El equipo conducido por Sergio Hernández se consagró campeón del Panamericano por primera vez en su historia. De la mano de Luis Scola como goleador con 28 puntos y 9 rebotes, y del cordobés Facundo Campazzo con 10 puntos y 12 asistencias, la selección le ganó a Puerto Rico por 84 a 66. Cómo en todo el torneo, la calidad individual y la gran intensidad del equipo, fueron claves para dominar a un rival que no había caído en todo el torneo.
Es la primera vez en la historia que en el nivel panamericano, la Argentina gana un título fuera de casa. Los anteriores fueron los Panamericanos de 1995, en Mar del Plata; el Premundial de 2001, en Neuquén, y el Preolímpico de 2011, también en Mar del Plata. Esta vez fue de visitante, y con un grupo que consigue su primer gran logro. Además el histórico capitán Luis Scola con 39 años,consiguió colgarse la medalla de Oro en su debut en los Juegos Panamericanos.
wp_bannerize_pro categories=”wp-bannerize-intertextodos” orderby=”random”]
En el arranque, el equipo de Sergio Hernández le dio continuidad a la actitud mostrada en la semifinal contra los Estados Unidos. Los jugadores lucieron concentrados y aplicados en los ataques, así como enfocados y esforzados en defensa. Puerto Rico, si bien no tuvo a su principal equipo en este torneo es, al menos, una formación ciento por ciento profesional. Y el desarrollo de juego fue parejo y difícil.
El parcial de 12 a 0 en los primeros instantes del juego fueron fundamentales para establecer una ventaja rápida. De todas maneras, el equipo boricua respondió con personalidad, de la mano de Benito Santiago Jr., un alero de gran personalidad y buenos recuersos técnicos. El juego se emparejó sobre el final de la primera mitad, que concluyó 40 a 30 a favor de la Selección Argentina.
En el tercer cuarto hubo una baja en el rendimiento argentino. Si bien se sostuvo la ventaja y hasta llegó a estirarla a 14 puntos, el equipo se mostró impreciso en el manejo y algo nervioso. Puerto Rico nunca dejó de presionar y se mantuvo en juego, dejando una sensación de peligro. Y en el último cuarto, el comienzo fue demoledor. Un triple de Laprovittola, un doble de Scola, un Campazzo implacable en la conducción y ya no hubo resto para el rival.
La diferencia hizo que en los últimos cuatro minutos fueran sólo una formalidad. Con los jugadores emocionados y con Sergio Hernández que pedía en los tiempos muertos calma, el equipo argentino se consagró campeón Panamericano y llega con un buen rodaje al Mundial de China que comenzará a fines de agosto. Más allá de la alegría por el Oro, el torneo dejó buenas sensaciones y la certeza de que existe una base de ocho jugadores primordiales para el entrenador. El resto, es historia.
—