Desde que José Manuel De la Sota desistió de liderar la boleta de Unión por Córdoba (UPC) en los comicios legislativos del próximo octubre, el vicegobernador Martín Llaryora suena como principal aspirante al lugar número 1 de la boleta oficialista en la provincia. Ni Juan Schiaretti ni el propio Llaryora han dicho esta boca es mía, pero la actividad oficial del número 2 del sistema institucional cordobés se multiplicó y eso se refleja en que en apenas tres días apareció cuatro veces en la Web de noticias del gobierno provincial, contra las seis novedades publicadas entre enero y abril de este año. Así surge de un recuento de la lista de noticias del buscador del sitio en Internet del gobierno. El hecho no dice nada por sí solo, sin embargo es un indicio de que puede ser el candidato o, al menos, un jugador relevante de la campaña.
Sucede que desde el año pasado, cada vez que se lo midió en los sondeos del PJ y otras fuerzas, alcanzó altos niveles de intención de voto y siempre fue el segundo detrás del ex gobernador. Por eso, apenas De la Sota decidió no jugar, su nombre saltó a las marquesinas.
Este lunes, martes y miércoles apareció cuatro veces en las noticias oficiales. Estuvo en Villa María donde entregó 5 millones de pesos para finalizar la obra de pavimentación del parque industrial de esa ciudad. Y antes presentó la comunidad terapéutica de San Francisco que funcionará dentro del actual predio del hospital José Iturraspe. Las obras demandarán una inversión de 20 millones de pesos. Además, presidió los festejos por el 70° aniversario de la Cooperativa de Servicios Públicos de Colonia Caroya y Jesús María y entregó 5 millones de pesos al consorcio canalero Leones-Villa Elisa. Cualquier parecido con la realidad de un funcionario-candidato en campaña es pura coincidencia.
Otro indicio lo dio en la conferencia de prensa en Villa María, cuyos pormenores publica El Diario: “La brecha no es el discurso, es que cuatro de cada diez argentinos son pobres. Ese es el problema que tenemos y para eso tenemos que trabajar todos juntos como lo estamos haciendo”, afirmó en lo que parece un ensayo de discurso frente al gobierno nacional de Mauricio Macri.
También apuntó en relación a la decisión de José Manuel De la Sota de no liderar las boletas de UPC, que “nadie se baja de donde nunca se subió”. Y luego aseguró que “si los argentinos le hubieran dado la posibilidad de gobernar en lugar de Macri lo hubiera hecho mejor para todos”.
Agregó que “venimos a incentivar la radicación de inversiones, lo que pasa es que la macroeconomía no la maneja la provincia, la inflación no para, cada vez se vuelve más difícil llegar a fin de mes. Esperábamos otras medidas económicas de macroeconomía, que no están”.
Definió también que “mientras tanto, nos habrán visto con un listado de programas sociales como nos pide nuestro Papa Francisco, teniendo un Estado presente, poniendo la mano solidaria sobre los que más lo necesitan y ese es el rol del Estado que entendemos, no el del rol neoliberal, sino presente”.
PERFIL PROPIO
Llaryora no cumplió aún sus 45 años. Entró en la mira del peronismo cuando le llevó la contra a De la Sota y se presentó como candidato a intendente en las elecciones de San Francisco en 2007, donde terminó derrotando al radicalismo en uno de sus bastiones. En 2011 cosechó casi el doble de votos que en 2007 y consiguió 52% de apoyo de sus vecinos, en una ratificación de su gestión en el “pago chico”. Pero como intendente, además de la gestión de una ciudad que había tenidos fuertes problemas financieros y de gestión, rápidamente se proyecto al resto de la provincia. Siempre trabajó sobre cinco ejes: juventud, gestión, propuestas innovadoras, compromiso social y capacidad de diálogo. Sobre ese perfil salió a hacerse un lugar.
Sumó sus pasos a los de dirigentes de su generación de toda la provincia, participó de la construcción de la agrupación provincial “El Peronismo que viene” y en poco tiempo, desde su poder territorial inicial, se convirtió en uno de los dirigentes con más proyección provincial dentro de su partido. No llamó la atención, entonces, que De la Sota lo convocará en diciembre de 2012 como ministro de Industria, Comercio, Minería y Desarrollo Tecnológico. Desde allí terminó de edificar su salto a la formula con Schiaretti en 2015.
Si bien es heterodoxo en las ideas que presenta, su pensamiento es socialcristiano, por lo que puede ser ubicado dentro del espacio del peronismo clásico. Por eso y por su espíritu dialoguista tiene “amigos” en los diferentes sectores del PJ, algo importante en esta etapa de reconstrucción peronista en todo el país, adonde también apunta a confluir el justicialismo de Córdoba. Un ejemplo en esa línea es que se trata del único peronista cordobés que fue invitado al casamiento del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey con Isabel Macedo en septiembre del año pasado, una ceremonia adonde llegó acompañado por su mujer Marcela Beccaria.
Todo las cartas lo señalan como el elegido, aunque los dirigente de UPC consultados digan todavía sólo un escueto “puede ser” o eso lo va a definir “el Gringo” con todas las encuestas en la mano. Mientras tanto, Llaryora gana en visibilidad.
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