“¿Por la lealtad es necesario que tengas que humillar la memoria de nuestros muertos? Pareciera que aquí no hubiera pasado nada, que no hubieran fallecido 120 mil compatriotas en un país considerado entre las 10 peores que gestionaron la Pandemia. Qué necesidad de infringir dolor, lastimar, por la sencilla razón de que no se piensa igual. Acaso el General Perón los va a premiar por llevarse puesto el dolor de todos. Los va a reconocer por destruir la foto de Solange, cuya muerte nos avergüenza a todos”. La afirmación pertenece al candidato a senador de Juntos por el Cambio, Luis Juez. Las declaraciones las realizó durante su recorrida por distintos localidades del departamento de Calamuchita, acompañado por la candidata a senadora Carmen Álvarez Rivero y el candidato a diputado nacional, Héctor Baldassi.
En Embalse apuntó que “como nos cuentan nuestros vecinos residentes aquí, está lejos de brillar como sucedía en otro tiempo. Falta agua, no tiene un buen sistema de cloacas ni tampoco una buena salud pública. Son los problemas que hace décadas venimos planteando, pero dos décadas de peronismo en el gobierno de Córdoba, y años en los que el padre y el hijo se repartieron el gobierno local, parece que no han alcanzado para construir lo básico”.
Agregó que “los pueblos muchas veces son tomados como botín de guerra antes que la posibilidad de solucionar los problemas de la gente. Espero que todos hayamos comprendido lo que significa vender humo para que un grupo de políticos se enriquezca”.
En Villa General Belgrano, el periodismo consultó a Juez sobre el llamamiento del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa -sea cual fuere el resultado de las elecciones del 14 de noviembre- a discutir con la oposición una agenda de 10 puntos. En primer lugar, Juez se muestra escéptico: “Massa ha hecho de la especulación política una bandera y mientras el convoca, un miembro del gabinete, el secretario de Comercio, presiona a los industriales y comercios para que pongan los precios en el nivel que él dice o les aplica la ley de abastecimiento. Entonces no se puede admitir que nos llamen a conversar con el garrote en las manos”.
Por último expresó que “no importa que nos convoque un dirigente que piense distinto, pero tiene que ser una convocatoria honorable, dejarnos en claro que los problemas y cuestiones que se plantean discutir, sean realmente lo que integran la agenda. No vamos a permitir que nos vengan con una agenda mentirosa y sacar lo que ellos se les ocurra o les convenga. No obstante, debo decir también que deberemos esperar para concurrir a ese diálogo si formalmente se establece luego de las elecciones. Y si tenemos que ir, debemos hacerlo con el respaldo de una mayoría que se pronuncie en las urnas”.
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