La Cámara Cuarta del Crimen comenzará a receptar hoy los alegatos el juicio por la muerte de Enrique Diez y Agustín Balbo, de 14 y 15 años, atropellados en el marco de una supuesta picada callejera en barrio Ampliación Ferreyra, el 25 de noviembre de 2012. En la tercera audiencia del juicio por “homicidio culposo” que se le sigue a Javier Navarro y Oscar “Sapito” Gómez declararon seis testigos, de los cuales cuatro dijeron que los imputados corrían una “picada” por las calles del barrio, la noche del accidente. Según la acusación, Navarro, a bordo de un Golf Rojo, atropelló desde atrás la moto en la que se trasladaban las víctimas, mientras que Gómez escapó de la escena y estacionó su Gol verde a pocas cuadras, en la casa de un familiar.
Hoy, a partir de las 13.30, declarará un experto en accidentología, quien a pedido del fiscal Marcelo Hidalgo presenció todos los testimonios para “poder completar la pericia”. Luego comenzarán a alegar las partes: el fiscal, los querellantes y los dos abogados defensores, entre ellos Carlos Hairabedian, quien representa a Gómez. En base a la instrucción y a las pruebas que se sumaron en el debate, es muy probable que el fiscal solicite una calificación legal más gravosa.
El juicio tiene un condimento especial. Mientras Navarro espera la sentencia en libertad, “Sapito” llega a la sala de audiencias esposado y desde la cárcel de Bouwer, donde está detenido por instigar el crimen de Emanuel Balbo, hermano de Agustín, quien cayó tras ser linchado de la tribuna del Estadio Kempes dónde se jugaba un clásico Talleres-Belgrano, en abril. La picada, que derivó en la muerte de Agustín, fue el primer acto del crimen de Emanuel. Según los testigos, Emanuel comenzó a ser golpeado en la tribuna Willington luego de cruzarse con “Sapito” y que este lo señalará como “infiltrado” de Talleres. La bronca entre las familias se trasladó a tribunales, donde la semana pasada se tomaron a golpes a la salida de la primera audiencia.
Ayer, una mujer que fue convocada por la defensa, declaró que llegó al lugar del choque cuando ya había varios vecinos en el lugar. “Yo no vi lo que pasó, pero la gente ahí decía que había sido un picada”, dijo. Luego contó que recibió presiones por Facebook en ambos sentidos: “para que dijera que había sido una picada y para que me callara”, dijo y contó: “Les voy a contar una cosa. Un día, en la carnicería me encontré con una persona que me dijo: ‘vos no me conocés, pero sé que sos testigo en la causa por la muerte de mi hermano. Quedate tranquila, no le hagas caso a nadie, andá y declará la verdad, lo que sabés´”, reprodujo la mujer. Luego dijo: “Esa persona era Emanuel Balbo. Cuando lo vi en las imágenes caer de la tribuna, me puse triste. Y acá estoy, contando la verdad”.
PICADA
El clima de las audiencias estuvo marcado por una disputa entre el fiscal Hidalgo y el abogado defensor de Gómez, Carlos Hairabedian, que montó varios intentos de “embarrar la cancha”. Valiéndose de la ausencia de testigos presenciales del hecho, su estrategia es apuntar a que ambos imputados no corrían una picada. Pero la declaración de cuatro vecinos que fueron testigos de los instantes previos del choque, complican su estrategia. “Todos señalaron que hubo una picada, una larga frenada y luego un impacto muy fuerte. Eso pone de relieve que hubo una situación de altísima peligrosidad, una picada que tuvo como resultado la muerte de los chicos”, dijo a ENREDACCIÓN el fiscal Hidalgo.
Uno de los testigos aseguró que escuchó un golpe y luego vio girar un Gol verde. Contó que el auto subió a la vereda, como “huyendo” a gran velocidad y casi lo atropella. “El que lo manejaba es esa persona que está ahí atrás”, dijo, señalando a Gómez. Durante la instrucción, no lo había individualizado.
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