(Por Pablo Tissera *) Los datos de la realidad económica nacional y provincial continúan siendo alarmantes, y más aún si nos ubicamos en nuestra provincia de Córdoba. Los ingresos continúan perdiendo poder adquisitivo frente al aumento de los precios, cuyos responsables, las grandes empresas concentradas de nuestra economía siguen teniendo ganancias altísimas a pesar de la crisis mundial que nos trajo aparejada la triple pandemia: la neoliberal, la del virus y la de la guerra. Seguimos insistiendo en pensar salidas, desde un Estado presente con políticas públicas activas.
CANASTA BÁSICA TOTAL Y ALIMENTARIA
Al 21 de septiembre de 2022 el valor de una Canasta Básica Total (#CBT) según INDEC es de $119.757, y de $52.290 la Canasta Básica Alimentaria (#CBA) para una familia tipo de 4 personas.
POBREZA E INDIGENCIA
Si tomamos los resultados del primer semestre de 2022 respecto a aglomerados y personas en situación de pobreza nos encontramos que el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza registrado por el INDEC alcanzó el 27,7%. En ellos reside el 36,5% de la población argentina, que demuestra una leve disminución respecto del mes anterior.
Pero nos sorprende que un 8,8% de las personas se encuentran por debajo de la línea de indigencia, con un leve aumento respecto del mes anterior, que al decir de nuestra Vicepresidenta Cristina Fernández en un tuit reciente atendiendo a este último dato expresa la necesidad de una mayor intervención por parte del Estado que regule con fuerza a los formadores de precios, cuyos márgenes de rentabilidad siderales y hoy estamos en condiciones de decir que son los principales responsables de la inflación en nuestro pais.
La provincia de Córdoba no la podemos dejar exenta del análisis pues presenta niveles de pobreza superiores a la media a la media nacional, alcanzando el 40% aproximadamente, algo que se viene consolidando como una de las 5 provincias más desiguales del país. Lamentable.
CUIDEMOS EL RUMBO Y ATENDAMOS LO QUE FALTA HACER
Nos encontramos en un estado de situación en los cuales la macroeconomía nos viene dando indicadores positivos, con resultados que demuestran la reducción del desempleo y la pobreza. El pasado mes de Setiembre Argentina logró el pico de mayor cantidad de empleo registrado en la historia de nuestra nación de la que se tenga registro. Y si nos faltara más, el FMI espera para el 2023 un crecimiento del 2% en el país. Pero la inflación aún continúa incontrolable.
Queda claro que ese crecimiento, casi del 10% en el 2021, del 3.5% previsto para este 2022, y el que se espera para el año que viene va teniendo unos pocos ganadores en desmedro de las mayorías ciudadanas sino no apuntamos con las políticas publicas a quienes tenemos que apuntar.
POSIBLES SALIDAS CONTRA LA INFLACIÓN
“A través de la venta directa de productores a consumidores y en base a producción local, estamos logrando precios de alimentos básicos hasta 25% inferiores a los de las cadenas tradicionales”, así lo aseguraba un integrante del gabinete de Axel Kicillof a diario de tirada nacional Página 12.
Nuevos canales de comercialización directa y mayor producción local son las herramientas con las que, por ahora en forma parcial, se está consiguiendo bajar en hasta un 25% el precio de alimentos básicos en más de 90 municipios bonaerenses, bajo el programa Mercados Bonaerenses. Hablamos de 1450 productores, considerando a pymes y cooperativas.
Nos podemos venir más cerca geográficamente, la semana pasada estuvo en la Ciudad de Río Cuarto el camión del programa Pescados Populares de la cooperativa Mar Adriático, con precios accesibles que alcanzó a vender 7.000 kg a más de 800 Riocuartenses.
Dos experiencias, una promovida desde el Estado directamente, la otra, desde más de 20 organizaciones sociales de la Ciudad (Sindicatos, Cooperativas, Mutuales, Centros Vecinales), que van en el mismo sentido, de alternativizar el modo de producción, distribución y comercialización hegemónico.
EL PAPEL DEL ESTADO
La salida siempre es colectiva, con más regulación e intervención con políticas públicas activas por parte del Estado que no sólo controlen y sancionen cuando no cumplen las reglas por parte de las grandes empresas formadoras de precios, sino que además promuevan modos alternativos a los tradicionales como el programa Mercados Bonaerenses o Pescado Popular en Río Cuarto. Así podremos ir generando precios testigos de referencia hacia la baja, y demostrar que otra economía no sólo es posible sino necesaria.
* Pablo Tissera es dirigente cooperativista y secretario Generla del Psol Córdoba.
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