El día que Susana Baca se baje de los escenarios, la encontraran en su casa cocinando y cantando. Seguramente prepare una causa rellena, típico del Perú y al que declara como su plato especial, y entone alguna canción del repertorio afroperuano, del que es su principal representante. Es sencilla y amable, como define a la gente de su pueblo: Chorrillos. “Antes eran así, imagínate había calles donde los pescadores tendían sus redes de una vereda a otra, no pasaban carros nunca”, le cuenta a ENREDACCIÓN.
Nació al lado del mar y desde chica recuerda tener la música muy presente: “Desde muy niña tuve esa cosa de abandonar el juego donde estuviera, escuchaba que sonaban las guitarras y entonces corría y dejaba de jugar, me iba volando”.
Las discriminaciones sufridas por ser negra las volcó a su pasión, y recorrió el mundo llevando las expresiones de su tierra. Así se convirtió en la primera peruana en llevar un Grammy a su país. Tiene 73 años y mucha energía. Por eso, luego de una gira por Estados Unidos, países de Europa y Perú,el próximo 13 de septiembre se presentará en Córdoba con su concierto De los Amores.
¿Cómo describís el sentimiento que te genera la música?
Es una conexión muy fuerte, algo que de pronto, es como una parte esencial. Canto para los otros, pero para mí también. Voy por ahí cantando y escuchando.
¿Cómo podrías resumir tu aporte a la música afroperuana?
Creo que la he sacado a relucir. Ya lo habían hecho otros artistas, como Nicomedes Santa Cruz, su hermana Victoria y Chabuca Granda. Ella interpretó y compuso canciones basadas en la música afroperuana, pero ella no le llamaba así, decía “por landó” o “por marinera”, porque sentía que no tenía la autoridad para llamar a su composición marinera, era muy respetuosa. Yo la he llevado por todo el mundo, hasta en Oceanía he estado cantando. Me faltan la India, China y Japón.
¿Qué describe a la música afroperuana?
La poliritmia, tiene muchos ritmos en una sola pieza. Los veo en la guitarra: los dedos de la mano izquierda hacen una cosa y los de la derecha otra, es una cosa extrañísima, rarísima. Pero los músicos de raíz lo hacen perfectamente. Creo que hay muchos jóvenes músicos argentinos que les ha dado curiosidad, me los encuentro por Lima trabajando, buscando, aprendiendo a tocar los cajones, por ejemplo. ¡Me encanta la idea!
¿Ya está asumida su existencia?
Creo que para la gente es imposible negarla, está en lo cotidiano, la ponen en la radio, en la TV, aunque en la televisión aparece como folclórica o exótica. Hay más interés.
¿Ser representante de esta música es placer o responsabilidad?
Las dos cosas, es un placer poder expresarme en mi raíz y eso entregarlo. Lo mismo es una responsabilidad, porque tienes un público al que le comunicas esas cosas. Una responsabilidad, como lo sientes y como se cante.
¿Por qué cantas descalzas?
¡Ay! Creo que es por sentir la libertad. Necesito sentirme muy libre para poder cantar. Necesito sentir la conexión con la tierra. Cuando estoy con zapatos me fastidian. No puedo, necesito los pies en el suelo, y poder llevar el compás con los dedos.
¿De dónde sacas esa vitalidad en el escenario?
Creo que es la emoción de estar en el concierto que me llena de vida, y la música me llena de vida también, cantarle a la gente. También, creo que soy una persona activa en general. Disfruto mucho el ambiente limpio, vivo en el campo, disfruto mucho de eso. Las ciudades son muy contaminadas y no tienen una respiración saludable.
¿Pensás en el retiro?
Si claro, hay que pensar en eso. Jimmy Scott, cantante de blues, me hablaba de eso, decía que el retiro tiene que ser en algún momento, pero todavía no, quiero un poquito más, disfrutarlo. Lo pienso, ya cuando no pueda subirme a un avión, vendrán a casa a oírme.
LAS RECETAS DE SUSANA
“Me gusta hacer causa rellena que es como un puré de papa sin echarle leche. Una papa densa, limón, aceite yají especial verde, así se llamaba antes cuando cocinaba mamá, ahora le dicen ají amarillo. Entonces la papa queda media naranjita y a eso le pones palta o huevo, la rellenas con algo, también langostinos o uñas de cangrejo, pulpo al olivo. También me gusta hacer carapulcra que es una comida negra, papa pelada cristalizada, viene en granitos, se cocina y hasta le pones chocolate ¡Me encanta! He encontrado estos sabores en Marruecos” cuenta, acompañada de una risita después de cada frase.
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