El gobernador Schiaretti ayer, inaugurando una obra de gas en La Tosquita. Foto: Prensa Gobierno de Córdoba.
Juan Schiaretti está convencido que el año que viene puede ganar su reelección inaugurando obras. Se levanta cada mañana pensando en los detalles que las mejoren y en apurar su ritmo. Funcionarios e ingenieros reciben llamadas telefónicas a las 7 de la mañana o a las 9 de la noche. Sobre el rumbo económico y político del gobierno nacional, en términos generales, considera que las reformas neoliberales que intenta implementar son adecuadas, pero no está dispuesto a pagar los costos políticos que conllevan. Imagina que las posibilidades propias y las del peronismo en 2019 dependen de no quedar demasiado mixturados con la gestión del presidente Mauricio Macri y los enojos del “humor social” por el ajuste y la recesión. La fórmula pública es: “buenos deseos”, “nadie nos consultó”, “garantizar gobernabilidad” y presentar “un peronismo federal y republicano”. En la provincia, las fuentes del PJ consultadas por este medio, coinciden en que Schiaretti deberá enfrentarse con Ramón Mestre. Lo que pasó desde que Diego Hack anunció que pedía licencia hasta ayer, cambió toda la planificación previa.
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El caso Rapoza disparó una crisis política inesperada en el gobierno, que lo dejó pegado a vínculos con el narcotráfico. Lo mismo, la denuncia por el faltante de 1500 armas en la Policía. Un hombre con acceso al área de seguridad de la Provincia sube las escaleras rumbo a las mesas del bar y pide un cortado en jarrito. Le asegura a ENREDACCIÓN que “quedamos en medio de una interna policial. Algunos muchachos creen que ya llega Cambiemos y se sacan chispas entre ellos para posicionarse ante el nuevo escenario que imaginan. Y en paralelo, nos pasan factura a nosotros. Hay gente que piensa que los dejamos solos y ahora ven la oportunidad de cobrárselas”.
¿Y quiénes son?
Sacá cuentas… Hay muchos “heridos” en estos años. Esto es una operación, pero tienen con qué, en un amague se llevaron puesto a un secretario…
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Lilita Carrió se despide de Córdoba. Escribió un tuit que dice: “Chau Córdoba. Gracias por el amor”.
De Rapoza a Lilita es un camino extraño. Apenas terminó el fin de semana largo, Carrió salió de La Cumre donde descansaba y le reclamó a Schiaretti aprobar el presupuesto 2019 si es que quería nuevas obras. La mujer del gobernador, la diputada nacional Alejandra Vigo, le respondió acusándola de tener vínculos con la dictadura y de “extorsionar” a Córdoba. Aquí nadie esperaba una jugada así de Lilita, y menos del gobierno, porque hay canales de diálogo abiertos para analizar cómo darle cobertura al ajuste que reclama el FMI en el gasto público.
Pero en el círculo rojo de Mauricio Macri no opinan lo mismo. Dicen que el peronismo dialoguista -neoliberal o clásico- se paró en el medio para “negociar” en mejores condiciones, pero la reforma previsional y la fracasada -hasta ahora- reforma laboral demuestran que no son confiables. Que puertas adentro dicen una cosa, y puertas afuera otra. Fue Lilita la que golpeó porque ninguno de los ministros tiene suficiente espalda política para dispararle al peronismo.
En el círculo rojo de Mauricio Macri dicen que el peronismo dialoguista -neoliberal o clásico- se paró en el medio para “negociar” en mejores condiciones, pero la reforma previsional y la fracasada -hasta ahora- reforma laboral demuestran que no son confiables.
Con la diputada de la Coalición Cívica apuntan a que el PJ afín a la línea económica del gobierno asuma compromisos mayores en política y a que no exija todo lo que exige. El presidente, sobre todo, no quiere entregar la Ciudad de Buenos Aires y la provincia a una anemia financiera tal que comprometa las posibilidades electorales el año que viene. Concretamente, no creen en la viabilidad de los traspasos que propone Schiaretti, de AySa, Edenor, Edesur y los subsidios al transporte. Negociar tienen que negociar, pero prefieren que el PJ llegue sin demasiado oxígeno a ese momento. La legisladora nacida en la provincia de Chaco ya pasó el mensaje de máxima: si no aprueban el presupuesto, gobernamos con el presupuesto viejo. Traducido, las provincias tendrán que conformarse con la coparticipación y alguna “propina”.
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El intendente de Córdoba, Ramón Mestre.
La reacción de ayer, frente al “Córdoba sin narcotráfico” tiene pocos antecedentes en el PJ. Es el resultado de la presión opositora y de la convicción de estar en medio de una operación política motorizada por el intendente de Córdoba, Ramón Mestre, con apoyo del jefe de Gabinete Marcos Peña y la mano oculta del presidente.
Les dedicaron cuatro párrafos de un comunicado sin desperdicio (las negritas son de este medio):
“Córdoba debe soportar además de un gobierno incapaz, una administración sospechada permanentemente de corrupción, de negociados, que sus propios aliados actuales en la Alianza Cambiemos, supieron señalar y denunciar, (como) la socialista LAURA SESMA, ABELARDO LOSANO del PRO y EL FRENTE CÍVICO”.
“Cloacas eternamente derramadas por los barrios contaminando el río, calles oscuras y dinamitadas, un transporte sospechado sin respuestas y el más caro del país, barrios inundados y abandonados, una ciudad sucia con una licitación de recolección de basura manoseada y un municipio ausente, son algunas de las demostraciones que este gobierno que ejerce un sector del radicalismo no supo, no quiso o no le interesó honrar a sus antecesores en el cargo, ni estar a la altura de las expectativas de los cordobeses”.
Cloacas eternamente derramadas por los barrios contaminando el río, calles oscuras y dinamitadas, un transporte sospechado sin respuestas y el más caro del país, barrios inundados y abandonados, una ciudad sucia con una licitación de recolección de basura manoseada y un municipio ausente” (Comunicado del PJ).
“Frente a la responsabilidad de ordenar la noche cordobesa, la única respuesta son videos y denuncias que señalan a sus funcionarios directos de esa responsabilidad, como el ex director de Espectáculos Públicos GUSTAVO FERRERO o el actual Secretario de Control, Fiscalización y Convivencia Ciudadana JOSE MARIA OLMOS, cual muestra el verdadero interés de un gobierno que trata de buscar responsabilidades donde no están”.
“A la UCR de la Capital, a este sector interno que tiene la administración municipal de la ciudad, le reclamamos seriedad y responsabilidad -ya que no se les puede pedir eficiencia- en un momento donde las noticias que vienen desde su gobierno nacional son inquietantes, llenas de incertidumbre, y con serios problemas para las familias trabajadoras y vulnerables”.
Dicho de otro modo, acusan al gobierno municipal de sospechas de corrupción y “negociados”; con la basura apuntan contra Nicolás Caputo, el amigo del presidente; disparan contra las áreas de control de la Municipalidad en el caso Rapoza; y por último le tiran al gobierno nacional, a quien responsabilizan del ajuste en marcha.
Los que se vieron, son apenas tres episodios de una historia en la que no faltarán denuncias y acusaciones cruzadas. El destino del apoyo al acuerdo con el FMI y la elección provincial del año que viene se están jugando en escenarios fuera de control.
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