(Por Máximo Brizuela *). Estudiar en Córdoba se ha convertido en un desafío cada vez mayor. Asambleas universitarias, paros de colectivos, alquileres super cargados, recortes presupuestarios son sucesos que marcan la inestable situación que estamos viviendo en la docta.
Según la Defensoría del Pueblo, en marzo de 2024 el costo de estudiar en la ciudad alcanzaba los 325 mil pesos mensuales, y con los recientes aumentos en el transporte y las tarifas, hoy esa cifra supera fácilmente los 400 mil pesos.
Es por eso que, ante este panorama crítico, debemos insistir en la defensa de la Casa del Estudiante, cuidar este emprendimiento trascendental para el futuro de nuestros hijos/as, que desean estudiar en la capital cordobesa.
Este proyecto que lleva 21 años, no es solo un espacio de contención y cuidado para la tranquilidad de las familias que confían en su organización gremial para la estadía de sus hijos/as en la ciudad de Córdoba, sino que es una oportunidad de poder concretar los sueños académicos de esos jóvenes que tienen que trasladarse de sus pueblos a la gran ciudad.
Los costos anteriormente nombrados, hacen que resulte imposible o demande mayores sacrificios poder solventar los estudios. Esto marca que las acciones colectivas, en ese caso de una organización gremial que contiene, son claves para construir el futuro y poder desarrollarnos en un contexto hostil que invita al individualismo.
Quiero agradecer a los afiliados y afiliadas por sostener esta decisión para financiar el estudio de los 96 hijos e hijas Lucifuercistas.
* Máximo Brizuela es secretario General del Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF).
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