El único análisis considerado científico por el mundo académico es el sistémico. Termino que viene de las ciencias duras y significa que nada puede ser analizado fuera de su contexto. No hay explicaciones monocausales de nada. El “problema argentino” no es solo económico, monetario o fiscal. Esta generado por un sistema de construcción de poder impregnado de corrupción, con impunidad judicial garantizada y con un fuerte aval social. Este sistema de Poder no es solo político. Es también económico, sindical y cultural.
En realidad, la casta política es el accionista minoritario de este sistema de acumulación de poder. Sobreprecios, sobrecostos, sobornos y enriquecimiento ilícito público y privado. Estos son los eslabones que marcan la acumulación del poder político, económico, sindical y cultural en la Argentina. Y es un sistema que funciona sin ningún riesgo penal. Un juicio por corrupción en la Argentina dura 14 años y tiene solo un 5% de índice de condena. Y los bienes robados al Estado nunca aparecen. Esta es la causa principal del déficit fiscal que el presidente Milei busca corregir y eliminar: La corrupción del poder.
Somos el país de menor crecimiento del PBI per cápita en el continente en los últimos 30 años. El de mayor inflación acumulada. Y uno de los 3 países con mayores índices de corrupción en América.
La inflación y el déficit son la fiebre, pero no la enfermedad. La política de Milei de equilibrar las cuentas fiscales es correcta, pero no suficiente. Porque la inflación no es otra cosa que la pérdida de confianza del ciudadano en su moneda. Y esa confianza no se recupera si al mismo tiempo no se logra recuperar confianza social en la Justicia y en la Ley.
El 82% de los argentinos declara tener escasa, baja o nula confianza en la Justicia. Y este es el huevo de la serpiente. Ver informe de la Comisión de expertos del Colegio de Abogados de Córdoba de octubre de 2018.
El costo de la Corrupción nunca fue medido en términos económicos en la Argentina. Se estiman en un 30% los sobrecostos que paga el Estado por todas las obras y servicios en los que interviene. Que equivalen a un 14% del PBI. Y la casta política no está sola. “Los que mandan” en la Argentina de hoy han construido su poder en base a ese sistema impregnado de Corrupción.
Esta es la dimensión real del “problema argentino”. No alcanza con el equilibrio fiscal. Paolo Mauro, economista y ex directivo del Bando Mundial, elabora un modelo matemático que demuestra la conexidad objetiva entre índices de corrupción y crecimiento del PBI per cápita. A mayor corrupción, menor crecimiento del PBI per cápita. Argentina es un ejemplo de lo que expresa este modelo matemático de Paolo Mauro.
Por otra parte, en este análisis sistémico debe incluirse que la tendencia del voto popular argentino está marcada por la dialéctica Orden-Caos. El argentino huye del caos y busca el orden.
Raúl Alfonsín representó el orden frente al caos sangriento del genocidio. Carlos Menem representó el orden frente al caos de la hiperinflación de 1989. Néstor Kirchner representó el orden frente al caos del Default de deuda soberana del 2001, el más grande del Siglo XX. Y ahora, Milei representa el orden frente al caos que nos dejaron Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
El mismo apoyo popular que tiene Milei hoy, lo tuvieron Alfonsín, Menem y Néstor Kirchner en su momento. Y todos fracasaron. Por error en el diagnóstico del “problema argentino” y falta de valentía en la aplicación de medidas de cambio.
¿Qué es lo que falta por hacer para concretar un cambio real de modelo de país?
Terminar con la impunidad de los delitos del poder. Porque esa impunidad tiene efectos económicos, políticos y culturales. Por lo pronto, la corrupción impacta en el crecimiento del PBI per cápita de manera directa. Los países de la OCDE han creado un Grupo de Trabajo de Lucha Contra la Corrupción para combatir el impacto económico comprobado de la corrupción en el crecimiento económico.
En segundo lugar, porque la impunidad de la corrupción impide recuperar confianza social en la Justicia. El ciudadano no va a recuperar confianza en la Ley mientras advierta que la Justicia no castiga a los que tiene poder.
Las medidas que son imprescindibles de tomar, son las siguientes:
1) Reforma del Código Penal en el Capítulo de delitos contra la Administración Pública. Porque se debe aclarar que los delitos de corrupción no tienen tipicidad penal en la Argentina. Estos delitos que están en el Título XI del Libro Segundo del Código Penal deben incluir agravantes punitivos conforme los niveles de responsabilidad de los funcionarios y el daño causado al Estado. No se trata de aumentos masivos de pena que no sirven para nada. En la Argentina de hoy los delitos de la Corrupción solo tienen castigos de Multa o prisiones menores de 3 años.
2) Reformulación de la figura del funcionario público. No solo debe ser el nombrado por el Estado, sino el que está al servicio del Estado. Los concesionarios de obras y servicios públicos deben ser considerados funcionarios públicos a los fines de su responsabilidad penal y civil.
3) Decomiso anticipado de los bienes habidos por la corrupción.
4) El procesamiento firme de un funcionario por actos de corrupción o de lavado, es suficiente para suspenderlo en el ejercicio de sus funciones.
5) Ampliación del art. 268 del Código Procesal Penal de la Nación. A modo tal de incluir en su texto al enriquecimiento ilícito privado.
6) Responsabilidad civil de las personas jurídicas por actos de corrupción o delitos transnacionales de sus directivos.
7) Imprescriptibilidad de las acciones penales y civiles emergentes de la corrupción y del lavado (art. 36 quinto párrafo CN).
8) Reforma del Consejo de la Magistratura Federal. Agilidad e imparcialidad en sus decisiones. Aplicación en todos los casos sometidos al Consejo de la Regla establecida en el art. 4 del Estatuto de la Corte Interamericana. Alta autoridad moral de los jueces.
Todas estas propuestas están contenidas en un Proyecto de ley con estado parlamentario hasta el 2017 con Dictamen unánime de las comisiones de legislación penal y de justicia, de la HCDN. (Astrea. 2019. La Corrupción como modelo de poder).
Son propuestas que hacen al fondo del “problema argentino” y que el presidente Milei debería proponerlas ya al Congreso como fundamentos éticos y constitucionales de su política de equilibrio fiscal.
Juan Carlos Vega. UC Córdoba. UC Lovaina. Colaboró: Franco Grifarré.
—
SUSCRIBITE A DOSSIER360.
HACETE SOCIO DE ENREDACCIÓN.
RECIBÍ EL NEWSLETTER DE ENREDACCIÓN EN TU E-MAIL.
CONTACTO CON LA REDACCIÓN DE ENREDACCIÓN.