Hernán Casciari se anima a las “tragedias” en la capital del humor. Foto Gentileza
Seis pastillas todas las mañanas y tener la certeza de que las actividades programadas durante el día le serán placenteras, así lleva Hernán Casciari esta nueva vida luego de sufrir un infarto en 2015. Por suerte no fue una tragedia, esa palabra recién llegaría un par de años después cuando conociera al cantautor y músico Diego “Zambayonni” Perdomo. Por ese ataque de corazón no pudo regresar a España, donde vivía y el país nació su hija mayor Nina. Se instaló en Argentina, donde luego llegaría Pipa, la segunda del clan. Sin embargo, el cambio más rotundo fue dejar de fumar: dice que con los cigarrillos se le fue la escritura.
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Periodista y escritor, confiesa que sigue sin poder sentarse frente a las teclas. Se rehúsa a cualquier método que no sean sus propios dedos tipeando las ideas que le brotan a diario. “Sin duda el año que viene empiezo de vuelta, dos años es suficiente”, le cuenta a ENREDACCIÓN. Tiene creatividad y tiene práctica, por eso quedarse quieto no estuvo nunca en los planes para este lapsus, y sin querer queriendo se subió a un escenario y le encontró el gusto. Con algo de eso, el próximo 14 de octubre visita Córdoba para presentar Tragedias, junto a Zambayonni. Ver agenda. Los dos de traje, uno cuenta y el otro canta, historias que terminan mal. También, hace una obra llamada Comedias con Fabiana Cantilo, y Obra en Construcción, para la cual convocó a sus parientes, incluida su madre, a representar los cuentos de su autoría en donde son protagonistas. “Todo es fruto del antojo y del juego. No me gustaría que no me gustara lo que tengo que hacer a la tarde”.
¿Por qué hablar de “tragedias”?
Se nos ocurrió. Me había comprado un traje para un casamiento y quería amortizarlo. Le pregunté a Zambayonni si él tenía uno, y me dijo que sí, de un fan que murió. Yo también tengo un fan que se murió le dije… y así empezamos a hablar de trajes y tragedias, y se nos ocurrió contar cuentos y canciones trágicas de traje, nada más que por eso.
¿Vende más que el humor?
No sé, porque no lo hacemos para vender, lo hacemos porque nos gusta.
¿Por qué hacer la contraparte cómica con Fabiana Cantilo?
Fui a su casa, no la conocía. Me cayó muy bien, según ella yo también, y se nos ocurrió hacer algo. Ya estaba haciendo tragedias y pensé en hacer comedias, más por simetría que por otra cosa.
En el día a día ¿sos más de la risa o la tragedia?
Soy más taciturno, ni una ni lo otro.
¿Qué relación tenés con la música?
Básica. No soy melómano, me gusta la música en castellano, no en inglés porque no la entiendo, y tampoco instrumental, porque me gustan las letras. Soy torpe.
¿Qué gusto le encontraste al escenario?
Me divierte mucho. Porque hay algo nuevo aparte de la escritura que tiene que ver con la gestualidad, con el matiz de la voz, con la posición del cuerpo, lo voy aprendiendo de a poquito y me divierte.
¿Seguís sin poder escribir? ¿Por qué la escritura tan atada al tabaco?
Sí, sigo sin poder escribir. Y porque empecé al mismo tiempo y en el cerebro se me mezclo todo y ahora no sé desenredar.
¿Te importa el éxito o tenés otro modo de medir los resultados de tus creaciones?
Lo mido desde “el divertir”, y obvio, me tiene que dar de comer a mí y a mí hija, y tengo que tener para cosas que tienen que ver con la guita. Pero mido todo desde si me divierto o no me divierto.
Hombre de palabras
Casciari es el autor de Más respeto que soy tu madre, novela que fue adaptada al teatro por Antonio Gasalla y batió records de espectadores. Además, tiene libros de cuentos como España decí alpiste y Messi es un perro. También fundó la Editorial Orsai, sello de las revista Orsai y Bonsai –para chicos-, de las que fue director. Orsai es otra de sus propuestas donde se divierte con amigos y que este año ya tuvo una publicación y va por la segunda: La preventa es hasta el 1 de noviembre.
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