Macri tiene 57,5% de percepción negativa y la gobernadora 46,2% (casi empata con la positiva 47%). Por su parte, CFK aventaja a sus adversarios con claridad en Buenos Aires, donde tiene un 44,1% de imagen negativa (versus Macri 64,2% y Vidal 56%), pero es superada en el “Resto del Interior” donde es rechazada por el 59,2% (versus 57,5% del presidente y 46,2% de Vidal).
Dentro de este contexto de debilidades y fortalezas, una eventual unidad del espacio peronista podría volcar a favor de la principal oposición la elección más allá del sentido de la propuesta electoral y, por el contrario, una “división” podría impedírselo. Las mediciones dejan también en claro que no apareció, al menos hasta hoy, otro candidato opositor que Cristina Fernándezcon con posibilidades de vencer al presidente, pese a los intentos del peronismo federal de desarrollar otras candidaturas (Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey, Miguel Ángel Pichetto). Por lo tanto, el peronismo anti-K sufrirá fuertes presiones del resto del PJ para sumarse a una construcción con “posibilidades de triunfo” y si bien, los gobernadores adelantarán elecciones para evitar compromisos nacionales que les compliquen sus frentes locales, la lógica de poder obliga a la alianza Cambiemos a jugar todas sus fichas para debilitar cualquier opción unitaria del PJ, lo que llevará a fuertes disputas territoriales si no hay compromisos explícitos de no acompañar la “unidad peronista” (Juan Schiaretti, Gustavo Bordet, Domingo Peppo, etc.). También, el oficialismo nacional deberá evitar fugas “por derecha” (Olmedo u alternativas similares) y por “centro-progresista” (la UCR).
Por estos motivos, tanto para CFK como para Macri ganará relevancia el compañero de fórmula, esto es el vicepresidente, una figura muchas veces decorativa. Sucede que ahora, dada la necesidad de ampliar la propuesta de sentido y representación, condicionada por los perfiles y limitaciones de ambos contendientes, la disputa requerirá de otros actores con capacidad de interpelar a la sociedad.
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