La economía argentina se encuentra en una recesión más importante que la de 2016, sobre todo por las estimaciones que se realizan para el segundo semestre de 2018. De acuerdo al Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) que mide el INDEC, junio cerró con una baja del 6,7% comparado con igual mes de 2017. Se trata de la caída más pronunciada desde que gobierna Mauricio Macri.
La mayoría de los pronósticos señalan que la recesión se mantendría al menos hasta el segundo trimestre de 2019 e indican que la caída de todo 2018 se ubicaría entre 1,5 y 2%, encima de las previsiones del FMI (-1,3%).
A su vez, el segundo trimestre registró una disminución del 2,18% respecto a 2017, mientras que en los primeros seis meses del año la economía acumuló un achique del 0,6%.
Se trata de un freno muy pronunciado de la economía, al punto que el nivel de actividad económica acumulado en los primeros seis meses del año se encuentra un 3,5% por debajo del mismo período de 2015.
La sequía fue gran responsable de esta variación negativa, traccionando a todo el sector de agricultura, ganadería, caza y silvicultura a una histórica baja del 31%. Sin embargo, todas las principales ramas de la economía mantuvieron disminuciones significativas producto de la aceleración inflacionaria que ha ido a una velocidad superior a los aumentos salariales.
Dentro de este contexto, el comercio cayó un 8,4%, la industria manufacturera lo hizo en un 7,5% y la pesca un 16%. La construcción, sector estrella de la economía durante el 2017, tuvo un desempeño negativo en 0,2%, evidenciando el recorte de la obra pública:
Las ramas en terreno negativo son además de las que más mano de obra suman, como comercio, manufacturas y construcción. Por eso, estos datos generan alerta para los datos de empleo que el Ministerio de Trabajo dará a conocer la semana próxima y para los datos de pobreza e indigencia del primer semestre de 2018 que se darán a conocer el mes que viene.
Hasta ahora, el sector industrial era el más golpeado a partir de la caída del consumo interno y la apertura de las importaciones, con una pérdida de 83 mil puestos de trabajo directos desde diciembre de 2015.
Los únicos sectores con números positivos fueron la explotación de minas y canteras (4,9%), la intermediación financiera (4,6%), la electricidad, gas y agua (4,3%), actividades inmobiliarias (2,3%), servicios sociales de salud (1,7%) y enseñanza (0,8%). En el caso de los servicios, la política de dolarización y tarifazos potenció los ingresos del sector.
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