Valentina Macarrón era una adolescente cuando asesinaron a su madre el 25 de noviembre de 2006, en Río Cuarto. Ayer, testimonió en el juicio en el que su padre, Marcelo Macarrón, es el único acusado por el crimen. Sobre Nora Dalmasso, dijo que “Fue una madre presente, la extrañamos mucho”. Luego expresó que “éramos muy unidos y esto nos destruyó”. Al igual que su hermano Facundo, cargó contra el empresario Miguel “El francés” Rohrer.
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Recordó que en el momento del hecho estaba en Estados Unidos, haciendo un intercambio estudiantil, cuando su papá la llamó para que regresara: “Mi papá me dice que mi mamá había tenido un accidente de tránsito y que tenía que volver. Cuando llegué a la casa se encontraban mis tíos y otros familiares; me dijeron que mi mamá había fallecido. Fue durísimo. Mi papá también estaba quebrado”.
Rohrer junto con Julio Boehler fueron las que la buscaron en Ezeiza y la trasladaron hasta Córdoba.
Defendió también a su padre: “Mi papá es una excelente persona y todo lo que dijeron fue creado por los medios. Tenían problemas como toda pareja, problemas menores. Nunca hubo intenciones de separarse, nunca hubo violencia. Mi mamá fue siempre más tranqui, mi papá era el que ponía límites, siempre estaba presente, pero trabajaba mucho”.
“Se publicaron barbaridades sobre mi madre, se difundieron más fotos del cuerpo. Eso fue terrible. Fue muy duro para nosotros ver sus imágenes en la tele. Dijeron que tenía un montón de amantes. Hicieron remeras diciendo ‘yo no estuve con Nora'”, dijo la mujer en medio de una crisis de llanto.
“A mi hermano lo discriminaron por ser gay. Lo supimos por la prensa. Mi hermano tenía 19 años en aquel momento, cuando mi hermano nos contó, lo apoyamos. No cambia en nada su esencia de ser”, afirmó.
Sobre “El francés”, apuntó que “siempre la miraba mucho. Cuando íbamos al campo, la tiraba a la pileta, cosas como acoso, la miraba mucho. Cuando pasó lo de mi mamá Roher se fue del country, creo que a Buenos Aires”.
“Mi mamá y Rohrer se conocían de antes, Rohrer miraba mucho a mi mamá”, agregó, y lo describió como una persona “muy prepotente”.
Finalmente, señaló que “a Rohrer no lo vimos más. Pese a que recién se había construido la casa en Río Cuarto, él se fue. Recién nueve años después lo vimos cuando estábamos festejando un cumpleaños de mi tía en el quincho del Golf y él entró. Preguntó qué hacíamos todos los Macarrón juntos. Y yo ahí, cuando lo vi, me agarró una cosa acá adentro y empecé a llorar sin parar. Afuera estaba la mujer de él, que también lloraba”.
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