El fenómeno de Giannis Antetokounmpo es la explicación del éxito de los Bucks y de la nueva NBA que ya llegó. La victoria sobre los Boston Celtics hace dos días (le ganó la serie 4-1) no solo significó el pase a las finales de la Conferencia Este después de 18 años de espera, sino que también dejó un claro mensaje para toda la liga: este es el equipo del futuro (o del presente).
Nadie en su sano juicio imaginaba la marcha arrolladora que tuvieron los Bucks esta temporada, consiguiendo nada menos que el mejor récord de la fase regular con 60 victorias y 22 derrotas. Menos aún que serían los encargados de llevar el básquet a otro nivel, rompiendo el molde de las clásicas posiciones (base, escolta, alero, ala-pívot, pívot), para que tomen lugar dos rubros de jugadores: Internos y Externos.
El cambio no vino solo, pero fue tan repentino y silencioso que sorprendió a la mayoría. Si los Golden State de Stephen Curry habían logrado cambiar el mapa de juego, con su intensidad abrumadora y lanzamientos absurdos, estos Bucks están llevando el juego un paso más allá: Ritmo a la velocidad de la luz, cuatro todo-terrenos que saben lanzar y un comodín que cada vez que rompe la primera línea o pisa la llave es imposible de parar por su capacidad atlética.
Giannis es la evolución del basquetbol personificada. Su elasticidad, potencia y versatilidad para jugar adentro o afuera, lo hacen el jugador más eficiente de toda la liga. Con sus 2,11 metros, cuenta con fundamentos ilógicos para su estatura, como el famoso “Euro Step” de Manu Ginobili que le ha permitido anotar gran cantidad de puntos en transición. Justamente no necesita un pase extra para correr la cancha, sino que es un especialista en atrapar el rebote y definir de costa a costa por su propia cuenta.
Su principal debilidad está en el tiro a distancia, pero parecería ser sólo un detalle a corregir: el día que logre anotar con frecuencia desde detrás del arco, ya nada tendrá demasiado sentido.
El “Greek Freak” (como lo apodan) se ha convertido en el Kareem Abdul-Jabar del siglo XXI. En esta serie frente a Boston, logro ser el primer jugador de la franquicia en conseguir más de 35 puntos, 15 rebotes y cuatro asistencias (al anotar en el cuarto juego 39+16+4) desde que el mítico pívot lo hiciera en 1974, también con los Celtics como víctimas (36+15+6). Por si fuera poco, el lunes pasado anotó 26 puntos en la pintura (13-16 TC), el máximo para un partido de playoffs, siendo la décima oportunidad en esta Liga (incluyendo postemporada) que anotó 25 o más puntos en la pintura, por mucho el máximo de la NBA.
#NBAPlayoffs Lo mejor del gran partido de Giannis Antetokounmpo
🏀 39 puntos
🙌🏼 16 rebotes
🔥 17 puntos en el último cuartopic.twitter.com/DBf3v51ONU— Sphera Sports (@SpheraSports) May 7, 2019
Luego del monstruoso juego 4 ante los Celtics, el principal candidato a ganar el MVP de la temporada afirmó: “Los buenos jugadores, cuando tienen una oportunidad como esta, en partidos definitorios como este, no la desaprovechan”.
Con estos números absurdos, Milwaukee disfruta más que nunca del presente al ser el único equipo clasificado a las finales de Conferencia (instancia que no conseguía llegar desde el 2001). El plantel tendrá un tiempo valioso para recuperar energías y analizar su próximo rival; que saldrá de la serie entre Toronto Raptors y Philadelphia 76ers que están igualados 3 a 3. Mientras tanto las dos series en el Oeste siguen abiertas: Golden State Warriors lidera 3-2 contra Houston Rockets y Denver Nuggets y Portland Trail Blazers están empatados en 3 partidos por bando.
La NBA se pregunta: ¿Son acaso mejores que los Warriors? ¿Podrán destronar la dinastía? Tal vez no todo se trate de ganar, sino de observar lo que sucede. Para la alegría de la gente, el juego en menos de dos años vuelve a cambiar una vez más.
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