En un nuevo año electoral, en el que se votará para intendente, gobernador, y presidente, entre otros cargos, sería necesario modificar una serie de cuestiones para que los distintos procesos eleccionarios que se dan en distintos puntos del país tengan mayor seriedad y sustento que en oportunidades anteriores.
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Lamentablemente hay que decir que las internas en nuestro país parecen mala palabra para la inmensa mayoría de los partidos políticos. La mayoría de ellos, siguen eligiendo los candidatos por el dedo de algunos.
Mediante las internas, eran los propios afiliados quienes elegían al dirigente más representativo de ese partido y se les daba la posibilidad a todas aquellas personas que se sentían en condiciones de estar en ese lugar, de ser evaluados por sus correligionarios.
Las internas eran una forma de demostrar que puertas adentro de cada partido político también se practicaba la democracia.
Diera la sensación de que hoy no estamos ante partidos políticos, sino ante espacios en los que se ponen a dedo a familiares, amigos, y conocidos.
¿Acaso allí están los mejores? ¿Ellos son los mejores representantes para los afiliados o para quienes los ponen a dedo?
¿Cuántos dirigentes políticos hoy en día ponen en práctica en sus cargos, la doctrina partidaria que se pregonó históricamente desde sus propias formaciones?
Por otro lado, la ciudadanía necesita dejar de ver caritas (muchas veces de verdaderos desconocidos) sonriendo en afiches, en publicidades que se hacen en medios de comunicación (radio, televisión, diarios), en plataformas (Facebook, Twitter, Instagram) que nada dicen.
En época electoral se debe conocer el currículum de cada uno de los candidatos, es decir, conocer su formación, su capacitación, sus antecedentes y sobre todo su trayectoria.
Esos mismos candidatos deberían, ante la presencia de Escribanos Públicos, hacer sus propuestas a los electores, y jurar en el supuesto de ganar, que cumplirán todo lo que oportunamente prometieron a los ciudadanos.
Debería impulsarse desde los concejos deliberantes, legislaturas y el Congreso de la Nación, marcos legales que establezcan la habilitación del inicio de un proceso de revocatoria del cargo a todos aquellos políticos que en campaña electoral hagan promesas y en la función no las cumplan.
Debería impulsarse desde los concejos deliberantes, legislaturas y el Congreso de la Nación, marcos legales que establezcan la habilitación del inicio de un proceso de revocatoria del cargo a todos aquellos políticos que en campaña electoral hagan promesas y en la función no las cumplan.
Además, se debería regular legalmente, en cada recinto legislativo (municipal, provincial y nacional), la obligatoriedad de los debates pre-electorales para todos los cargos legislativos y ejecutivos.
Estos debates, deberían ser televisados por canales de aire, realizados inclusive con la presencia de ciudadanos, en lugares públicos, en donde se les de participación a todos los candidatos, y no sólo a quienes mejor miden en determinadas encuestas.
Es evidente frente a la delicada situación en la que se ha puesto a nuestro querido país, producto de nefastas decisiones y medidas políticas, que necesitamos una renovación generacional en estos espacios.
Es por ello que sería muy sano para la democracia que algunos dirigentes de mayor antigüedad, sepan retirarse a tiempo, que se formen nuevos cuadros políticos, y que se lleve adelante un profundo recambio generacional en la política argentina.
* Carlos Emanuel Cafure es abogado y delegado gremial del Sindicato de Luz y Fuerza.
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