El resultado de la elección de Villa María, donde fue reelecto el peronista Martín Gill, tiene una lectura local, que es el premio a la gestión realizada.
Sin embargo, en política una buena gestión no necesariamente es un pasaporte a un triunfo. Se requiere, además, de volumen político y de construcción de expectativas de “posibilidad” respecto del futuro común y un candidato-partido coherente con esos dos objetivos.
Gill reunió el apoyo del gobernador Juan Schiaretti, el comodín cordobés; y cerró un acuerdo local con Eduardo Accastello, su mentor político, con la ayuda del titular del Ejecutivo provincial, que ubicó al ex intendente de la ciudad como candidato a legislador provincial del departamento. Accastello ganó y quedó dentro del sistema político. Por eso, con esa doble maniobra reunió la masa crítica necesaria para no ser vulnerable y con la victoria, mostró una foto justicialista cordobesa sobre el escenario, sin interferencias nacionales.
Respecto del tercer aspecto, la construcción de “posibilidad” o “esperanza”, al jefe comunal de la tercera ciudad del país, lo acompañó el contexto: el peronismo aparece como el vehículo del cambio en el país, por lo que la sociedad tributa un voto-esperanza hacía los candidatos con esa marca.
En 2015, Gill sucedió a Accastello, liderando la boleta kirchnerista, y sumando 23934 voto, el 48,60%. En números, unos 1500 sufragios menos que ahora. En porcentaje, 6 puntos porcentuales menos. Unión por Córdoba (UpC), que presentó candidatos propios en aquella oportunidad, había reunido 2.154 votos, un 4,37%. La suma del apoyo a Gill y a UpC da como resultado, 52,97%, un 1,71% menos que en 2019. Por lo tanto, la unidad y el contexto, fortalecieron al intendente de Villa María.
Por su parte, Juan Zazzetti (PRO y sus aliados) logró en 2015, 19.536 sufragios (39,67%) frente a los 16.595 votos (35,95%) que consiguieron en este comicio, Vamos Villa María y Juntos es Posible, las dos vertientes del oficialismo nacional. Es decir, los seguidores del presidente Mauricio Macri perdieron en números redondos 3 mil votos y 3,7 puntos porcentuales.
Esos casi 4 puntos menos, aunados a lo que ha sucedido en las distintas elecciones nacionales y provinciales, donde los candidatos del presidente han dejado apoyo social en el camino como consecuencia de la crisis económica y la pérdida de expectativas sociales en las posibilidades de la coalición gobernante, indican que Villa María se comportó de modo similar al resto del país. Esto es, dándole la espalda o disminuyendo la adhesión a Macri.
Por otro lado, como lo revela la foto de los festejos, el PJ de Córdoba capitalizó la victoria, reuniendo sobre el escenario a Accastello, Juan Carlos Massei, Carlos Gutiérrez (primer candidato a diputado nacional), el vicegobernador electo, Manuel Calvo, y el intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, entre otros dirigentes.