Con el apoyo de Cristina, una “fórmula con ADN peronista” participará de las elecciones en Córdoba

Con la “bendición” de Cristina Fernández de Kirchner, una fórmula con ADN peronista participará de las elecciones provinciales del próximo 25 de junio en Córdoba. El intendente de Embalse, Federico Alesandri, y la diputada nacional, Gabriela Estévez, serán los que encabezarán la boleta del frente alineado con el Gobierno nacional. La alianza aún no tiene nombre.

El jefe comunal es parte del Frente Peronista Cordobés (FPB) que lidera el vicepresidente del Banco Nación, Carlos Caserio. El ex senador nacional es parte del “albertismo” y ha sido impulsor de la construcción de una fuerza propia del oficialismo nacional en la Provincia desde que en 2019 apoyó la candidatura de Alberto Fernández a la presidencia. Alesandri, además, es hijo del legislador provincial Carlos Alesandri, uno de los “históricos” operadores del ex gobernador José Manuel De la Sota.

La diputada nacional, que también es afiliada al PJ, integra La Cámpora, la agrupación que encabeza a nivel nacional, el diputado Máximo Kirchner. Es la principal referente de ese espacio en la Provincia.

Tanto Alesandri como Estévez publicaron en sus cuentas de Twitter e Instagram, la foto con Cristina y la leyenda: “En Córdoba hay alternativa”.

Antes de recibir el miércoles en su despacho a Alesandri y Estévez, CFK analizó el escenario provincial con sus principales “operadores”.

Hasta ahora, la vicepresidenta no había actuado directamente en la provincia y, en general, su hijo Máximo, o Carlos Zanini o el senador Oscar Parilli eran quiénes terminaban de ejecutar los movimientos del PJ nacional en este territorio.

El desembarco del Gobernador peronista Juan Schiaretti en el escenario nacional, la conformación de un bloque disidente del Frente de Todos (FdT) en el Senado a través de Alejandra Vigo, y su férrea estrategia anti-peronista nacional, terminaron de convencer a Cristina de la necesidad de poner en marcha una fuerza propia en Córdoba. Considera que ya no hay puentes para cruzar.

Dentro de ese marco, la conformación de una fórmula con dos peronistas intenta disputar el voto justicialista, y no sólo a aglutinar el espacio kirchnerista en Córdoba.

Históricamente, el oficialismo nacional se movió con un caudal electoral de entre 8 y 10 por ciento en la Provincia, con picos en las elecciones de 2013, con Carolina Scotto, en las que el Frente para la Victoria (FpV) se alzó con 15,25% del apoyo electoral; y de 2015, con Eduardo Accastello, que llegó a los 17 puntos como candidato a gobernador.

Ahora, el escenario, aparece con algunas complejidades extras, como el crítico contexto económico nacional, la “bronca” social contra el sistema político, y la potenciación, tanto por parte del PJ de Córdoba como de Juntos por el Cambio, del sujeto social anti-kirchnerista en la Provincia. Habrá que ver si, en el corto espacio de tiempo que media hasta la fecha de la elección, el 25 de junio, la alianza que responde al PJ nacional puede hacer pie e interpelar al electorado local y hacerse un lugar competitivo entre el oficialista Martín Llaryora (HxC) y el opositor Luis Juez (JxC).