El pibe nació en Calchín con una virtud fantástica: Ser una persona solidaria. Después nació el jugador de fútbol. Se trata de Julián Álvarez el futbolista que figura entre los mejores cien del mundo.
Fue el goleador del torneo Primera División y fue elogiado por propios y extraños. Lo convocaron a la selección nacional, pero, por ahora, tuvo pocas chances de demostrar su poderío. Logró que sus amigos en Calchín colocaran afiches en la entrada de la ciudad. Y se sintió orgulloso de ver las fotos que le enviaron los amigos por WhatsApp. Se lo merece Julián, porque es un pibe de 21 años que no se agrandó con los elogios permanentes de Buenos Aires y porque tampoco lo mareó la fama que ha sabido conseguir en River.
Detrás del mejor jugador de Argentina hay una historia. A los 11 años viajó a España y se probó en el Real Madrid. Julián confesó que era la primera vez que había subido a un avión. También contó que extrañaba a la familia. A Europa lo llevo Piero Foglia, un empresario que siempre está mirando “los talentos” que nacen en Córdoba.
Pero tengo datos que me producen mucha bronca y que no me dejan salir del asombro. Julián Álvarez se probó en Talleres y en Belgrano y no quedó en ninguno de los dos clubes más grandes de la provincia. ¿Saben por qué? Porque el pibe, con 15 años, les pidió a los dirigentes albiazules y celestes, que lo ayudaran a su hermano que estaba estudiando en Córdoba y que a él le dieran donde dormir y comer. Ojo, los directivos de Instituto también sabían del pibe pero nunca fueron a verlo jugar. Cosas que pasan en este bendito fútbol cordobés. Lamentable.
Al poco tiempo emigró a Buenos Aires, donde antes de llegar a River se probó en Boca. Él quería ser jugador, siempre fue un pibe callado y humilde. En River, de la mano del Muñeco Gallardo, se fue ganando un lugar en el plantel. Después, lo que sigue es más conocido, a base de goles y talento se convirtió en uno de los atacantes con más proyección de nuestro fútbol.
A Julián Álvarez le dicen “Araña” y siempre jugó de delantero en Estrellitas de Calchín. Con “El Rafa” Varas fue creciendo y se fue encaminado. “El Rafa”, como lo conocen es repartidor de pan. La gente del pueblo, lo quiere y lo respeta. Fue el técnico que le mostró cómo le tenía que pegar a la pelota.
Un día, a “El Rafa” se le rompió el coche que le servía para repartir en el pueblo, así que tuvo que salir a pie. Entonces, a los pocos días, el padre de Julián apareció en la puerta de la casa del DT y le mostró una camioneta cero kilómetro. “Te la mandó Julián para que sigas repartiendo pan en el pueblo” le dijo don Álvarez. “El Rafa” cuenta que lloró como un chico y que nadie lo podía parar. La familia y los vecinos aplaudieron ese regalo del “Araña”.
Ese es Julián, el pibe de Calchín, que fue tasado en 40 millones de euros. Ahora, lo quieren, entre otros, el Real Madrid y el Barcelona. Pero se quiere quedar un tiempo más en River y se iría después del mundial de Qatar. Mientras, descansa en Cancún. Que suerte que tenemos los cordobeses de tener un “Messi” jugando en Argentina. También, hay que decirlo, es una lástima que ningún dirigente de Talleres o Belgrano se diera cuenta que Julián Álvarez apuntaba para crack.
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