La clase política reaccionó en “tiempo real” frente a un escándalo que la afecta directamente y que puertas adentro del Palacio podría ser un episodio más, pero que ante una sociedad exhausta frente a la crisis sanitaria y económica, podría haberse convertirdo en una bomba.
El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, apenas recibió el alerta de lo que estaba sucediendo y de que las imágenes comenzaban a incendiar Twitter, detuvo la sesión y pidió la suspensión de Juan Emilio Ameri, el diputado salteño del Frente de Todos. Todo dentro de lo que establece la Constitución Nacional y el reglamento de funcionamiento de la Cámara de Diputados.
Pidió, además, conformar una comisión con integrantes de los distintos bloques para decidir la sanción al legislador. Por unanimidad, todos los diputados apoyaron la moción.
Por el contrario, instantes antes, una veterana del sistema político, la esposa del gastronómico, Luis Barrionuevo, Graciela Camaño, solicitó que la suspensión fuera resuelta por la comisión que se iba a crear. Sin embargo, la vicepresidenta del bloque oficialista, Cecilia Moreau; el titular del interbloque Juntos por el Cambio, Mario Negri y el del interbloque Unidad para el Desarrollo, José Ramón, respaldaron el pedido de Massa.
“Quiero interrumpir el debate de esta ley, desgraciadamente quiero interrumpir el debate, para plantear una falta grave de un diputado en el marco de las sesiones de asistencia presencial y remota, se dio una situación que nada tiene que ver con el decoro de esta casa”, enfatizó Massa ante sus pares, como paso previo a echar al diputado salteño del recinto virtual.
En general, el poder suele proteger a sus miembros. Sólo les suelta la mano cuando las circunstancias escapan de control y no pueden ser conducidas entre bambalinas.
Aquí, sucedió un comportamiento diferente, saludable: ante la primera evidencia se decidió exponer a Ameri y suspenderlo. Su suerte probable será la expulsión si es que no renuncia antes.
El #Tetagate evidencia, también, la liviandad de algunos dirigentes respecto de su rol y responsabilidad. No escandaliza el hecho sexual, sino que ello suceda cuando está en debate un proyecto de ley. El representante del pueblo salteño en lugar de ejercer su función, se dedicaba a deshonrar a la Cámara de Diputados y sus representados. Simplemente, no estaba trabajando cuando debía estarlo. Esa es la deshonra.
Sin embargo, nunca en la historia del país alguien se incendió ante las cámaras en vivo, como lo hizo Ameri. Normalmente semejante desenlace es fruto de operaciones o filtraciones de internas “intra-poder”. Esta vez, fue bien diferente, sucedió en tiempo real tanto el hecho como la reacción.
Con el #Tetagate queda al desnudo un sector de la dirigencia que no cumple con su trabajo y, a la par, una reacción acorde de aquellos que tienen reflejos para actuar frente a un daño de potenciales proporciones. Habrá que ver si esa capacidad se traslada a otras situaciones. Todo el sistema está sujeto a examen.
🔴 ESCÁNDALO EN DIPUTADOS | Un legislador manoseó a una mujer frente a cámara durante la sesión: se trata de Juan Emilio Ameri, del Frente de Todos https://t.co/FGoLCsReyj https://t.co/8Mh2l6eQNr
— TN – Todo Noticias (@todonoticias) September 24, 2020
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