El presidente Macri y la Mesa Nacional de Cambiemos, ayer en la Casa Rosada. Foto: Presidencia de la Nación.
Hay una máxima del arte de la guerra que enseña a no mostrar toda la fuerza de que se dispone si ella no será suficiente para vencer al enemigo. Ayer, el ala política del gobierno nacional mostró su impericia en ese territorio y dejó en evidencia que es un barco pequeño navegando en un mar con olas de 7 u 8 metros de altura: puede sobrevivir, pero la mayoría de su tripulación va a sufrir fuertes descomposturas. La crisis cambiaria que no vive el mundo, sino Argentina indica que la estrategia del endeudamiento externo y la atracción de capitales golondrinas llegó a su fin frente a la existencia de mejores opciones, sobre todo en Estados Unidos, y ante los elevados riesgos de seguir apostando a la timba local. En ese contexto, si el miércoles los diputados de las fracciones del PJ logran reunir quórum y aprobar el proyecto contra la dolarización de las tarifas, más allá de su efectividad final que será puesta en cero con el veto presidencial, habrán puesto sobre el mostrador una vez más que la derecha y el populismo, en Argentina, tienden a la paridad, con lo que no se produce una hegemonía de ninguno de los bandos. Ese marco político impide un ajuste fiscal como el que reclama el capital financiero internacional en Argentina con el objetivo de regresar a la fiesta. Sin ello, los capitales especulativos, que entran y salen con rapidez luego de haber aprovechado condiciones favorables como las que les ha dado el gobierno (Lebacs con ganancias estratoféricas que pasan a dólares y Chau Argentina; si te he visto, no me acuerdo) no están dispuestos a prestar o traer sus dólares. En definitiva, una receta conocida en los ’90.
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Sólo hubiera tenido algún efecto la demostración de ayer, si en la mesa del oficialismo se hubiera sentado un sector del peronismo. Para el Poder Financiero internacional no alcanza con ganar elecciones si el trabajo no está hecho. Y lo que falta, según esa mirada, es producir un violento ajuste fiscal para garantizar el repago de la deuda tomada y por tomar, ya no la viabilidad de un proyecto económico de largo plazo. Por eso, la foto de la unidad fue la imagen de una unidad pequeña, insuficiente para esa demanda.
Ayer, en la reunión de la Mesa Nacional de Cambiemos, el presidente Mauricio Macri, estuvo acompañado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el secretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis; el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, los gobernadores radicales Gerardo Morales, de Jujuy, y el titular de la UCR y gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo; la vicepresidenta, Gabriel Michetti, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; el titular de la bancada del PRO en la Cámara, Nicolás Massot; el titular del interbloque en el Senado, Luis Naidenoff, y el apoderado nacional del PRO, Humberto Schiavoni, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, el jefe del bloque de diputados oficialistas, Mario Negri (UCR-Córdoba), el diputado José Cano (UCR, Tucumán), la presidenta de la Coalición Cívica, Maricel Etchecoin y el diputado nacional, Juan Manuel López (CC).
Previo a esta reunión, en el Salón de los Científicos se desarrolló un encuentro del gabinete económico con la asistencia del presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger; los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne; de Finanzas, Luis Caputo, y el coordinador de la Jefatura de Gabinete, Mario Quintana, entre otros. No se conocieron definiciones, sólo que se reunieron para analizar la situación.
Cornejo, el gobernador mendocino, dijo a la salida del conclave que “el Congreso no tiene por qué tratar las tarifas. Ratificamos que, como en cualquier lugar del mundo, lo único que se aprueba en materia de tarifas está en el presupuesto, que ya está aprobado, y el Congreso no tiene por qué tratar tarifas”, advirtió.
El gobernador de Mendoza y presidente de la UCR, Alfredo Cornejo.
La mesa nacional de Cambiemos emitió un documento respaldando la política económica que lleva adelante el Gobierno nacional “para superar la crisis que nos dejó el populismo y poner a la Argentina de pie”, y ratificó la decisión de “seguir consolidando” a la coalición como expresión política “para cuidar a los sectores más vulnerables y garantizarles un futuro a todos los argentinos”.
“Los desafíos de la Argentina nos exigen convicción y decisión y ratificamos que nuestro primer compromiso es siempre escuchar a todos y decir la verdad”, dice el escrito de la Mesa Nacional de Cambiemos.
“Estamos convencidos del camino que ha tomado la Argentina bajo el liderazgo de nuestro presidente, estamos haciendo lo que hay que hacer”, agrega el texto y remarca la decisión de seguir trabajando “todos los días para consolidar a Cambiemos y garantizarles un futuro a todos los argentinos”.
Anoche, el gobierno negociaba bajo presión sobre los gobernadores del PJ dialoguista que podrían ayudarlo a restarle número al unificado bloque anti-tarifas. Necesita que al menos 4 de los 132 diputados con que cuentan, no se sienten en sus bancas para quedar en 128, uno menos que el quórum de 129. En las cuentas del oficialismo, de las provincias de Córdoba, Misiones, Salta, Tucumán y Entre Ríos tendría que salir la solución. Hoy por la tarde, en la reunión de bloque de Argentina Federal, se tendrá un panorama preciso de los que siguen adelante y si hay deserciones. La otra duda aparece con los representantes del Movimiento Evita, que han sido tentados para ingresar al gabinete bonaerense de María Eugenia Vidal. Sus cinco diputados son importantes en la suma final. El Frente Renovador y el kirchnerismo estarían completos, lo mismo que el FIT, el socialismo, el PJ de San Luis y Libres del Sur. Las próximas 36 horas serán determinantes en el curso de la crisis política y su efecto sobre el escenario económico.
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