(Por Pablo Tissera *) Este primero de Mayo se cumplen 136 años del Día de las y los trabajadores, llamado así en homenaje a un grupo de trabajadores anarquistas conocidos como los mártires de Chicago, ejecutados en esta ciudad de EE.UU. en el año 1886 por reclamar la reducción de la jornada laboral de 16 a 8 horas en pleno auge del capitalismo industrial.
Con el devenir de las diferentes fases del sistema capitalista el problema de la desigualdad social contra la que lucharon aquellos mártires no ha sido resuelta. Hoy predomina la fase neoliberal financiera, que teniendo presente todos los avances tecnológicos mejoradores de las condiciones de producción y distribución de bienes y servicios para la humanidad, se caracteriza por ser un modelo de acumulación antiproductivo y excluyente social, en otras palabras, no ha logrado el bienestar de todas y todos.
El desempleo, la precarización laboral, la exclusión social, nos demuestra que el vínculo del capital con el mundo del trabajo continúa siendo más injusto que hace 136 años.
CONCENTRACIÓN DE LA RIQUEZA Y SOCIALIZACIÓN DE LA POBREZA
Son varios los estudios que demuestran la enorme brecha social en el mundo. Tomando a Zigmunt Bauman en su libro La Riqueza de unos pocos, él nos dice que iniciando el Siglo XXI observábamos que el 1% más rico poseía el 40% de los activos globales y el 10% más rico poseía el 85% del total de la riqueza mundial. La mitad más pobre de la población mundial poseía por su parte el 1% de la riqueza global. Si nos remontamos a la Era de la Ilustración el nivel de vida en cualquier lugar del planeta nunca llegaba a duplicar al de la región más pobre. Hoy, el país más rico, Qatar, tiene una renta per cápita 428 veces más alta que el país más pobre. En EEUU el 10% más rico representa hoy 14 veces la renta del 10% más pobre, mientras que en nuestro país representó 21 veces en 2019, y se pudo reducir a 17 veces en la actualidad.
EL ROL DE LA POLÍTICA EN LA ECONOMÍA Y EL IMPACTO EN LOS SALARIOS
El neoliberalismo reivindica las políticas Ofertistas, aquellas que reducen los costos empresariales para que sus ganancias crezcan, y con ello la inversión, la producción y la generación de trabajo. Aquí hablamos de crecimiento impulsado por las ganancias, lo que lleva a una redistribución regresiva de los ingresos, con un Mercado desregulado y un Estado desfinanciado. En esta lógica los salarios pierden participación porque vemos que la teoría liberal del derrame (todos ganan) no aplica a la realidad, lejos de distribuir ganancias en las y los trabajadores se concentran en pocas manos.
Pero la distribución del ingreso no es endógena a un proceso económico como dice Guillermo Wierzba en su nota reciente en el medio Cohete a la Luna, es decir que no depende del crecimiento, sino que se dirime en la política con un Estado regulador del mercado, activo y presente.
Por tal motivo, si promovemos una política Demandista, como intenta llevar adelante el actual gobierno nacional, bajo un modelo de desarrollo impulsado por los salarios y otros ingresos implementados desde el Estado la producción estará dirigida a un mercado mucho mayor de ingresos medios.
Se trata de apoyarse en el crecimiento para agrandar la torta pero distribuida de modo regresivo o bien de hacerlo en la igualdad para promover el desarrollo económico.
DEBEMOS CAMINAR A SUPERAR EL FIFTY FIFTY
Los salarios en Argentina desde el año 2015 llevan más de 20 puntos perdidos frente al capital producto de las políticas neoliberales luego profundizadas por la pandemia. El fifty fifty que pedía Perón en la década del 50 del siglo pasado, pero caídos durante la última dictadura cívico-militar y el menemismo, y recuperados en el periodo kirchnerista, hoy representa una meta a lograr y superar en favor de las y los trabajadores.
Es imprescindible levantar las banderas de la igualdad y la justicia social de aquellos mártires, organizarnos, unirnos y dar la batalla cultural ocupando las calles contra el incesante embate de la derecha, esa que se sintetiza en la suma de los poderes económico, político, judicial y mass mediático, esa que fomenta las políticas ofertistas, esa que naturaliza la desigualdad social, esa que endiosa el mercado y la libertad individual, esa que tiembla cuando la ciudadanía se moviliza en defensa de los derechos conquistados.
Este Primero de Mayo les invitamos a homenajear a aquellos trabajadores, a levantar sus banderas, a luchar por nuestros derechos conquistados y a construir una sociedad libre, igualitaria y solidaria
* Pablo Tissera es dirigente cooperativista y secretario General del Psol Córdoba.
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