El mercado de vehículos eléctricos, integrado por automóviles, buses y camiones, alcanzará en 2023 un total de ventas de 13,9 millones en todo el planeta. A su vez, esta cifra representa un 16,5% de los casi 84 millones de vehículos livianos que se esperan comercializar en el transcurso de este año.
De este modo, el parque eléctrico a nivel global ascenderá, con las ventas de 2023, a poco más de 26 millones de unidades, de las cuales más de la mitad están en China.
Las proyecciones corresponden a la Agencia Internacional de Energía (AIE), que destacó el “crecimiento exponencial” del sector, integrado tanto por automotores 100% eléctricos como por híbridos e híbridos enchufables, incentivado tanto por “políticas nacionales” en línea con la lucha contra el cambio climático, como por el aumento del precio del petróleo, que tornó más económica la opción de los autos alternativos.
“En los países de la Unión Europea y en Estados Unidos el auto eléctrico ya es algo normal, un concepto que ya está metido en la cultura de la sociedad”, expresó a Télam Jorge Zabaleta, socio de la consultora PwC Argentina, quien agregó que “ya no llama la atención ver cargadores en una esquina y las ventas de autos eléctricos casi se duplican año tras año”.
Las ventas de vehículos eléctricos a nivel global se sextuplicó en un lapso de cinco años, pasando de 2,2 millones en 2019 a 3 millones en 2020, 6,5 millones en 2021, 10,3 millones en 2022 y una proyección de 13,9 millones para todo 2023.
Al respecto, el “crecimiento exponencial” puesto de relieve por AIE podría experimentar a partir de este año un cambio significativo, en el que China seguiría manteniendo su liderazgo mundial pero cada vez con menor diferencia respecto del resto del mundo.
La razón de esa expectativa radica en el abandono paulatino de las políticas de incentivos que suelen tomarse en los primeros años de la actividad para impulsar su desarrollo (ventajas impositivas, patentes gratuitas, prioridad de estacionamiento, etc), que ya se dejan a un lado cuando el mercado alcanza su punto de maduración.
Ese es, precisamente, el caso de China, donde el mercado automotor eléctrico tuvo un crecimiento acelerado: las ventas sobre el total de autos pasaron de menos del 6% entre 2018 y 2022 al 16% en 2021 y al 29% en 2022, con el objetivo de alcanzar al 40% en todo el país para 2030 y al 50% en determinadas regiones con altos niveles de contaminación del aire.
De esa forma, el gigante asiático pasó en 2022 a representar más de la mitad del parque automotor eléctrico internacional y la AIE proyecta que para fin de año tendrá el 52,7% del total de autos eléctricos en circulación, con 13,8 millones de unidades, de los que 10,7 millones serán eléctricos a batería (BEV) y 3,1 híbridos enchufables (PHEV).
Ese crecimiento podría atenuarse en la medida que los recortes a los beneficios fiscales quiten incentivos a los potenciales compradores, según las estimaciones de los analistas del mercado automotor.
En el segundo puesto se ubica el conjunto de 27 países de la Unión Europea, con el 29,8% del total mundial, aunque con posibilidades de incrementar su participación porcentual en los próximos años, en el marco de las políticas de eficiencia energética y búsqueda de opciones de energías alternativas, ante las dificultades en la provisión de hidrocarburos desatada a partir de la guerra entre Rusia y Ucrania.
De acuerdo con las proyecciones de la AIE, la Unión Europea contará a fines de 2023 con 7,8 vehículos eléctricos (4,4 millones BEV y 3,4 millones PHEV).
Con un punto de partida rezagado, la electromovilidad en Estados Unidos cobró un importante impulso en agosto del año pasado a partir de la sanción de la ley de Reducción de la Inflación, mediante la cual el presidente Joe Biden apunta a promover el uso de energías limpias en reemplazo de los combustibles fósiles, razón por la que, al igual que con la UE, se espera que en el mediano plazo aumenta su actual participación del 11,4%, con tres millones de unidades (2,1 millones BEV y 900.000 PHEV).
En el resto del mundo se reparte el 6,1% restante y, dentro de este grupo, la Argentina espera una serie de definiciones para darle un impulso mayor a una electromovilidad que, si bien creció en los últimos años, por el momento no alcanza a representar el 0,2% del total del parque automotor y, según los objetivos del Plan Nacional de Transición Energética, alcanzaría al 2% en 2030.
Para que el mercado local de autos eléctricos alcance un grado de madurez similar al de los países desarrollados, Zabaleta considera que hacen falta definiciones que van más allá de la industria automotriz y abarcan a la energía eléctrica en general.
Al respecto, admitió que “es verdad que falta infraestructura, pero no es tan difícil de incorporarla”, en referencia a la instalación de una red de cargadores en todo el país que permita viajar a todas las regiones.
Sin embargo, Zabaleta puso en duda que “el sistema eléctrico esté preparado para semejante demanda”.
“¿El sistema eléctrico argentino está en condiciones de abastecer, por ejemplo, a toda una flota de colectivos eléctricos? Hay que darle de comer a esos ‘bichos'”, expresó, ante un riesgo de colapso de un sistema que, a su juicio, “no tiene un remanente de capacidad para abastecer” al autotransporte público de pasajeros.
> Con información de TÉLAM.
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