Marcelo Gustavo Milanesio cumple 55 años este 11 de febrero. Marcelo, que nació en Hernando (Córdoba), respira y jugaba al básquet, con la misma naturalidad. Todo lo difícil se volvía fácil con la pelota naranja en sus manos. Al miedo a la derrota que, a veces, invadía al estadio Cerutti, lo absorbía sin temblar, para hacerse cargo de la parada que fuera. Nunca lo vi con cara de malo ni empujando a nadie, pero siempre haciéndose cargo de todo. Hombre y jugador de pocas palabras, las necesarias.
Cumple 55 años el Ricardo Bochini del básquet, el que era capaz de filtrar un pase imposible a sus socios de todas las épocas o de resolver por las suyas. Siempre fiel a la camiseta número 9 de Atenas. Llegó desde Río Tercero, junto a su hermano Mario, el 8 de junio de 1982, y convirtió a un pequeño club de básquet, del barrio General Bustos, en Córdoba, en el más grande de la historia de este deporte en Argentina y también en uno de los más importantes del continente. Todo, sin dejar su sonrisa estacionada en ningún lugar.
Quizá habría que borrar el 13 de mayo de 2002 del almanaque. Jugar a que ese día no existió, para verlo de nuevo con la camiseta número 9. Pero la vida es así de maldita. Su despedida, igual, fue de película. Ante una multitud, en el Polideportivo Cerutti, Marcelo jugó su último partido de Liga con Atenas. Fue una final, el quinto juego de la definición de la Liga 2001/2002. Un juego en el que Atenas venció a Estudiantes de Olavarría por 87-81, con 18 puntos suyos. Fue su séptimo título. En total, con el club y la selección, ganó 16.
Una excepcional nota que escribió Gabriel Rosembaun en 2014, en La Voz del Interior, cuenta como Marcelo vivió aquella previa del retiro y con ese relato describe mejor que nadie la madera de la que está hecho: “por la tarde, el plantel se juntó en el club para ir al estadio, y que allí lo abrazó su hermano Mario, señalándole su primera cancha, el primer aro donde tiraron. Y cuenta que, instintivamente, dio dos vueltas olímpicas él solo, en aquella cancha del club de sus amores. Dice que tal vez se equivoca, pero que deja el básquetbol porque su padre, su amado papá, le dijo siempre que uno debía retirarse a tiempo. Y que creía que este era el momento. Que todo lo había superado, porque de chico no sabía ni siquiera si llegaría a jugar en la primera de Hernando”.
🎉 ¡FELIZ CUMPLE GRAN CAPITÁN!
Por tu entrega, por tu amor incondicional, por tu grandeza, por tu humildad y por tu corazón 💚¡GRACIAS Y ÉXITOS SIEMPRE!#9PorEl9#MarceloMilanesio
#9#GranCapitan#Idolo#Eterno🎥 Programa Zona Verde año 2002 pic.twitter.com/c3s5sMR7Fp
— Atenas (@Atenas_oficial) February 11, 2020
Cumple 55 años el jugador que también es el Diego Maradona del básquet, el crack que era capaz de cambiar el curso de un partido, en este caso, con un triple certero e imposible en el momento en el que el rival había dado todo, hasta su última gota de transpiración, para a partir de ahí, quebrarlo y vencerlo sin atenuantes. Lo vi hacérselo a Independiente de Pico en aquella memorable final de la Liga 1998/1999, en la que Atenas le ganó al equipo del Chapu Nocioni, la serie final y el título liguero, por 4-3. Aquel triple desde el lado izquierdo del campo, en el momento más difícil del séptimo juego en Córdoba, me hizo acordar a aquel pase de Diego a Caniggia, frente a Brasil, en el Mundial de Italia de 1990.
Jugó 117 partidos oficiales en la selección argentina y convirtió 925 puntos. Fue Oro panamericano en Mar del Plata (1995) y campeón Sudamericano en Asunción (1987). Fue el máximo asistidor del Mundial 1994. En otra oportunidad habrá que referirse a la huella que le dejó a este juego.
¡Feliz cumpleaños Marcelo!
Uno de los jugadores más emblemáticos de la historia de la Selección. 925 puntos en 117 partidos oficiales. Oro panamericano en Mar del Plata (1995) y campeón Sudamericano en Asunción (1987). pic.twitter.com/A5yivt0qka
— CAB (@cabboficial) February 11, 2020
Está claro que el cabezón Milanesio pudo haber sido figura en cualquier Liga del mundo, pero se quedó en Córdoba, en Atenas. Marcelo camina todos los días entre nosotros. Es un héroe silencioso y sonriente. Un deportista como los de antes, que prefirió la gloria al contrato rápido en cualquier lugar vacío de pasión. Por eso, cuando un tipo pone el corazón como él, no puede estar en otro sitio que no sea en el corazón de todos.
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