Alberto Fernández se ha fijado el objetivo de llegar al 30 por ciento de los votos en Córdoba y por eso viajará este viernes y sábado al corazón de la Pampa Húmeda macrista. Cree que sólo así evitará que el presidente Mauricio Macri descuente la ventaja que las encuestas le están otorgando en otras regiones argentinas, como el Norte y el Sur y la recuperación que con el aporte del peronismo de Entre Ríos y Santa Fe parece tener en esos distritos. A tal punto, que el cierre de campaña será frente al monumento a la Bandera, en Rosario. Aquí ha mejorado mucho su desempeño por lo que señalan los sondeos de opinión, pero es el lugar desde donde arranca más abajo (Daniel Scioli obtuvo casi 15 puntos en las PASO 2015, y rozó los 19 puntos en la primera vuelta de aquel lejano 2015).
El punto de partida será en Villa María junto al ex gobernador bonaerense Felipe Solá, en un intento por acercarse a los productos agrarios del centro, este y sur de la provincia que se expresaron masivamente por Cambiemos en 2015 y 2017 y convirtieron a esa causa a los pobladores de la zona. Incluso visitará la ciudad donde nació la alianza entre el PRO y la UCR: Marcos Juárez.
Será la tercera visita del candidato a la provincia. Además de Villa María, visitará General Deheza, Bell Ville, Marcos Juárez y Leones el viernes, y Río Cuarto, el sábado. Mantendrá reuniones con empresarios, productores agropecuarios, intendentes y candidatos, gremialistas, autoridades universitarias, docentes e investigadores.
El viernes, en Villa María, será recibido por el intendente Martín Gill. Luego visitará Aceitera General Deheza y se reunirá con el empresario Roberto Urquía, para luego viajar a Bell Ville, donde compartirá un encuentro con intendentes e intendentes electos y la CGT. La actividad que cerrará la jornada será en Leones, donde compartirá una cena con productores agropecuarios y empresarios del sector.
El sábado viajará a Río Cuarto y mantendrá una reunión con el intendente Juan Manuel Llamosas. Luego, en la Universidad Nacional de esa ciudad, se encontrará con el rector Roberto Rovere, después con el Consejo Consultivo de la UNRC y finalmente participará de un acto en el Anfiteatro Central José de San Martín.
El tour electoral cuenta con la organización del peronismo provincial que adhiere a su candidatura y la de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El senador Carlos Caserio y el intendente de Villa María, Martín Gill son los principales actores del armado político-electoral que trabaja con dos objetivos: aportarle votos a los Fernández y engrosar, a partir de allí, la lista corta del gobernador Juan Schiaretti.
Con el mandatario cordobés se reunió en el Centro Cívico, en el primer desembarco en la provincia. Le prometió qué en caso de ganar en octubre, gestionará con los gobernadores, incluso con sus hombres en el gabinete. Si logra derrotar a Macri, será fruto de la alianza con los jefes peronistas de las provincias y que ese trabajo tendrá representación política en la etapa que se abra en diciembre. Tiene, además, un componente simbólico: los gobernadores serán el contrapeso de Cristina Fernández de Kirchner y los intendentes del Conurbano.
La segunda vez, hizo campaña en dos planos: un día fue kirchnerista y el otro, peronista. El primer día encabezó un acto en Hindú Club y el segundo, estuvo en Villa María y Villa Carlos Paz, ciudad esta última donde cerró su gira con un nuevo acto en el teatro Luxor, esta vez organizado por Caserio. En ese viaje, hizo campaña con Sergio Massa.
Sola además de ser productor agropecuario y representar un puente hacia este sector, tiene desde hace algunos días una segunda función: ser el vocero de Alberto Fernández y mantener el vínculo permanente con los gobernadores. El candidato a presidente cree que Felipe es quien mejor lo interpreta y piensan parecido respecto a la situación del país y la economía.
El diputado nacional fue uno de los primeros en salir del espacio kirchnerista, militó junto a Sergio Massa, fue electo diputado nacional por el Frente Renovador, y conformó primero que nadie un espacio similar al que encarna ahora Alberto, el del peronismo moderado que trabaja por la unidad de todos los peronistas. Apenas Cristina nombró a Fernández como candidato a presidente, bajó su candidatura y se sumó al proceso que se ponía en marcha.
Tiene una tarea adicional, organizar el acto de cierre del 7 de agosto en Rosario, donde llegarán todos los gobernadores y firmarán un compromiso de gestión con Alberto, por el que, si llega a la presidencia, pondrá en marcha esas acciones estratégicas paras las provincias. La idea original fue de Omar Perotti para Santa Fe, pero se extendió a todo el país y será uno de los caballitos de batalla para mostrar que ya nada es igual. ¿Por qué se pondrá en escena ahora y no en octubre? Porque el peronismo ha percibido que las PASO funcionarán como una especie de primera vuelta y que el resultado será un insumo clave para el futuro del país.
