“Cuando ellos hablan de progreso individual, okey; mostremos donde progresó la gente individualmente. La realidad es que la gente no progresó en estos cuatro años. Cambiemos destruyó la clase media, económicamente, pero también culturalmente. Cambiemos no va a salvar a la clase media. La única manera de que se salve la clase media, es con un proyecto colectivo que hoy encabeza el Frente de Todos”. Nahuel Sosa, es uno de los integrantes de Agenda Argentina, una especie de federación de think thanks que trabajan con Alberto Fernández, y uno de los intelectuales más importantes que confluyen en el proyecto del ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Prepara una café y con el cerro Velasco de fondo, en la ciudad de La Rioja, durante el desarrollo del Foro Regional Federalismo y Desarrollo, recorrerá la realidad argentina, el neoliberalismo, el discurso de la alianza oficialista que lidera el presidente Mauricio Macri, y las posibilidades de alcanzar el poder del frente peronista en las elecciones nacionales de este año en Argentina.
Sosa es licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y co-director del Centro de Formación y Pensamiento Génera. Se desempeña como profesor de nivel medio y superior e integra la cátedra Teoría del Estado y el equipo de investigación Gubernamentalidad, Constitucionalismo y Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la UBA (Universidad de Buenos Aires). También es miembro del Observatorio de Seguridad (OBSE) del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
A continuación, el principal tramo de la conversación.
¿Cómo se construye un frente desde las individualidades y como oposición al individualismo?
Creo que el deber de quienes se inscriben en cualquier proyecto de transformación popular, es comprender su tiempo histórico. Y nosotros vivimos un tiempo que está muy marcado por la heterogeneidad. Esto en sí, no es bueno ni malo, pero es una condición de esta híper-modernidad. En ese sentido, me parece que esta apuesta por construir un nuevo modelo social, un nuevo acuerdo social como planteo en su momento Cristina (Fernández de Kirchner), y que también plantea Alberto (Fernández), requiere justamente de atar esas demandas que están fragmentadas. Tenes grupos sociales con distintas demandas. Tenés por ejemplo, en algunos centros urbanos las demandas de los inquilinos que es muy importante. Es una generación que capaz no tenga vivienda propia; o puede ser la ecología política; o el feminismo. Es decir, hay un conjunto de demandas que están latentes en nuestra sociedad y que un proyecto popular las tiene que coordinar. Pero coordinar no es lo mismo que subordinar. Acá hay otra clave…
¿Cuál?
Cambiemos o Juntos por el Cambio, ahora, suele confundir individualismo con individualidad. Si uno ve las consignas de campaña de Cambiemos, está presente la idea de la meritocracia. Apunta a un mensaje directo, con un individuo, donde parece que ese individuo no tiene lazos sociales, que sólo le preocupa su metro cuadrado y nada más. Eso, con lo que Cambiemos ha conectado de una manera muy cínica, pero que lo conecta con una demanda que, en sí, es real. Decía, hay que conectar a la individualidad para combatir al individualismo. Cuando hablo de individualidad, me refiero a lo que es propio de cada uno de nosotros, a eso que es lo íntimo, lo singular, esa forma que es tuya… la identidad sexual o de género que decidís asumir, la forma que tenés de autopercibirte a vos mismo. Eso lo tenemos que respetar, no le podés exigir a un individuo que pierda su individualidad por un proyecto colectivo. Por el contrario, lo que uno tiene que hacer, es mostrar que es un proyecto colectivo donde uno más puede desarrollar esa individualidad. Es en un proyecto colectivo donde vos más vas a poder desarrollar aquello que más te interesa, tus objetivos. Eso no tiene nada que ver con la cultura del individualismo. El individualismo lo que propone es un individuo egoísta, insensible, donde sólo le importan sus propias metas, un individuo irreal, porque la gran mayoría no llega; es una abstracción, una ilusión. Ante esa abstracción, esa ilusión, lo que tenemos que plantear es reivindicar esas individualidades.
“Hay un conjunto de demandas que están latentes en nuestra sociedad y que un proyecto popular las tiene que coordinar”.
¿Cuáles son “las nuevas derechas” a las que vos señalas como un riesgo?
Muchas veces, aparece el neoliberalismo cool o el neoliberalismo new age, o el neoliberalismo recargado. Que es un neoliberalismo clásico, pero que refuerza esta idea del individuo. El individuo es, en tanto consume, no en tanto produce. Entonces subvierten muchos conceptos; por ejemplo, la idea de autonomía o libertad. Hay un fenómeno, que es el de los pibes que hacen Pedidos Ya o Rappi, que andan en bici, o Uber. Cambiemos como lee eso: que son microemprendedores, que lo bueno de Pedidos Ya es que podés ser tu propio jefe, tener tus propios horarios, manejar tu tiempo, pero en realidad, es una situación de explotación, de precarización, de un Estado ausente, de pibes que pedalean sin ningún tipo de cobertura. Ese pibe no es un microempresario, ese individuo es un pibe joven en una situación de precarización y de explotación. Cambiemos lo que hace es transformar la autorealización que cada uno siempre tiene, en explotación. Y eso, nosotros tenemos que discutirlo. La autorealización no es la autoexplotación, porque si no, en nombre de la libertad podemos ser menos libres. La autorealización es que puedo realizarme como individuo en la medida que se realiza el otro. Un acuerdo social quiere decir eso. Yo cedo un poco, porque sé que cediendo ese poco voy a estar mejor. Porque si el otro no se realiza, yo no tengo posibilidades de realizarme individualmente.
“La autorealización es que puedo realizarme como individuo en la medida que se realiza el otro. Un acuerdo social quiere decir eso. Yo cedo un poco, porque sé que cediendo ese poco voy a estar mejor. Porque si el otro no se realiza, yo no tengo posibilidades de realizarme individualmente”.
Señalabas que el oficialismo nacional ha tenido la capacidad de tomar estas nuevas subjetividades y transformarlas en un relato hacía la derecha, ¿Cómo ves que puede sustituir un nuevo armado político y social y cultural este discurso, que se ha convertido en dominante, que interpela al movimiento popular? ¿Es una situación de tránsito? ¿Cuál es la realidad?
Estamos en un momento de transición. Hay un texto de (Antonio) Gramsci donde dice, “que hay momentos en donde lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer”; no sé si ese es precisamente el momento, pero si sé que estamos en un momento de transición. Es cierto, que las batallas culturales son las más difíciles. Vos perdés una elección y te podés recuperar fácilmente, pero de una derrota cultural, históricamente, a los pueblos les ha costado décadas en revertirlo. Por eso, insisto, que vamos a una disputa electoral, pero sobre todo cultural. Pero viendo el lado positivo, está claro que la de nuestro país es una sociedad muy movilizada a comparación del resto de América Latina. Una vez por mes hay alguna movilización de multitudes, sea porque hay un paro, sea por Santiago Maldonado, sea por el aborto, hay una sociedad que tiene un nivel de movilización. No es que partimos de cero, por ejemplo, en los derechos humanos hay un consenso muy fuerte en el sentido común de la sociedad; el nivel de sindicalización y cultura del trabajo; no partimos de la nada. Creo que mas que denunciar lo que hace Cambiemos, es resignificar determinados conceptos. Eso me parece que es la clave.
“Vos perdés una elección y te podés recuperar fácilmente, pero de una derrota cultural, históricamente, a los pueblos les ha costado décadas en revertirlo. Por eso, insisto, que vamos a una disputa electoral, pero sobre todo cultural”.
¿Qué es “resignificar”? ¿Y a cuáles conceptos te referís?
Significa, que cuando ellos hablan de progreso individual, okey, mostremos donde progreso la gente individualmente. La realidad es que la gente no progresó individualmente en estos cuatro años. Cambiemos destruyó la clase media, económicamente, pero también culturalmente. Cambiemos no va a salvar a la clase media. La única manera de que se salve la clase media, es con un proyecto colectivo que hoy lo encabeza el Frente de Todos, cultural y económicamente. ¿Por qué? Puede pasar que a veces una persona tenga una posición económica que la estadística te dice que es pobre, pero puede suceder que esa persona se perciba de clase media. Por ejemplo, el 80% de los argentinos, según una encuesta de la Universidad Nacional de General San Martín, se percibe de clase media. Si vos te imaginas cuatro años más de Cambiemos, no vas a progresar individualmente. La forma que tenés de progresar individualmente, es ser parte de este nuevo acuerdo social.
El gobierno ha planteado para enfrentar a la fórmula de los Fernández, un discurso donde enfrenta el miedo a la decepción, ¿Cuál es el recorrido posible de esa disputa?
Cuando uno ve la campaña de Cambiemos de 2019 y la de 2015, ambas son muy distintas. En 2015, eran los globos, la alegría, el sí se puede, y en 2019, es una elección donde se interpone el miedo, tratar de marxista a Kicillof, volver a la lógica del autoritarismo, es una campaña que busca el miedo. Lo ha dicho el mismo (Jaime) Durán Barba: queremos que el miedo le gane a la decepción. Esa es la estrategia que van a hacer ellos. Ellos estimulan los discursos de odio. Ellos hacen dos cosas: que el miedo le gane a la frustración, y a la vez, a la frustración legítima que puede tener cualquier persona, transformarla en un discurso de odio hacia el inmigrante, al que piensa distinto, hacia la política… La estrategia nuestra para contraponer eso, es transformar la decepción en esperanza. Todos aquellos que fueron agredidos y agredidas por la crisis, puedan transformar esa bronca en una nueva esperanza. No digo ilusión, digo esperanza. La esperanza como una apuesta genuina para salir de esta situación.
“Ellos hacen dos cosas: que el miedo le gane a la frustración, y a la vez, a la frustración legítima que puede tener cualquier persona, transformarla en un discurso de odio hacia el inmigrante, al que piensa distinto, hacia la política…”
La crisis económica no necesariamente define una posición política acorde a la situación de la crisis, y de hecho 2015 y 2017, muestran que Cambiemos con un voto ideológico logra componer una mayoría que se le contrapone… ¿Cómo resuelve la oposición ese dilema?
Pensar que la gente vota por el bolsillo, es un error. La gente vota también por otros factores, por subjetividades, por aspiraciones, por emociones. Eso, Cambiemos lo entiende muy bien. Si uno analiza, a medida que a Cambiemos le va cada vez peor a causa de su fracaso económico, se refugian en un relato cultural. Lo ha dicho Marcos Peña: “Nosotros apelamos al alma de los votantes de Cambiemos”. Qué está diciendo. Fracasamos económicamente, la única forma que tenemos de ganar es poner la discusión, en otros términos: autoritarismo, democracia; futuro, versus pasado. Nosotros no tenemos renunciar a marcar la crisis económica. Lo más inteligente que puede hacer la oposición, es efectivamente poner la economía como centro. La pregunta no es lo qué vos pongas en el centro, sino cómo lo pones. Si la economía está acompañada sólo de un discurso economicista, probablemente haya un sector de la población al cual no lleguemos, si la economía está acompañada de nuevas narrativas de futuro, a que esa apuesta económica también es una apuesta cultural, que apuesta a comprender nuevas subjetividades vamos a estar en mejores términos. La clave, es ir a convencer a aquellos que no están convencidos, ir a ver a los desilusionados. Hay un sector que apostó genuinamente por Cambiemos, pero que no tiene una tradición antiperonista o anti-kirchnerista, algunos incluso, en 2011, han votado a Cristina. Ese sector de los indecisos, que es el votante más difícil, votante más ecléctico, que decide su voto a último momento… Nosotros tenemos que ir a jugar en las dos canchas, en lo económico, pero también decirle que culturalmente, a esas aspiraciones, va a tener más posibilidades de realizarlas en este proyecto que en el de ellos.
“¿Qué está diciendo Marcos Peña? Fracasamos económicamente, la única forma que tenemos de ganar es poner la discusión, en otros términos: autoritarismo, democracia; futuro, versus pasado“.