En junio, Oscar “Sapito” Gómez recibió 4 años y 10 meses de prisión efectiva por haber participado de la picada que terminó causando la muerte de dos adolescentes, en barrio Ampliación Ferreyra. La sentencia de la Cámara 7 del Crimen sentó un precedente en la historia penal de Córdoba: “Sapito” y Jorge “Nina” Navarro fueron los primeros condenados a prisión efectiva por “conducción peligrosa” en la capital.
Hoy, la Cámara 9 del Crimen tendrá que definir si aplica el mismo criterio para los dos jóvenes que en mayo de 2010 protagonizaron una persecución automovilística a la salida de un boliche en la zona norte, y provocaron la muerte de Vanesa Damoli, de 19 años. A partir del mediodía, los dos imputados tendrán la posibilidad de brindar su última palabra: se trata de Ramiro Faya, empresario, dueño de un local nocturno en la zona del Estadio mario Kempes, y Nicolás Ramiro Bruna, imputados de homicidio culposo agravado en concurso ideal con lesiones culposas agravadas. En Tribunales, quienes están atentos a los juicios se preguntan si la justicia castigará con cárcel también a “los nenes bien”, en referencia a la posición social de los acusados.
En lunes, tanto el fiscal de la cámara, Carlos Ferrer, como el abogado querellante, Carlos Nayi, solicitaron penas de cumplimiento efectivo. Ferrer solicitó una pena de cuatro años y medio de prisión para Ramiro Faya y de tres años de prisión para Nicolás Ramiro Bruna. Nayi, coincidió con la acusación de Ferrer, pero pidió penas más elevadas: cuatro años y ocho meses para Faya y cuatro años y seis meses para Bruna. Los defensores solicitaron la absolución. Rubén Di Fiore lo hizo por Bruna y José Buteler alegó por Faya.
Para Nayi, “ambos merecen la cárcel”. “Estamos hablando de culpa deliberada, un instituto que debe instalarse en la mentalidad y en la forma de calificar algunas acciones conductuales en la justicia del crimen de Córdoba”, agregó.
UN ACCIDENTE QUE NO FUE TAN ACCIDENTE
Ambos acusados eran estudiantes de Arquitectura. De acuerdo con la causa, la tensión entre ambos comenzó a la salida del boliche Infierno, en la zona cercana al Estadio Mario Alberto kempes. Bruna se retiró un Renault Clio de color negro. En el auto tambien iba Vanesa, que estudiaba Ciencias Económicas, y otras dos personas.
Detrás suyo arrancó Faya, a bordo de un Peugeot 307. Los testigos afirman que comenzó a perseguirlo “de manera imprudente y antirreglamentaria”, según la elevación a juicio. De la reconstrucción surge que los autos alcanzaron velocidades superiores a los 120 kilómetros por hora. Por momentos, el auto de Faya cerraba al de Bruna.
Ambos imputados, “en veloz carrera y luego de trasponer el puente Gavier, habrían accedido a calle Dionisio Papín de barrio Argüello en sentido sur-norte”.
En esa oportunidad, Bruna de manera imprudente habría efectuado “una brusca maniobra hacia su derecha, perdiendo el dominio del rodado”. En la carpeta asfáltica quedó una frenada de 63 metros. Luego el vehículo salió de la calle y entró al jardín delantero de una casa, dio varios tumbos, derribó un árbol, una pirca de ladrillo y finalmente quedó apoyado sobre su techo.
Damoli iba en el asiento trasero del lado del conducto. “Como consecuencia de la conducta de Bruna con la intervención igualmente inadecuada del imputado Faya”,sostiene el expediente, la chica de tan solo 19 años perdió la vida. La causa eficiente de muerte de la mujer fue “traumatismo craneoencefálico”, mientras que otras personas que iban en el vehículo de Bruna resultaron lesionadas.
Las pericias toxicológicas determinaron que Bruna estaba alcoholizado. Luego del accidente Faya se dio a la fuga. En el juicio, este último se negó a declarar. Bruna optó por culpar a Faya. Hoy escucharán el veredicto.
waldo.cebrero@enredacción.com.ar
Cómo comunicarse:
Redacción: [email protected]
Lectores: [email protected]
Equipo de Investigación: [email protected]