Como hace poco más de dos años, los hermanos Julio César y Carlos Malter, y su ex peón, Gustavo López, volverán hoy al campo de 500 hectáreas llamado “El Tala”, entre Anisacate y José de la Quintana. El retorno al campo será distinto a la última vez. Hoy llegaran custodiados desde el penal de Bouwer y se internarán en el monte junto a los jueces técnicos y los jurados populares de la Cámara 12 del Crimen que desde la semana pasada los juzgan por el crimen de Pablo “Paco” García.
La última vez que estuvieron allí fue la madrugada del 27 de agosto de 2015. Habían ido a cazar chanchos salvajes, pero se cruzaron con García, que hacía lo mismo. Lo que pasó, aún no encuentra explicación: los Malter se enojaron, lo increparon, y en medio de la discusión, Carlos lo ejecutó desde atrás, a menos de cinco metros, con su escopeta calibre 12/70. Después acomodaron el cuerpo y dijeron que fue un accidente, que la víctima roncaba dormido y dispararon creyendo que era “un bicho”. El fiscal Emilio Drazile creyó esa versión y la investigó durante varios meses, hasta que la causa cambió de rumbo.
El ingreso al campo será hoy a las 11. Los dueños exigieron puntualidad, el lugar es agreste y hay que caminar por el monte al menos dos kilómetros hasta el sitio exacto donde fue encontrado, sentado en una reposera, con su rifle en una mano y la linterna en la otra, el cadáver de “Paco”. La medida procesal fue solicitada por el fiscal de Cámara Mariano Antuña. “En la causa contamos con planimetrías y fotos del lugar, pero es difícil para nosotros imaginar cómo es un espacio así. Por eso, una visita ayudará a despejar dudas sobre los testimonios de los imputados”, dijo a ENREDACCION.
En la audiencia de ayer declararon 9 testigos, entre familiares de los acusados, vecinos y el policía que llegó al lugar. Desde la primera audiencia celebrada el 7 de septiembre el juicio es una escalada de drama y tensión. Es que, mientras los Malter declararon que se trató de un accidente, López hizo trizas esa versión: declaró que lo ejecutaron sin razón en medio de una pelea absurda. “Agarraron el cuerpo en el aire, lo acomodaron en la reposera y nos fuimos”, dijo y agregó: “Tengo miedo, sobre todo de Julio César”.
Carlos Malter llegó al juicio acusado de “homicidio doblemente agravado por alevosía y concurso premeditado de dos o más personas” y “agravado por el uso de arma de fuego”, mientras que los otros dos imputados están acusados del mismo delito, pero como “partícipes necesarios”. La pena para todos, es de prisión perpetua.
Damián Palavecino, defensor de López, insiste que entre su cliente y los Malter existía una “relación de subordinación” que impidió que declarara durante varios meses. “López no participó del homicidio. Se le puede atribuir encubrimiento y falso testimonio, pero no fue por su voluntad sino por las amenazas que recibió”, dijo a este medio.
Los vecinos de Anisacate que pasaron por la audiencia definieron a los Malter como personas “violentas y problemáticas”. Una mujer contó que incluso obligaron a otros vecinos a vender su casa y mudarse. Uno de los testigos, antes de declarar, solicitó que los Malter sean retirados de la sala de audiencias. Cuando fue consultado por la razón, dijo sentirse intimidado.
Hasta ahora, todo indica que la suerte de los Malter está echada. López, el único testigo, los incrimina. Y las pericias balísticas no concuerdan con la versión de que dispararon a 40 metros pensando que era un chancho. La gran duda, para los abogados y el fiscal, es qué rol jugó López. Fue un testigo obligado de un crimen, o tuvo algún tipo de participación.
Será clave la audiencia del miércoles de la próxima semana. Ese día los jueces podrán ver la reconstrucción virtual realizada por los peritos oficiales. Consiste en un video que proyecta como pudo haber sido la acción en base a todas las pericias: autopsia, balística, planimetría, etc. Una de las hipótesis que arroja el entrecruzamiento de las pericias, según fuentes con acceso a la causa, es que García pudo haber sido ejecutado sentado en la reposera en la que fue encontrado. Tampoco se descarta que haya sido parado, como sostiene López.
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