El economista y ex ministro de Economía, Martín Guzmán, indicó este jueves que “toda la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cada dólar, la tomó el gobierno de Mauricio Macri entre 2018 y 2019”. Al mismo tiempo, resaltó que la gestión de Alberto Fernández, de la cual él fue parte, “lo que hizo fue llegar a un acuerdo para refinanciar esa deuda impagable”.
Guzmán se manifestó en esos términos al objetar el comunicado del gobierno nacional publicado en la noche del miércoles, en el que se exhortó a los legisladores a aprobar las leyes enviadas por el Poder Ejecutivo al Congreso, tras anunciarse el entendimiento alcanzado entre la Argentina y el FMI sobre la séptima revisión en el marco del acuerdo del Programa de Facilidades Extendidas (SAF).
El escrito oficial sostiene que el acuerdo “permitirá disponer de 4.700 millones de dólares de la deuda contraída por el expresidente Alberto Fernández”, lo cual el exfuncionario tildó de “vergonzoso”, al tiempo que consideró que “la manipulación de la opinión pública es preocupante, especialmente si es de fuentes oficiales”.
“Toda la deuda con el Fondo Monetario Internacional, cada dólar, la tomó el gobierno de Mauricio Macri entre 2018 y 2019”, dijo Guzmán en una publicación en la red social X, y cuestionó: “Lo hizo sin pasar por el Congreso Nacional, de espaldas a la sociedad”.
Asimismo, dijo que “fue el endeudamiento récord histórico de una nación con el FMI. Un préstamo que además se usó principalmente para un salvataje a acreedores privados de deuda insostenible (que luego hubo que reestructurar) y para darle salida de la Argentina a fondos que habían ingresado antes con fines especulativos (situación que ese mismo gobierno propició)”, se explayó el exministro.
En tanto, aseguró, “lo que hizo el gobierno de Alberto Fernández fue llegar a un acuerdo para refinanciar esa deuda impagable con el FMI”.
Por último, Guzmán puntualizó que “no se tomó ni un solo dólar adicional”, y detalló que “en diciembre de 2019 la deuda con el FMI era de US$ 44.500 millones y hoy sigue siendo US$ 44.500 millones”, cerró.
LA CRÍTICA DE GUZMÁN A LA LEY ÓMNIBUS
Guzmán señaló también que el diputado Itai Hagman (Patria Grande, Unión por la Patria) marcó dos aspectos que propone la ley Ómnibus del presidente Javier Milei que “serían altamente dañinos para el futuro del país”.
Apuntó que “el primero es la modificación de la Ley de Administración Financiera, que estipula que una reestructuración de deuda pública debe redundar en un mejoramiento de los montos, plazos y/o intereses de las operaciones originales (y que ha sido interpretada como requiriendo de mejoras en dos de esas tres dimensiones). Bastante sencillo lo que pide la ley: Si vas a reestructurar la deuda porque es impagable, asegurate de deber menos y no más. Con el cambio que propone la ley de Milei, ya no sería necesario que ello ocurra. Lo que el proyecto estipula en su Capítulo IV, Artículo 16, es que un canje de deuda debería atender “las condiciones imperantes del mercado financiero”. ¿Qué quiere decir esto? Que si se da que el país no tiene manera de hacer frente a su deuda sin hundirse, el Gobierno podría canjear esa deuda por otra que implique deber más”.
Explica el ex ministro que “resulta ser que una reestructuración solo es necesaria cuando las condiciones imperantes del mercado financiero son tales que la refinanciación sostenible de la deuda es imposible, por lo que es un absurdo referir a las propias condiciones imperantes en el mercado en tales circunstancias como guía para emitir nuevos títulos de deuda. Este cambio en la ley, más que una inconsciente burrada, efectivamente parece ser una amnistía frente a la historia de quienes en el 2001, trágico año para Argentina, hicieron un canje de deuda que en vez de reducirla la aumentó”.
Luego señala que “el segundo aspecto de la ley de Milei que marca el diputado Hagman es la derogación, en su Artículo 107, del Artículo 1 de la Ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública, aprobada por casi unanimidad de ambas cámaras del Congreso de la Nación en el año 2021, que requiere de que el endeudamiento en la forma de títulos públicos en moneda extranjera bajo ley extranjera deba ser autorizado por el Congreso de la Nación”.
Dice por último que “esto cierra el círculo: el primer cambio habilitaría “mega-canjes” de deuda como el del 2001, en donde se extienden los vencimientos de la deuda aumentando el capital adeudado y los intereses, y el segundo te permite que ni siquiera haga falta aprobación del Congreso para esto”.
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