La clase trabajadora argentina viene soportando un brutal ajuste en estos últimos años y la situación se está agravando enormemente.
Antes que nada, hay que señalar que en nuestro país existen actividades estatales y privadas, que hace años no tienen paritarias. ¿Qué hicieron frente a este hecho los gremios en cuestión? ¿Tomaron todas las acciones gremiales, administrativas y/o judiciales posibles; o por el contrario, fueron cómplices (por acción u omisión), de la patronal? Cada uno podrá sacar sus propias conclusiones, teniendo en cuenta lo que se hizo, y los resultados logrados.
Pero el resto de los trabajadores, que sí han tenido paritarias (innumerables organizaciones sindicales ya solicitaron la reapertura de las mismas), vienen perdiendo por goleada contra la inflación real interanual.
Asimismo, diera la sensación de que la moneda nacional para pagar salarios en nuestro país fuera el peso, pero para rubros como los alimentos, los medicamentos, la vestimenta, los combustibles, las tarifas, y muchas cosas más, la moneda que se aplica es el dólar.
Esta situación, es inadmisible e inaceptable.
El pueblo trabajador se empobreció, y perdió poder adquisitivo. Por ende, en estos últimos cuatro años se hundió el mercado interno, lo que se ha traducido en el cierre de miles de comercios, e industrias. La consecuencia directa fue una sangría de despidos en todos los puntos de nuestra Nación.
No es posible que aumente el dólar; y detrás de esto, aumentan los alimentos, los medicamentos, los combustibles, las tarifas, etc.
Pero si el dólar baja, los precios de estos productos, nunca retroceden.
Claramente, frente a este esquema que no resiste en el tiempo, para que algunos se vean afectados económicamente (los trabajadores), hay quienes, por el contrario, han tenido ganancias multimillonarias.
Existe una frase célebre, que dice: “…mientras que los salarios en la Argentina van por las escaleras, la inflación iba por el ascensor…”
En la actualidad, los salarios van pisos hacia abajo por las escaleras, mientras que la inflación va pisos hacia arriba por el ascensor.
Es un trabajo de las organizaciones sindicales luchar con compromiso e incansablemente, mediante todos los mecanismos que las leyes les permiten, para defender el salario de los afiliados.
Es un trabajo del Congreso de la Nación, legislar para que tengamos leyes que permitan recuperar el poder adquisitivo no solo de los trabajadores, sino de los jubilados, y de los sectores más vulnerables.
Se dice por los especialistas en la materia, que este país tiene capacidad para alimentar a cuatrocientos millones de personas. Sin embargo, quienes gobiernan, por ejemplo… ¿no pueden garantizar el alimento a cuarenta y cinco millones de argentinos?
Necesitamos tener un país con una moneda fuerte. Un país en el que la moneda nacional se use para pagar salarios, pero también para comprar alimentos, adquirir vestimenta, tener salud, transportarnos, acceder a la educación, alcanzar la vivienda propia, entre otras cosas; pues todos ellos, son derechos que tenemos todos los ciudadanos y que deben ser garantizados desde el Estado según se indica en los articulados correspondientes, en nuestra propia Constitución Nacional.
* Carlos Emanuel Cafure es abogado laboralista.