La industria automotriz argentina enfrenta una de sus peores crisis en años, marcada por despidos, suspensiones y una fuerte caída en la producción de autopartes nacionales debido a la apertura de importaciones. Así lo advirtió Mario “Paco” Manrique, secretario adjunto de SMATA, en diálogo con AM 750, tras el anuncio de Toyota de paralizar su producción hasta el 29 de julio.

Con un mercado interno deprimido y dificultades para exportar, el panorama es sombrío. “Toda la industria está teniendo altibajos. Lo que se vende son productos importados”, señaló Manrique, quien destacó que la competencia en el mercado externo también se ha complicado, generando un año difícil con suspensiones y despidos en varias terminales automotrices. Desde la asunción del presidente Javier Milei, se registraron más de 700 despidos en el sector, lo que encendió las alarmas entre los trabajadores.
Toyota justificó la suspensión de su producción como parte de un plan para implementar nuevas tecnologías y mejorar su competitividad. Sin embargo, desde SMATA expresaron incertidumbre sobre el futuro, a pesar de que los trabajadores mantendrán sus puestos y percibirán el 79% de su salario durante el parate. Manrique aclaró que los nuevos proyectos de las automotrices están programados para 2026 y 2027, lo que descarta una reactivación inmediata.
El sector autopartista nacional es uno de los más afectados. La apertura comercial y la baja de aranceles han generado una competencia desigual con productos importados, dejando en desventaja a las pymes locales. “Es difícil competir en el mercado interno”, afirmó Manrique, subrayando el impacto en la cadena de valor y la pérdida de empleos en las fábricas proveedoras.
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