(Por Máximo Brizuela*). Estamos en presencia de un contexto hostil que habilita discursos de odio y políticas de crueldad por parte del gobierno nacional, donde no solamente somos la variable constante de ajuste, sino también nos posicionan mediáticamente con un estigma negativo.
En este escenario, la unidad de sindicatos, trabajadores y trabajadoras se convierte en una amenaza para el gobierno y los discursos individualistas que se impulsan a nivel global. La solidaridad, los logros y el crecimiento colectivo son bastiones que este sistema de capitalismo cruel busca derribar.
En la asamblea de esta semana con afiliadas y afiliados trabajadores de las Cooperativas de Energía Eléctrica, discutimos la necesidad de mantener el diálogo en los espacios adecuados. Las redes sociales no deben ser el campo de debate principal, ya que distorsionan la visión de los problemas reales y exponen innecesariamente a los trabajadores.
Para que nuestros salarios se hagan justicia y se preserve de la fuente laboral y demos real oposición a las políticas de achique en el sector de cooperativas es necesario que la lucha se lleva a cabo con un enfoque técnico y argumentativo. Es fundamental defender cada cooperativa desde la más pequeña hasta la más grande, con acciones decididas de manera conjunta entre todos los afiliados y afiliadas.
También resulta importante empatizar con cada compañero que forma parte de la organización gremial, la bronca e impotencia que sentimos, es palpable, pero el enemigo no debe ser confundido en esta lucha. Debemos ser estratégicos y bregar por lo que merecemos, ni más ni menos.
Las medidas que imponen la Ley Bases y el acuerdo del Pacto de Mayo, nos llevan a una reforma laboral donde la precarización, los progresivos despidos y suspensiones pasan a ser prioridades, algo que el gobierno nacional parece celebrar. Sumado a ello, en Córdoba, nos encontramos en un estado de alerta permanente y en el que nos estamos anticipando sobre el sector eléctrico, ya que se prevé una modificación del marco regulatorio. Este escenario impondrá nuevas reglas y desafíos por lo tanto redoblaremos el efuerzo para actuar en conjunto y de manera inteligente.
No debemos dejarnos engañar por las promesas de un futuro prometedor que ofrecen las políticas libertarias y sus discursos de ultraderecha. Juegan con la esperanza de todos los argentinos para imponer su agenda con legitimidad. La realidad actual y el análisis profundo de las leyes recientes dejan claro que su objetivo es explotar los recursos de Argentina en beneficio de unos pocos, su propia casta.
En este contexto, la unidad, la solidaridad y una estrategia bien definida son nuestras herramientas más poderosas para defender nuestros derechos. La lucha por nuestros salarios y condiciones laborales justas, las defenderemos con firmeza y determinación.
* Máximo Brizuela es secretario General del Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF).
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